José Javier Clemente, conocido como JEOSM, nació en el barrio de Villaverde, Alto o Bajo, da igual. Antes de ser distrito de la villa de Madrid, fue municipio independiente. El último en unirse a la capital. Siempre ha sido un barrio polémico y marginal. Linda con Leganés y Vallecas y la delincuencia a pequeña escala y el menudeo de drogas es corriente en sus calles. Allí, creció el fotógrafo que se curtió pintando grafitis por los muros tristes del barrio; también practicaba artes marciales. Ambas eran cosas casi necesarias para poder sobrevivir en los Villaverdes.

Su nuevo libro, lo ha titulado “No soy uno de los vuestros” y recoge una parte de la obra que ha hecho para Zenda durante nueve años. “Iba con un redactor, muchas veces Jesús Fernández Úbeda. Yo hacia las fotos de los entrevistados mientras él cumplía con su trabajo. Todo lo hago en blanco y negro”, cuenta el fotógrafo con un estilo muy personal. “El título del libro surgió como una respuesta negativa que di a un escritor que me dijo: ahora eres uno de los nuestros. No lo soy y no lo seré nunca. Descubrí un mundo que no me gustó”,

“No soy uno de los vuestros” recoge una parte importante de su obra. Detrás de él y de su cámara hay muchos años captando un instante de muchos de los nombres más importantes de las letras hispanas. Una mirada que guarda la distancia suficiente, que deja a sus personajes expuestos, sin velos, sin protección, con toda su humanidad al descubierto. Imágenes con vida propia, retratadas por unos ojos que hablan.

JEOSM es fotógrafo freelance que empezó como grafitero y la publicidad deportiva. Su trabajo se centra, principalmente en el retrato, el reportaje y la publicidad. En el campo docente ha colaborado con la Universidad Complutense de Madrid y actualmente dirige un curso de fotografía de retrato en Domestika. Ha publicado varios libros.

“Es una recopilación de mi trabajo en Zenda libros durante 9 años. En el libro hay mucho blanco y negro y las fotografías no tienen mucho contraste. Mi trabajo está centrado en el mundo de la cultura. Todas las fotografías están con un texto. Una recopilación de 125 fotos donde han colaborado 140 autores”, cuenta el fotógrafo en rueda de prensa.

Y sigue diciéndonos, “me da igual fotografiar a un escritor que a un deportista, pero siempre quiero dar un toque mío y hacer algo que no lo haya hecho antes nadie. Siempre quiero mantener un estilo, tenga quien tenga delante. He querido que fuese un libro con cierta calidad. Una selección variada de los personajes que aparecen en él. Todos los que están lo son por su trabajo. He intentado que los textos encajen bien entre las fotos”.

JEOSM quería “dar un poco de identidad a los textos. La propuesta del libro fue muy rápida, en tres meses me enviaron los autores casi todos los textos. De algún autor, no quería nadie escribir. Lamentablemente, hay muchas camarillas entre los escritores. De ahí el título del libro, porque yo no quiero pertenecer a ninguna. Quiero ser libre y hacer mi trabajo con total independencia”.

“Mi objetivo era hacer algo que sea atemporal. Me gustaba poder hacerlo así. En el libro, hay gente muy diferente. Cualquier tipo de autor o autora sin capillitas. Subjetiva en cuanto a la imagen. Hay escritores que son auténticas ratas. Me he guiado por mi instinto y no me ha importado fotografiar a escritores de derechas o de izquierda, es más puedes dar la vuelta a una página y encontrarte con personajes de tendencia diferentes casi juntos”, desgrana el fotógrafo al que le gusta retratar a los practicantes de artes marciales.

“He visto mucha más nobleza en el mundo del full contact que en el literario”

JEOSM reconoce que entró en este mundo con mucha inocencia y es duro con los escritores, “he visto mucha más nobleza en el mundo del full contact que en el mundo literario. He buscado a escritores que hiciesen los textos que fuesen lo más afines posible, como ya he dicho, con dos o tres me ha costado mucho encontrar autor que quisiese escribir algo sobre ellos. De todos los incluidos en el libro al que más cariño le tengo es a Ray Loriga”, sentencia.

En cuanto a su forma de trabajar señala que “uno de los mayores talentos de un fotógrafo está en la espera. No suelo hacer muchas fotos. Todos los representados en el libro, he querido que tuviesen una parte de cronistas. Ha sido doloroso dejar a tanta gente fuera. Muchas veces, algunos tienen una vinculación personal con el autor y no escoges la mejor instantánea, sino la que tengo más cariño”.

Para finalizar, repite esa máxima que ha utilizado para componer el libro “he querido que todos fuesen cronistas de la vida y que les avalase su trabajo. Todos con una vinculación muy amplia. Tengo la suerte de tener retratada a mucha gente. No tengo una línea editorial. Hay voces muy diferentes, tanto en los textos como en las fotografías”, concluye uno de los participantes más interesantes de la Semana Negra de Gijón.

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