La autoficción bien articulada, bien escrita, bien redactada como la prosa que versa en el libro "Dietario de un ex" de Javier Barraca Mairal (Zaragoza, 1964) – I Premio Gravitaciones de Novela Corta, 2021 (Gravitaciones, 2021) - nos da detalles de su vida privada y de sus motivos personales relatando una serie de acontecimientos cotidianos y personales de forma magistral. Un diario autobiográfico que denota el talento, el conocimiento y la pericia en utilizar correctamente el lenguaje literario de un escritor comprometido con la sociedad. Es una novela de ideas, contemporánea y actual. Dentro de la novela existe un juego de espejos en el cual se perfila el problema de la identidad del ser humano, sus miedos y sus angustias. La ficción se intercala con la realidad en una estructura narrativa complicada donde un narrador homodiegético en primera persona utiliza las digresiones, la deconstrucción del sujeto y la realidad, el fin del tiempo y de la historia lineal para acercarnos con la ironía y la parodia intertextual. A modo de prólogo, Juan R. Gallo nos esboza las claves que marcan las líneas de identidad, desorientación y, por tanto, crisis personal y males de nuestra sociedad del XXI junto con la soledad. Javier Barraca (Profesor titular de Filosofía en la URJC. Doctor en Filosofía y en Derecho. Director de la cátedra de Estética de la Escuela de Humanidades Juan de Ávila secretario del Capítulo de Estética de Aedos. Autor de numerosas obras literarias y de ensayo. Siempre ha compatibilizado su vocación literaria con su labor académica. Ha obtenido varios premios de novela y de relato) como escritor posmoderno logra romper en toda su narrativa las fronteras de la ficción y la realidad recurriendo a la intertextualidad como la única referencia posible. La realidad en sus textos se solapa, se desvanece, se diluye hasta convertirse en un simulacro. Su nueva forma de percibir la realidad nos conduce a definir su escritura fragmentaria dentro de la hibridación genérica. Su autor nos introduce a través de un dietario en un viaje a través del pensamiento y del lenguaje. Su personaje principal, su yo mismo, quiere saber, aprender, conocer. Debe transmitir su viaje a través de la experiencia viajera. ¿Ese viaje debe ser real y efectivo para que un escritor lo convierta en ficcional? Barraca mapea la realidad y el conocimiento del mundo y a su vez, jerarquiza todos los conceptos y las ideas que se derivan de un viaje. ¿De qué forma se narran los viajes reales e imaginarios o ficticios en la literatura? ¿Cómo representa y mapea el escritor un relato de viajes? Su problema de “ex” le conduce a plantearse la identidad a través de una serie de acontecimientos, espacios y no-lugares - como diría Marc Augé. Javier Barraca es capaz de acercarse a una forma de percepción del mundo falsa por parte del ser humano, es decir, a una concepción errónea debido a una “falsa interpretación” de la realidad por medio de un proceso subjetivo que influye y actúa sobre el ser que percibe y siente; esas percepciones erróneas o falsas no dependen del exterior sino de nosotros mismos, de nuestra perspectiva o punto de mira, puramente algo intrínseco a nosotros. El autor a través de su discurso literario expresa cómo entró en una crisis existencial que marcó un periodo de su vida, pero no se le olvida la forma en que un ser humano puede mantener al mismo tiempo pensamientos opuestos que entren en conflicto entre sí y eso le crea, cierta incongruencia e inseguridad - como explicaría la teoría de la disonancia cognitiva de Leon Festinger. Para salir de esa situación debe esforzarse en generar ideas nuevas hasta conseguir que sus actitudes encajen y tengan cierta coherencia interna. A veces eso es lo que nos sucede a todos cuando tenemos delante nuestro a los demás; los sentimientos con respecto al otro entran en conflicto y nos sentimos amenazados con el exterior, con lo que nos rodea a la vez que, en ciertos momentos, disfrutamos de otras cualidades o peculiaridades del Otro, únicas y genuinas que nos aportan mucho más que las que nos dan los aspectos más negativos de él. El Otro para el autor de este Premio de Novela Corta 2021 es nuestro reflejo, una mirada al exterior donde nos vemos reflejados a nosotros mismos. Existe cierto paralelismo entre este diario personal y la obra de Encuentro con el Otro del escritor Ryszard Kapuściński (periodista polaco, historiador, escritor, ensayista y poeta) se publicó en Anagrama en 2007. En los dos libros late la idea que “El Otro” y se puede entender cómo el ser que se contrapone a los demás seres del mundo. Ambos libros sintetizan la diversidad y el conocimiento del ser humano para alcanzar ese acercamiento y encuentro con el Otro como reto del XXI. Más que nunca debemos pensar en el mundo habitado por otras personas donde reflejar ese acercamiento a los demás seres humanos. Pensar en el Otro no como un desconocido ni un intruso sino como Emmanuel Lévinas (cuya cita antecede al texto) denomina “acontecimiento de encuentro con el Otro”, es decir, como ente único e irrepetible. El grupo de filósofos dialoguistas (Martín Buber, Ferdinard Ebner y Gabriel Marcelque) ha desarrollado la idea del Otro con posturas abiertas y de acercamiento. El encuentro con el Otro nos produce una extraña sensación de simbiosis, dualidad o diferenciación de otra persona distinta a mi persona, reflejo filosófico de los interrogantes humanos. Diferentes categorías del pensamiento humano laten en el mundo, la humanidad y su origen. El autor intenta analizar y descifrar su problema personal de identidad para alcanzar la otredad o el Otro dentro de un cambio del pensamiento. El Otro es un cúmulo de ideas y sentimientos, emociones y sensaciones que se puede analizar desde una perspectiva humana, ética y social pasando por la comprensión y la tolerancia del Otro y provocar en nosotros una sensación de alegría y gozo como explica en el epílogo del libro. Javier Barraca indaga y reflexiona en la vida del Otro, para ir desenvolviendo su idea en relación con la configuración del Otro como parte de la existencia humana ya sea desde la filosofía con la figura de Lévinas con su responsabilidad debida a la figura del Otro o bien, desde la antropología social con Malinowski el cual se centra en la experiencia personal del trabajo de campo y en las funciones que le proporciona al ser humano la cultura. A pesar de nuestra situación de incertidumbre e inseguridad como aparece en la voz narradora en la obra Dietario de un ex de Javier Barraca, el desenlace es sentir el calor del Otro, del cuerpo humano ajeno, de lo Otro, del que se diferencia de nosotros y se refleja en nuestro yo más auténtico. La muerte del autor de la posmodernidad implica eliminar el sujeto deudor de la cultura que interrelaciona todos los elementos de su obra. La obra de Javier Barraca Mairal ya no pertenece a él sino a sus lectores, a aquellos que jugamos un papel imprescindible en las múltiples interpretaciones del texto al tiempo que la verdad se transforma en interpretativa o hermenéutica. Como lectores nos enfrentamos a los textos narrativos con imaginación para dejar las historias abiertas y lo más importante es el camino que recorremos junto al autor.
El significado que el autor atribuye al prefijo “ex” es una de las claves narrativas del texto. Parece que para justificar su condición de “ex” (a no ser nada, a no ser nadie) el autor se acerca al doble fantasmagórico de alguien vivo como recurso literario para dar forma a la ficcionalidad en su obra. El término Doppelgänger revela una figura semejante, un gemelo capaz de entenderse uno mismo o acercarse hacia un personaje concreto en el caso de una novela. Un doble literario puede desvanecerse como el lado tenebroso y oscuro de un personaje, la parte escondida de su psique o la conversión de un semejante psicológico. Se asocia una figura con la figura representada y de esa forma se hace posible el entendimiento de uno mismo. Igual que Jorge Luis Borges, el autor de Dietario de un ex nos conduce a navegar por el asombro de los enigmas y las incertidumbres de un yo que somos y no somos al mismo tiempo, entre lo que deseamos y no deseamos, entre lo que tenemos y no tenemos. En definitiva, un espejo donde cuestionar la identidad del hombre. El misterio de la existencia supone para Borges una alta vigilia en la cual admira la dimensión imaginativa de la conciencia llegando a un comportamiento literario continuo de insomnio e interrogantes igual que aparece la fusión de sueño-realidad-insomnio en los rasgos del protagonista que Barraca nos muestra en su libro. En ambos autores aparecen los símbolos espacio-temporales (el camino; el umbral, el recinto sagrado, el espejo, la biblioteca, los temas metafísicos, el carácter fantasmagórico, alucinatorio, del mundo; la identidad, la persistencia de la memoria, la realidad conceptual que priva sobre la irrealidad de los individuos y, sobre todo, el tiempo, el “abismal problema del tiempo” con la amenaza de sus repeticiones, de sus regresos). No podemos conocer ni entender la realidad y, cuando lo hacemos, deja de tener sentido. La búsqueda metafísica de Borges y de Javier Barraca no es un intento de racionalización del misterio que lo rodea, sino un claro ejemplo de la imposibilidad de entender o comprender un escenario perturbador. Barraca expresa en su yo narrativo una teoría cosmológica o filosófica en la que entrarían en juego, numerosas e infinitas series de tiempos, en una red creciente y vertiginosa de tiempos divergentes, convergentes y paralelos donde igual que Borges los tiempos se aproximan, se bifurcan, se cortan o que secularmente se ignoran, abarca todas las posibilidades. La idea del tiempo en Javier Barraca se ramifica indefinidamente mediante el recuerdo de las infinitas historias que nos narra en su libro. El Borges metafísico que especuló sobre el tiempo y el espacio y lo infinito, la vida y la muerte y si hay destino para el hombre aparece de nuevo como una lanza en la estructura narrativa de Dietario de un ex de Barraca construidos a partir de reflejos, inversiones y paralelismos. Incertidumbres, asombros metáforas y dudas de trasfondo metafísico se reflejan en el corpus textual a través de la larga retahíla de “ex” que el autor nos introduce. La figura del protagonista adopta igual que en la novela Aniquilación de Michel Houellebecq publicada por Anagrama en 2022 un tono existencial e indaga del mismo modo un estilo serio, tratado con ironía e inocencia infantil, en temas cotidianos y cercanos como la identidad, la muerte, la enfermedad, mediante una serie de encuentros y desencuentros marcados por su experiencia vital en pleno siglo XXI que introducen al lector en una especie de melancolía y esperanza a la vez. Diríase que la condición de “ex” nos conduce y deriva hacia la novela Elegía de Philip Roth donde aparece la naturaleza filosófica-existencialista y la “angustia existencial” del individuo que la sufre ante la realidad del envejecimiento y acaba con la muerte. En ambas tramas laten los tres estadios de la existencia de Kierkegaard (lo estético, lo ético y lo religioso) según la fenomenología del espíritu subjetivo, en estrecha relación con la Fenomenología del espíritu de Hegel. Ese devenir subjetivo del protagonista invade las páginas del Premio de Novela Corta 2021 así como finitud e infinitud, realidad e idealidad, la hazaña del hombre de asumir la diferencia entre asumir la diferencia entre ser y pensamiento. Puedes comprar el libro en:
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