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"La frontera de piedra", de José Zoilo

Ed. Edhasa. 2023
martes 15 de octubre de 2024, 17:16h
La frontera de piedra
La frontera de piedra
Esta novela histórica tan interesante y extraña obtuvo el Premio de Narrativas Históricas del año 2023 de la editorial Edhasa. El acercamiento a un pueblo bárbaro tan extraño, y mal estudiado, merece un éxito incontestable, me estoy refiriendo al de los alanos, tribu nómada que tuvo un papel importante en la Europa del siglo IV, y que pretende resistir, cuanto menos, a sus enemigos romanos y, sobre todo, a los hunos. Los protagonistas son Goar y Safrax, dos primos y nietos del gran jefe de los alanos llamado Beuca. Los alanos era un grupo étnico de origen iranio, muy relacionado con los sármatas, que eran pastores nómadas muy belicosos, y hablaban un dialecto iranio.

«La antaño verde pradera casi ha desaparecido, y el frío arrecia. Son tiempos duros para los alanos, que luchan por su supervivencia. Goar es apenas un muchacho, pero ya sueña con emular las gestas de su abuelo, el gran guerrero Beuca, y cabalgar arco en mano junto a su primo Safrax. Pero el peligro acecha por todos los frentes. Desde el este, los demonios hunos, que ya los han expulsado de las tierras de sus antepasados, avanzan sin descanso; y al sur, el poderoso Imperio romano vigila a las tribus desde más allá de la frontera de piedra. Pronto Goar se verá obligado a abandonar su hogar, junto con otros tantos compañeros, para servir bajo las enseñas de Roma. El destino de Safrax, sin embargo, quedará ligado a su pueblo para siempre. Pero esto será sólo el principio, pues la lucha por las tierras y el poder está por comenzar. El destino de las tribus parece estar sellado: el emperador Valente planea su destrucción en una gran batalla cerca de Adrianópolis. Sólo unidos podrán contener a las legiones. Ésta es su- historia. José Zoilo nos regala, con La frontera de piedra, una narración brillante de tonos épicos. Magnífica evocación de una época tan interesante como poco conocida, no sólo está escrita con perfecto rigor histórico, sino que la ficción sobresalta al lector a cada página y sus personajes, en su más pura esencia, humanos en sí, emocionan y cautivan. En definitiva, una novela inolvidable de principio a fin».

Uno de los hechos narrativos más interesantes, y con el que coincido totalmente, es el que define la corrupción romana del momento, en el Imperio de Occidente con capital en Roma o en Rávena o en Bizancio; por lo tanto, la caída de esta Roma está claramente definida en la degradación patognomónica, que hasta tal punto es así, que su último emperador será un joven llamado Rómulo Augústulo; eso no obsta para que existan, en la trama, personajes que defienden una Roma imperial del SPQR ya inexistente. El estilo de este ‘biólogo enamorado de la novela histórica’ es muy directo y cargado de toda una panoplia de referencias visuales, que nos permiten tener una conciencia clara de los paisajes en los que se desarrolla la trama. Se puede definir su obra como un compendio de dolor, de amor y de venganza. La narración de la obra está situada en los alrededores de los acontecimientos que van a desembocar en la terrible derrota romana en Adrianópolis, la tercera en categoría junto a Carrhas y Cannas. Esta derrota de las legiones romanos y de su emperador Valente marcó un hito en Bizancio y en la Europa del momento, y el SPQR no se recuperaría jamás. Los dos primos-hermanos son muy diferentes en su educación y, consiguientemente, en su idiosincrasia, uno crece en un ambiente romano, y el otro alano por antonomasia, por lo que sus perspectivas vivenciales son casi hasta antagónicas.

Como he indicado reiteradamente, una novela histórica debe presentar una parte de ficción, que debe ser creíble y no soliviantar a la parte histórica, sino complementarla o adornarla. La forma de narrar es muy ágil y muy dinámica, por lo que la lectura es amena y muy entretenida. El sumatorio es indispensable, y esta obra lo cumple a rajatabla: ficción de categoría+realidad histórica perfecta. “La supervivencia del Imperio en su mitad oriental pendía de un hilo. Roma se enfrentaba, probablemente, a uno de los momentos más decisivos y delicados…Pero eso ya es otra historia”. La obra se sitúa entre los años 374 y 378 d.C. Los alanos, que sigue admirándome que el autor se haya acercado a este pueblo tan críptico, tan desconocido, pero tan interesante, quienes son libres y, para Roma, salvajes, pero como tantos pueblos en esa época. Se verán obligados a irse hacia Occidente, por la presión fortísima que están realizando en las Estepas del Asia Central un pueblo belicoso y con apetencia imperialista, son los hunos, tan fuertes son que hasta los visigodos y los ostrogodos se verán obligados a dirigirse hacia Roma, huyendo de su presión, y mucho menos podrá defenderse una gentilidad más pequeña como la de los alanos; cuya vida y costumbres están muy bien imbricadas en la narración. San Ambrosio (340-397), obispo de Mediolanum/Milán, la capital de los longobardos en la Lombardía, escribe sin circunloquios: “Los hunos se han lanzado sobre los alanos, los alanos sobre los godos y los godos sobre los taifalos y los sármatas; los godos, expulsados de su tierra, se han lanzado sobre nuestra frontera, y no se atisba el final”. La batalla de Adrianópolis, PROELIUM HADRIANOPOLITANUM, fue una más que cruenta confrontación bélica, que tuvo lugar el 9 de agosto del año 378 d.C., en las llanuras polvorientas y quemadas por el Sol del verano, al noroeste de la urbe romana de Adrianópolis, actualmente la turca Edirne. Los contendientes serían: Fritigerno, caudillo de los tervingios, un pueblo godo de las llanuras danubianas al oeste del río Dniéster, y las legiones romanas del Imperio romano de Oriente o bizantino comandadas por el propio Emperador del momento histórico narrado, y llamado Flavio Julio Valente (328, Cibalae/Sirmio/Panonia-Emperador desde 364 hasta 9 de agosto de 378, Adrianópolis), quien moriría en la batalla y el ejército romano sería aniquilado.

Para finalizar indicaré que es una novela sin fisuras, y que prestigia el Premio Edhasa, el cual enaltece la novela-histórica, necesaria para completar perfectamente la narración de los que nos dedicamos al ensayo en el sentido estricto del término. La batalla citada de Adrianópolis es el cenit de la narración, de aquel SPQR que no desea que esos pueblos puedan contaminar su modus vivendi, y para ello defiende su limes a sangre y fuego. Esta obra nos acerca a otra época del todavía existente concepto imperial romano, abarcando los siglos II, III y IV. El autor ya se ha acercado al pueblo de los alanos en otra novela anterior, por lo que se estima que es un concienzudo analista de esta gentilidad tan interesante y que, es preciso no olvidar, estuvieron en la Península Ibérica con vándalos y visigodos o godos del oeste. “Hasta dos veces trató de negociar Fritigerno con Valente para evitar la batalla, ofreciéndole regresar al acuerdo inicial; o quizá tan sólo pretendía ganar tiempo…”.¡Excelente y prístina! «Timeo Danaos et dona ferentis. ET. Labor omnia vincit».

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