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"Escritos sobre la reorganización político-constitucional de Alemania (1918-1919), de Max Weber

Editorial Tecnos. 2023
viernes 16 de agosto de 2024, 22:21h
Escritos sobre la reorganización político-constitucional de Alemania (1918-1919)
Escritos sobre la reorganización político-constitucional de Alemania (1918-1919)
El sociólogo y economista Maximilian Karl Emil Weber nació en Erfurt, el 21 de abril de 1864, esta ciudad muy vinculada al mundo de la Música Culta y a la familia de los Bach; y moriría en la capital de Baviera, Munich/München, el 14 de junio de 1920.

Se vio influenciado por filósofos del cariz de Karl Marx, Georg Simmel, Immanuel Kant y Friedrich Nietzsche, sobre todo. Max Weber tenía un sentido muy pragmático de analizar el futuro, sobre todo en sus escritos dirigidos hacia lo que debería ser su Alemania, tras la finalización de la guerra de 1914 a 1918, y como sería de importante organizarla. Sus textos solo pretendían divulgar, lo más pormenorizado y sucinto posible, sobre que, era lo adecuado a realizar para reorganizar Alemania, tras esa derrota inesperada e imprevisible. De ello y mucho más es de lo que trata este estupendo libro sobre el pensamiento del filósofo alemán. En uno de sus escritos titulado ‘Parlamento y Gobierno en la reorganización de Alemania’, de 1918, Max Weber realizaba una crítica muy directa con respecto a algunos de los aspectos fundamentales sobre la Constitución del año 1871, y, además analizaba cual había sido el comportamiento de los gobernantes alemanes durante la perdida guerra mundial de 1914 a 1918.

«Este libro reúne varios escritos de Max Weber (1864-1920), publicados entre noviembre de 1918 y marzo de 1919, en los que expone sus propuestas para la reorganización político-constitucional de Alemania tras la Primera Guerra Mundial. Los escritos aparecieron en su mayor parte en periódicos de alta difusión como una aportación al debate público sobre las grandes cuestiones constitucionales, que necesariamente iban a ser abordadas por la Asamblea Nacional que, constituida tras las elecciones generales del 19 de enero de 1919, elaboraría, a partir del 6 de febrero, la conocida como Constitución de Weimar (por el nombre de la ciudad en que tuvo su sede la Asamblea). Por otra parte, algunos de los textos del libro hacen referencia a las intervenciones de Max Weber en la campaña electoral de enero de 1919 como miembro del Partido Demócrata Alemán, de orientación liberal de izquierda, que había sido creado en noviembre de 1918. “Una clara renuncia a los sueños imperialistas, el simple ideal de la autonomía nacional, es decir, la autodeterminación de todos los territorios alemanes unidos en un Estado independiente, para el cultivo pacífico y sin reservas de nuestra singularidad dentro de la sociedad de las naciones”».

Uno de los hechos contrastables lo plasmó en las críticas prístinas realizadas a una monarquía autoritaria del Kaiser Guillermo II, en esas propuestas pretendía la transformación de esa estructura citada en una monarquía parlamentaria, con los partidos políticos y los parlamentarios decidiendo activamente en la formación del gobierno al efecto. Es paradójico que el modelo siempre lo sea hacia lo que ocurre en la Gran Bretaña. Max Weber reflexionaría sobre la nueva situación político-constitucional de Alemania, que desembocaría en la propuesta de una República presidencialista, federal y democrática.

La constitución alemana de 1871 había construido un Estado federal con algunos elementos de carácter confederal y había establecido el sufragio universal (masculino) para las elecciones al Parlamento federal (Reichstag). La democratización del sufragio, no obstante, no iba acompañada del establecimiento de un sistema de gobierno parlamentario. Y era precisamente en la posición que ocupaba el Bundesrat (Consejo Federal) en la estructura constitucional donde radicaba el principal impedimento para que se pudiera desarrollar en el Deutsches Reich un sistema de gobierno parlamentario”.

El Bundesrat estaba conformado por los delegados enviados a esa estructura política desde sus 25 Estados miembros, denominados como Länders. Y aunque no era una cámara legislativa, sensu stricto, ni tampoco un Senado, sí poseía algunas funciones legislativas, a las que se añadían algunas homónimas de tipo ejecutivo. Algunas funciones ejecutivas eran compartidas con el Emperador, verbigracia la declaración de guerra o la disolución del parlamento. En la realidad palpable, el Bundesrat era el gobierno del Reich alemán; este organismo estaba presidido por el Canciller del Reich, y este era nombrado y cesado por el Kaiser Guillermo II.

El Canciller y los Secretarios de Estado dependientes del Canciller sólo podían comparecer ante el Reichstag como miembros del Bundesrat, no como miembros de un ‘gobierno’ del Reich -denominación, dicho sea de paso, que se evitaba oficialmente- con lo que se resaltaba el carácter de poder ejecutivo que tenía el Bundesrat”. En 1917, Max Weber estudió, sin ambages, cuál era la relación entre la democracia y el parlamentarismo, el artículo se titula: ‘Sufragio y democracia’, en el mismo indica que un número importante de sinceros demócratas consideraban que el sistema parlamentario era una perversión de dicha democracia, ya que estimaban, y el aserto era correcto en la época, que el gobierno estaba conformado por sujetos extraídos de las camarillas parlamentarias, el pueblo no lo aceptaba, ya que solo deseaba la existencia de una excelente y eficaz Administración. Max Weber estimaba que lo importante era que existiese un parlamento fuerte y, de esta forma, era posible controlar al gobierno, a la vez que intervenir en su formación. Max Weber analizaba el sistema de gobierno de los Estados Unidos, e indicaba que en este caso sí existía una democracia con un sistema presidencialista y, además, muy poderoso, aunque no cabía democracia sin un poder parlamentario.

Pero en una monarquía como la alemana hace falta un parlamento con plenos poderes y los ataques al parlamentarismo significaban favorecer que un gobierno burocrático no estuviera sometido a ningún control parlamentario”. Tengo que indicar que estamos ante una obra deliciosa de sociología política, completa e inteligente, donde Max Weber analiza todo lo que en esa época era palpable, en una Europa que se había desgarrado entre 1914 hasta 1918. Antes del inicio de esta pavorosa Primera Guerra Mundial, nacida del magnicidio del archiduque Francisco Fernando en Sarajevo, todos los poderes fácticos del momento estaban a favor de que Austria, Prusia y Rusia, monarquías anquilosadas, cayesen estrepitosamente. En 1912, en el Reich alemán, todavía se contemplaba, nítidamente, un parlamentarismo negativo, y que estribaba en la posibilidad de que el parlamento alemán pudiese reprobar o rechazar al Canciller, pero no era posible instalar a un miembro del partido. El libro presenta una importante cantidad de los esclarecedores escritos del mencionado intelectual que hoy nos ocupa. Por consiguiente, obra sobresaliente y nunca pasada de moda. ¡Excelente! «Intellectus appretatus discurrit qui rabiat. ET. Dicebatur».

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