Hay que tener mucho cuajo (a Sánchez le sobra) para invocar al cielo. Cuidado con el cielo que te puede caer encima. Pablo Iglesias quería tomarlo por asalto y se ha quedado en el purgatorio. Las cosas de arriba mejor ni me las toques. Y las de abajo menos. Vade Retro Satanás.
Sánchez es una caja de sorpresas, por no decir una caja de Pandora. Ahora le ha dado por ponerse modo refranero sentenciador. “Bien está lo que bien acaba” dijo al aprobarse el trio calaveras de los Decretos leyes. Le faltó añadir “bien acaba si acaba bien para mí”. O sea, ande yo caliente, ríase la gente. No sé si la gente se ríe. Pero él se ríe a mandíbula batiente cada vez que pasa por el hemiciclo. La ciudadanía está hasta donde tú sabes y yo me callo. Que empieza por “güe” y termina por “vos”. Manda güevos que diría Trillo, lo que está pasando con la Amnistía y Puigdemont. Que, por cierto, no te creas que quiere la independencia. Quiere lo que quiere y esto no lo puedo decir ni abreviado ni sintetizado ni resumido. Lo que sí te digo y te garantizo es que la legislatura que mal empieza mal acaba.
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