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LA TERTULIA DEL HULE
Aythya nyroca
Aythya nyroca (Foto: Wikipedia)

Ocupas del Nilo

Por MAQUE
Regresa nuestra colaboradora Maque después de un largo verano para continuar con sus relatos otoñales, pero antes nos traslada a las piscinas de verano donde suceden cosas bastante increíbles.

El verano se acabó. Habrá que volver a esperar interminables meses para poder disfrutar de nuevo de los largos atardeceres, las doradas playas y las refrescantes piscinas.

Y a propósito de estas, las piscinas, he aquí el siguiente sucedido.

Principios de verano:

Tenemos visita. Han aparecido y no están dispuestos a marchar. Son bellos y majestuosos. Llegaron en invierno, se aposentaron y eran felices.

Pero ¡oh destino!, llegó el verano y con él los deseados baños piscineros. Nosotros estábamos antes. Ellos no lo sabían.

Ocuparon nuestras zonas de ocio, los setos, las tumbonas, las pequeñas praderas y como no podía ser menos, el estanque de nuestra piscina comunitaria.

Eran patos del Nilo o algo parecido. Bellísimos.

Se llamó a todas las instancias que pudieran o pudiesen estar relacionadas con el asunto de los ocupas patiles.

Pero, ¡Oh, oh!, ellos eran prioritarios, intocables.

Si te tienes que llevar añadido en la zapatilla, toalla o vestido, una inmejorable caca patuna, pues andemos con más ojo. Si el excremento ha ido a para a las aguas piscineras... pues igual, ojo avizor entre brazada y brazada. No se les puede molestar.

Recuerdo un verano en el que un tierno infante se cagó mientras intentaba hacer progresos nadatorios. Hubo que desalojar la pileta... Dos horas para que las depuradoras hicieran su trabajo de desinfección.

Pues sorpresa, la caca de los del Nilo parece tener virtudes que los humanos de a pie desconocemos.

También resulta sorprendente, de ser cierto y según me contaron, que en una de esas mañanas se llamó a la policía para informar de que los plumíferos estaban atacando a unas tiernas criaturas.

Respuesta: que cada uno vigile a su prole.

Si los…

Pasaron unos días y se volvió a contactar con los agentes de la ley para informarles que no se sabe, si los mismos rapaces (por venganza), u otros, estaban apedreando a los ánades. La policía acudió rauda... Y digo yo

¿Para detener a los patos o a los niños?

Al poco tiempo los del Nilo desaparecieron. ¿Marcharon buscando nuevos horizontes? o les marcharon.

Quién lo sabe.

Lo que molesta, por muy bello que sea, ... lejos. Así somos y así seguiremos.

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