- Vani, ¿tú crees que todavía existen personas buenas, de verdad? ¿De esas que albergan sentimientos nobles en su corazón y están dispuestas a poner en peligro sus vidas por salvar a los demás’?
- Crudo me lo fías, querida Puri. Todos tenemos un huequito en nuestra alma en el que caben emociones y afectos nobles y positivos, aunque seamos malos de solemnidad, pero tan generosos como me los pintas, no lo creo en estos tiempos en los que cada uno mira, sobre todo, por sí mismo.
- Acabo de ver una película, rodada hace cinco años y estrenada ahora, que se va a convertir en un fenómeno mundial en pocos meses; me ha dejado las piernas rilando. Te hablo de SOUND OF FREEDOM –léase Sonido de libertad-, coescrita y dirigida por el mexicano Alejandro Monteverde y producida, entre otros, por Mel Gibson y Fabián Marta, acusado a su vez por tráfico de menores; trata de la historia real de Tim Ballard -interpretado por Jim Caviezel-, ex agente de Seguridad Nacional de Estados Unidos que, tan solo hace 10 años, lo dejó todo para luchar contra el tráfico de niños, logrando la detención de muchos malnacidos y arrancando de sus redes a cientos de pequeños inocentes.
- Joder tía, ¡qué tema tan duro! Y tan actual. Perece mentira que existan tantos cabrones abusadores de menores, infantes de meses en muchos casos, que los atrapan mediante el engaño aprovechando los sueños de los pequeños o de sus padres por buscar una vida mejor. Estados Unidos es el principal mercado de tráfico de memores, en Europa son Bélgica y Francia los países que se llevan la palma.
- La peli muestra imágenes, en blanco y negro grabadas por la policía, en las que ves cómo, desde una moto o a la carrera, se llevan niños de la vía pública o son arrancados de los brazos de sus madres en países de Sudamérica… ¡Realmente espeluznante! Porque son cosas que han ocurrido de verdad…
- La explotación sexual de niños es una de las lacras más horribles que arrastran la mayoría de los países y se ha convertido en un negocio global que afecta, cada año, a millones de personas en nuestro planeta. Sin hablar del tráfico de mujeres… ¿Y dices que afecta a todos los países?
- ¡Por supuesto! El secuestro que cuenta la película se produce en Honduras y, en principio el objetivo era una cría, hermosa de ojos grandes, pelo negro y bonita voz, de unos ocho añitos, pero cuando la “Miss” visita la casa para engatusarla, se encuentra que ésta tiene un hermanito más pequeño, de unos cinco. Hizo pleno y mató dos pájaros de un tiro. Más tarde, la acción transcurre por Estados Unidos y Colombia, un bello país con regiones en las que manda la ley de los narcotraficantes y guerrilleros a las que no accede la policía siquiera.
- Joder, tía. He leído que, en ocasiones, es la propia familia la que vende a los niños obligada por la pobreza y la desesperación; en otros casos, los mismos padres prostituyen a los menores, también por dinero y por vileza miserable.
- El puto dinero es el motor alrededor del cual gira nuestro planeta y los niños son el eslabón más frágil de la cadena que alimenta la bestia que muchos depravados inhumanos llevan dentro, por el enorme desequilibrio que existe entre abusador y víctima. Existen verdaderas mafias y redes de prostitución infantil que “trabajan” con absoluta impunidad, no solo en sociedades pobres, sino en países donde, la mayoría de los habitantes, viven holgadamente.
- Pero todos tenemos la obligación de velar y cuidar a nuestros menores, de procurarles bienestar físico y psicológico para que se formen como personas libres y plenas, de alimentarles, educarles, de hacerles crecer en igualdad de condiciones. Es nuestra tarea como sociedad, pero sobre todo como personas. ¿Y qué hacen los gobiernos? ¿Miran para otro lado o la corrupción alcanza a ministros y policías?
- En todos los estamentos hay personas excelentes y otras corruptas. Es algo tan cotidiano que nos hemos acostumbrado a vivirlo, casi, con normalidad por eso de ser habitual, pero es evidente, que hay organismos que trabajan de manera conjunta para acabar con captadores, mafias y puteros. Una de las bases de datos internacionales más importante sobre la explotación sexual de niños es la creada por la INTERPOL, que ayuda a los especialistas en identificación de víctimas de todo el mundo a analizar y comparar imágenes de abuso sexual de menores. Produce escalofríos conocer los datos que maneja: 4.3 millones de imágenes y vídeos, gracias a los cuales, se han reconocido más de 35.000 víctimas de todo el mundo. Se comparten datos con 68 países y están fichados ya casi 16.000 delincuentes.
- Estos datos demuestran que el hombre es el peor depredador para los de su raza…
- Aunque los datos fueran menores, la tragedia personal para quien lo sufre es infinita y las cicatrices casi imposibles de curar. Si nos atenemos a los datos de UNICEF, se estima que 150 millones de niñas y 73 millones de niños menores de 18 años se han visto obligados a mantener relaciones sexuales forzosas o han sido víctimas de otras formas de violencia y explotación sexual con contacto físico. Y sentencia: ¡Nadie es inocente! ¡Callar es aceptar!
- Entiendo, Puri, siempre es más fácil mirar hacia otro lado a pesar de conocer los cientos de miles de niños que son obligados a ejercer la prostitución o utilizados en industria pornografía infantil; sin hablar del dinero que mueve el turismo sexual… Se desconoce el alcance de este fenómeno, según un informe de Sandy Ruxton, de Alianza Save the Children, se tiene constancia de que este tráfico es un fenómeno muy extendido en algunas zonas de Asia y de Centroamérica y Sudamérica. Más recientemente, otros destinos han experimentado también incrementos significativos, entre ellos África y los países de Europa central y del Este.
- ¿Y crees que una película puede cambiar el mundo? Como han preguntado al director.
- Monteverde respondió: “No, la película no va a cambiar el mundo. Es una película. La gente, el ser humano, es quien puede cambiarlo. Ahora, la película inspira, inspira a tener una conversación”. Y me impactó la frase de alguien que fue putero y capaz de cambiar el rumbo de su vida cuando miró a los ojos a una joven a la que acababa de pagar tras mantener relaciones sexuales con ella, obligada desde los ocho años: la mirada de tristeza que transmitían sus ojos, acababa de producírsela yo.
- ¡Joder, Puri! Ahí me has dao, ¡me has dejado muerta! Nosotros seremos los narradores y espero que el boca-oreja funcione.
- Nosotras, ¡Ahí lo dejamos!