Fernando Plata es un joven poeta que, a través de su apellido, ya sugiere una intención alquímica. Para él, la poesía se convierte en una transfiguración del sujeto y el objeto, siempre bajo la atenta vigilancia de la conciencia. Su principal objetivo es capturar el encanto de la vida y del mundo en poemas que rebosan fuerza, caracterizados por una dicción hímnica y una fe profunda en las criaturas del mundo órfico, a quienes dedica sus himnos. Con una imaginación desbordante, produce una poesía visionaria donde las imágenes se someten a una idea rectora, permitiendo que el sentido guíe la expresión.
Su inspiración proviene de Wallace Stevens, un poeta que explora la imagen de manera fantasiosa pero no surrealista. A ambos, Stevens y Jorge Guillén, los considera maestros en su camino poético. La odisea mística de Plata está marcada por el amor y el anhelo de música. Como menciona su prologuista y mentor, José Luis Rey: «Fernando Plata escribe una honda poesía espiritual y nos la entrega como quien ha seguido de cerca al sol hasta la caída de Faetón, para volver a alzarse en brazos de los altos, los seres mágicos y órficos en los cuales la poesía se ha cumplido en plenitud. Y esa plenitud es garantía de salvación».
En este primer libro, que representa un canto para el siglo XXI, el joven vigía de la Costa da Morte nos ofrece una auténtica aventura del espíritu con una poesía que se sitúa en el umbral entre lo efímero y lo eterno, ambiciosa pero también humilde.
Fernando Plata es, como su admirado Georg Trakl, farmacéutico por tradición familiar. Himnos a los altos es su primer poemario, que se presenta prologado por José Luis Rey (Córdoba, 1973), uno de los autores más reconocidos y prestigiosos de su generación y de la poesía española actual. El también ensayista y traductor dio por cerrada su obra en verso, formada por ocho libros fundamentales, con El dorado (2023), e inicia con estos Himnos el itinerario de su heterónimo.
Puedes comprar el libro en: