«Siempre he creído que era un privilegio vivir, como vivo, en el corazón de Viena. Hasta hoy…, cuando me veo obligado a oír desde mi salón los gruñidos descompuestos de un delincuente llamado Adolf Hitler celebrando la invasión de Austria, a la que va a convertir en una provincia de Alemania, de su siniestra Alemania». Así arranca Bohemios que hablaban alemán: una historia de principios del siglo XX, entre Múnich y Viena. El joven vienés Volker Schulze recibe una herencia de forma inesperada. Doctor en Derecho, pero apasionado de la literatura y el arte, Volker decide usar esta pequeña fortuna para irse a vivir a Múnich, al célebre barrio bohemio de Schwabing. Ahí entrará en contacto con sus círculos intelectuales: «Irá conociendo a estos tipos, si se queda tiempo por aquí, y advertirá que saben combinar muy bien la finura intelectual con los disparates y las delicias de la carne…».
Artistas como Stefan George, la familia de Thomas Mann, el dramaturgo Frank Wedekind, la «condesa bohemia» Franziska zu Reventlow o la singular Kathi Kobus, en cuyo local se reunían los más extravagantes representantes de la «bohemia alemana», se pasean en este fresco de una sociedad que tanto aportó a la cultura europea. Cuando regresa a Viena y a sus populares cafés, también trabará relación con escritores como Altenberg, Karl Kraus, Schnitzler y los pintores Klimt o Kokoschka. Con un estilo que refleja la escritura del periodo que describe, Sosa Wagner, narrador avezado, traslada al lector al mundo de una generación que, entre dos imperios en decadencia, se preparaba inconscientemente para la barbarie de una guerra mundial y una crisis que marcaron el final de toda una época.
Francisco Sosa Wagner (Alhucemas, 1946) es catedrático en la Universidad de León. Entre julio de 2009 y octubre de 2014, fue diputado en el Parlamento europeo, trayectoria que quedó reflejado en Memorias europeas (2015), donde combina consideraciones políticas con observaciones del paisaje, la cultura o la gastronomía. Como escritor, ha sido galardonado con varios premios literarios, entre ellos el Premio Miguel Delibes en 1992 por su novela Es indiferente llamarse Ernesto (Funambulista, 2017). Colabora en El Mundo, La Nueva España y otros periódicos regionales. Ha bautizado como Guindas en aguardiente su gusto por cultivar un género cercano a las greguerías (colección literaria de la UNED, 2000). En 2019, publicó en Funambulista Novela ácida universitaria, un retrato demoledor de la universidad española, y en 2021, en Triacastela, Abdicación por amor, una novela real.
Puedes comprar el libro en: