En La Puerta (2020), Manel Loureiro nos transporta a un rincón remoto de Galicia, donde la realidad y el mito se entrelazan en un thriller inquietante y absorbente. Con una narrativa que evoca la esencia de las leyendas ancestrales y el folklore gallego, Loureiro nos introduce en un mundo donde las fronteras entre la vida y la muerte son tan difusas como la niebla que cubre el monte Seixo.
La novela sigue a Raquel, una ex guardia civil que se enfrenta a la desaparición de su hijo Julián en un contexto lleno de misterio y antiguos rituales. La trama se desarrolla en torno a la mítica Puerta del Más Allá, un antiguo megalito que, según las creencias locales, sirve de comunicación entre nuestro mundo y el de los muertos. Loureiro utiliza esta premisa para construir una historia que no solo atrapa por su suspense, sino que también explora temas profundos como la desesperación, la fe y la capacidad humana para encontrar sentido en lo inexplicable.
Uno de los aspectos más destacados de La Puerta es la habilidad del autor para crear una atmósfera cargada de tensión y misterio. Las descripciones del paisaje gallego, con su belleza salvaje y su historia impregnada de leyendas, no son meramente decorativas; se convierten en un personaje más de la novela, reflejando el estado emocional de los protagonistas y subrayando la sensación de aislamiento y peligro. La narración de Loureiro es detallada y evocadora, logrando que el lector sienta el frío, la humedad y el constante acecho de lo desconocido.
Los personajes están bien desarrollados y sus motivaciones son creíbles y complejas. Raquel, en particular, es una protagonista fuerte y vulnerable a la vez, cuya determinación por salvar a su hijo la lleva a enfrentarse a terrores tanto físicos como sobrenaturales. A través de ella, Loureiro explora el dolor de la pérdida y la esperanza desesperada, temas que resuenan profundamente y añaden una capa de humanidad a la trama sobrenatural.
El ritmo de la novela es otro de sus puntos fuertes. Loureiro maneja con maestría la construcción del suspense, dosificando la información y revelando los secretos de la trama en el momento justo para mantener al lector en vilo. La tensión crece de manera constante, llevándonos a un clímax que es tanto emocionante como emocionalmente satisfactorio.
La Puerta no es solo un thriller; es una exploración de cómo las historias y creencias del pasado pueden influir en el presente y cómo los seres humanos buscan desesperadamente razones y respuestas en un mundo a menudo caótico e incomprensible. Loureiro nos recuerda que, a pesar de nuestros avances tecnológicos y científicos, seguimos siendo criaturas necesitadas de mitos y significados.
—El tránsito de la vida a la muerte, por supuesto —me señaló sorprendido—. Cuando celebraban sus ritos funerarios, pasaban los cuerpos de los difuntos por esa puerta, en sentido este-oeste, para ayudarlos a llegar al mundo de los muertos. Esa era la función de la Puerta, servir de comunicación entre nuestro mundo y el más allá.
Este párrafo encapsula perfectamente la esencia de la novela: la Puerta como un símbolo del tránsito y la conexión entre los vivos y los muertos, reflejando las creencias ancestrales que aún perviven en los rincones más remotos de la tierra gallega. Loureiro logra, a través de descripciones detalladas y una atmósfera densa, transportar al lector a un mundo donde lo sobrenatural se siente terriblemente plausible.
La Puerta es una novela que combina el misterio y el suspense con una profunda exploración de temas humanos universales. Manel Loureiro ha creado una obra que no solo entretiene, sino que también invita a reflexionar sobre las fuerzas invisibles que moldean nuestras vidas y nuestras percepciones del mundo. Es, sin duda, una lectura recomendada para aquellos que disfrutan de una buena historia con una dosis de lo sobrenatural y lo psicológico.
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