En otoño de 1949, en Madrid, la investigación de Pedro, un joven científico, se ve detenida debido a la falta de ratones de una cepa que desarrolla tumores inguinales. Después de descubrir que el Muecas, un delincuente, cría esa misma variedad en una chabola en las afueras de la ciudad, Pedro decide aventurarse en los bajos fondos de la capital, comenzando así su propio descenso a los infiernos.
Nacido en Larache, Marruecos, en 1924, Luis Martín-Santos era hijo de Mercedes Ribera Egea y Leandro Martín-Santos. Aunque su nombre originalmente debía haber sido Luis Martín Ribera, su padre, un médico militar que llegaría a ser general, decidió mantener unidos sus dos apellidos y optó por la solución de unirlos mediante un guion.
Luis, junto a sus hermanos Leandro y Encarnación, fue profundamente afectado por la enfermedad de su madre, quien fue diagnosticada con esquizofrenia durante su infancia. Este hecho influyó en la decisión de Luis de especializarse en psiquiatría, a pesar de ser obligado por su padre a estudiar medicina. Como resultado, se convirtió en uno de los profesionales más destacados en España en esta disciplina durante esa época. Entre sus colegas destacados se encontraban Carlos Castilla del Pino y José López-Ibor, quienes también fueron sus mentores.
Fue gracias a su padre que Luis Martín-Santos logró publicar su primer libro, Grana Gris, un poemario de juventud. Aunque valoró el gesto, Luis no recibió con demasiado agrado la edición del libro por parte de Leandro Martín-Santos en 1945, ya que fue a sus espaldas.
En 1946, Madrid fue el destino del futuro escritor para realizar sus estudios de doctorado. Durante ese tiempo, comenzó a trabajar en la clínica del doctor López Ibor y asistía regularmente a las tertulias literarias. Fue en estos encuentros donde tuvo la oportunidad de conocer a personas que se convertirían en algunos de sus mejores amigos, como Juan Benet, Ignacio Aldecoa o Alberto Machimbarrena. A través de ellos, descubrió escritores que en ese entonces eran considerados novedosos e incluso revolucionarios en su estilo de escritura, tales como Kafka, Proust, Faulkner y Joyce.
Martín-Santos se casó con Rocío Laffón Bayo dos años después de ganar la plaza de director del Psiquiátrico Provincial de Guipúzcoa por oposición en abril de 1951. Tuvieron cuatro hijos, pero desafortunadamente, uno de ellos, Leticia, falleció repentinamente el 15 de octubre de 1956 a los tres meses de edad, posiblemente debido a la muerte súbita del lactante. Esta trágica pérdida afectó profundamente el estado de ánimo de Martín-Santos.
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