Durante la Baja Edad Media, una mujer desafiará las leyes para liberar a su familia sin saber que serán sus propias cadenas las que acabará por cortar. Un viaje de leyenda a través de un mar indómito. La novela narra la historia silenciada de las mujeres medievales. Casi todas sus obras han tenido como eje central las orillas del Mar Mediterráneo. Pocos escritores han sabido contar la épica de esas tierras como el escritor de Concentaina.

¿Cómo surgió la idea de escribir una novela sobre las beguinas?

Surgió al descubrir que en nuestras ciudades medievales también había mujeres que elegían un camino de servicio sin someterse a la jerarquía de la Iglesia o a un marido. Agnes, la beguina de Barcelona que se convertirá en la mentora de la protagonista, Marina Montaner, hasta hoy era sólo una mención en una crónica, como muchas otras mujeres que aparecen en La heredera del mar. La novela imagina su mundo y nos descubre su fortaleza en el peor lugar del mundo.

¿Ha sido necesario pasar una pandemia para poder entender mejor el sufrimiento de los que vivieron otras pestes sin apenas recursos para combatirlas?

Si leemos hechos pasados, como la peste de 1348, que nos recuerdan vivencias personales, la experiencia narrativa se sitúa a un nivel más profundo. Nuestra generación está conectada a nivel emocional con aquella generación de mitad del siglo XIV. Por eso valía la pena escribir esta novela pasados unos años de la pandemia de 2020. En la novela vamos a empatizar y a emocionarnos al verlos forjar un nuevo futuro. Es una historia de optimismo y valor.

¿Cree que hemos aprendido algo o volveremos a cometer los mismos errores, como ocurre cuando ya se han superado las dificultades?

Somos cautivos de nosotros mismos y nuestros impulsos. Lo cuenta la Ilíada y lo contará el último libro que se escriba en la tierra, pues eso es la literatura. La heredera del mar transcurre en un solo año y recrea los hechos constatados. El paralelismo entre las primaveras de 1348 y de 2020 es pasmosa, no sólo en los acontecimientos, sino también en las reacciones de la gente y sus actos. Estaría bien decir que aprenderemos, pero no sería cierto.

¿Existe un paralelismo entre los sentimientos y la devastación que producía en la población la incertidumbre y el desconocimiento sobre la catástrofe que podía producir una pandemia de tal magnitud como la sufrida hace unos años, en la población, antes y ahora?

Creo que eso es clave. Es interesante ver cómo interpretaban la peste con su mentalidad mágica y simbólica. Para ellos era una bestia real que cabalgaba unas millas cada día. Un jinete del Apocalipsis enviado para matar. Pero lo interesante para nosotros, que experimentamos hace poco la sensación de miedo e incertidumbre, es conocer cómo lo afrontaron. No tenían ciencia, ni sanidad pública, pero sí tenían historias orales para calmar el miedo y redes de ayuda donde las mujeres eran cruciales.

El sufrimiento y el dolor no solo pueden hacer que afloren sentimientos y comportamientos egoístas, sino también altruistas y buenos?

Es una de las grandezas de la humanidad. La Historia cuenta con héroes y heroínas bien conocidos, pero La heredera del mar hace un zoom para descubrir las vidas de lo que hasta ahora no eran más que nombres en documentos de la época. La novela evoca la vida de muchas mujeres medievales olvidadas y que fueron grandes de espíritu en medio del caos.

Después de leer este libro, ¿veremos a la mujer medieval con otra perspectiva? ¿Reivindica el papel de la mujer que desarrollaba oficios que parece que no le correspondían?

En mi caso ha sido así. Desconocía que había tantas mujeres en el tejido económico de las ciudades, ejerciendo de artesanas, mercaderas, invirtiendo en expediciones mercantiles, viviendo como beguinas… No eran demasiadas, pero ahí estaban. La cuestión es: ¿por qué en las décadas siguientes a 1348 se arrincona a las mujeres al ámbito doméstico? Es un enigma histórico que trato de explicar en la novela.

Las beguinas eran mujeres libres que vivían en comunidades independientes a las que no tenían acceso los hombres, ¿cómo era el día a día de estas mujeres?

Eran comunidades con vocación religiosa y de servicio que no se sometían al poder de la Iglesia local ni a las órdenes monásticas. Al contrario que en otros lugares de Europa, en España eran grupos reducidos. En Barcelona estaba Agnes y unas pocas que cuidaban el hospital de leprosos. Sabemos que en el siglo XV el Consejo de la Ciudad las defendió contra inferencias de la Iglesia. ¿Qué significa esto? Que la ciudad las respetaba y las defendió ante otros poderes. Sólo con eso ya intuimos que hay historia detrás, ¿verdad?

“No hay escritor que no se forme leyendo y aprenda con cada libro que lee”

Su manera de escribir, muchos críticos, con acierto, la comparan con autores de enorme prestigio. ¿De qué fuentes bebe y cuáles son sus referentes?

No hay escritor que no se forme leyendo y aprenda con cada libro que lee, de cualquier género, sea ficción o no. Autores como Ildefonso Falcones, Umberto Eco, Chufo Llorens, Luis Zueco, Isabel San Sebastian, y muchos otros, son para mí maestros; incluso escritores más recientes que yo lo son. Luego hay que encontrar la propia voz y es en lo que llevo trabajando mucho tiempo.

¿Cómo se documenta una novela de más de 600 páginas? ¿Dónde encontró las mayores dificultades para obtener los datos más relevantes e interesantes?

Lugares como la biblioteca de Museu Marítim de Barcelona han sido claves. Cada vez se publican más tesis y estudios sobre las mujeres en la edad media, más allá de nobles o reinas. La clave está en elegir cuánta información debe aparecer y cómo. La novela debe despertar curiosidad y deseo de leer un capítulo detrás de otro. Es un viaje movido por la curiosidad.

Hasta al mayor amante de la Historia le carga una novela si contiene demasiados datos y descripciones

A un autor de novela histórica, ¿le cuesta no compartir con los lectores todo lo que ha investigado?

En mi caso eso lo superé en Las horas oscuras gracias al editing. No hay nada peor “que se te vean las fichas”, refiriéndose a las notas de los datos históricos. Aprendí a aligerar el texto y cuando vi que mejoraba en ritmo y fuerza comprendí que era lo que debía hacerse. Hasta al mayor amante de la Historia le carga una novela si contiene demasiados datos y descripciones. Esto se disfruta en los ensayos, donde el lector sabe a lo que va.

¿A qué da más importancia el autor, a la trama, al ritmo, a los personajes, a los datos históricos…?

A los personajes. Si ellos tienen fondo y metas vitales, se tejerá una buena trama. He de reconocer que para La heredera del mar he trabajado mucho el ritmo formándome en técnicas narrativas. Y ya noto que los lectores definen esta novela sobre todo con la palabra engancha. Eso para mí es muy bueno.

¿Cree que la mayoría de los lectores aprenden historia a partir de las novelas históricas?

Siempre he sostenido que la historia no se aprende leyendo novelas históricas. La prueba somos los propios novelistas del género. No conozco a ninguno que se documente históricamente leyendo novelas, en todo caso se leen por placer o para ambientarse. Pero la narrativa tiene algo maravilloso: nos permite sentirnos en un lugar y tiempo concreto. Se trata de una experiencia y mientras la vivimos nos vamos enterando de cosas y aprendiendo mucha historia. Opino que no debe ser ese el objetivo, sino un valioso regalo que va empaquetado en la novela.

¿Ficción histórica? ¿Novela histórica? ¿Qué prima en La heredera del mar?

Para mí la diferencia está en que la novela histórica narra hechos históricos o la vida de alguien real, y la ficción histórica crea algo nuevo y lo sitúa en un momento histórico. Aquí hay un poco de todo pues se novela lo que sucedió en ciertos días de 1348, según las crónicas, y que fue un punto de inflexión en la historia, pero la aventura de Marina Montaner y sus hermanas es una ficción.

Marina es una heroína excepcional, ¿Quién hay detrás de este personaje? ¿Qué elementos de su personalidad destacaría?

Marina procede de una familia de mercaderes valencianos, inspirada en la poderosa saga de los Mitjavila. Es una joven culta y osada, cuyo futuro es casarse con algún mercader y ampliar la influencia de los Montaner en el Mediterráneo, pero un acto impulsivo provoca la ira del rey Pedro IV de Aragón y eso la obligará a huir. En su trepidante periplo hasta convertirse en mercadera y contrabandista, nos descubrirá la vida oculta de las mujeres medievales, la ayudarán las beguinas, y conocerá el tesón de las artesanas y mercaderas. Ella es una mujer audaz, sorprendente, pero hay datos de mujeres así.

¿Un escritor nacido en Alicante puede resistirse a la atracción del Mar Mediterráneo? ¿Su libro es un viaje de leyenda o su objetivo va más allá?

Es una novela con aventuras marineras, con un barco que es un universo y un mar que no sólo era una vía para mercadear, sino que por él arribaban las historias orales que podían sanar las heridas del alma que provocan horrores como una peste.

He nacido y vivo muy cerca de ese mar brillante, he conocido sus historias llegadas de lejos. Tengo un carácter mediterráneo y me siento conectado a otros pueblos costeros. He viajado a muchos lugares bañados por sus aguas para beber de su cultura y historia. Ya tocaba esta historia en mi camino y espero que los lectores la disfruten.

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