- ¡Tienes más detalles que el salpicadero de un seiscientos! Me dijo el Tati la primera vez que viajamos juntos y saqué la mandarina pelada, los sandwiches de tortilla y la cerveza fría sin alcohol para no contravenir la ley de la conducción responsable.
- ¡Ay Vani, eres una puta clásica!, qué viajes nos pegábamos cuando teníamos la mochila vacía y el corazón ligero. Nos poníamos en carretera con dos duros y el mundo por montera. Ahora viaja cualquiera desde que desapareció el proletariado, y todo está a reventar, aunque te vayas a la Conchinchina o a Sebastopol. Todo lleno de gente corriendo que no ve porque sólo se preocupa de hacerse fotos. Los más paletos se pillan un crucero de no te menees sólo por cenar con el capitán.
- Tía, no insultes, que yo soy de pueblo, ¡jabugo de buena bellota! ¡pata negra! que no paleta, aunque sea más jugosa.
- Joder, qué fina te pones. Me cabrean las multitudes foráneas, la plebe vociferante que inunda el centro de la capi a deshoras sin dejar dormir a los vecinos que, poco a poco, van teniendo que abandonar sus casas de toda la vida porque ahí no hay quien viva. Soy de petit comité más selecto.
- ¡Pues vete a la isla de Ellesmere!, que en la tundra ártica hay poca parva y no hace calor.
- ¡No te jode!, de allí han emigrado a Kalaallit Nunaat (léase Groenlandia) hasta el ovibos moschatus (léase, buey almizclero), el lemming de collar, el armiño y el lobo ártico. Tendré que conformarme con salvar ballenas beluga, azules, roncuales minke, narval o calderón y focas de casco (cystophora cristata), y contemplar betulas pubescens, salix glauca o sorbus aucuparias mientras paseo en trineo de perros acompañada por cazadores inuit de la región.
- Paraísos idílicos donde perderse a contemplar la aurora boreal. Eso sí que es un puntazo y seguro que allí hay pocos paisanos turistas, que no viajeros, que enturbien tu paz.
- Alguno llegará, me temo y me pasará lo que en el último viaje a Portugal. Estábamos comiendo un bacalhau à Brás en un restaurante típico cuando la pareja que estaba junto a nosotros intentó hacernos unas preguntas. Empezaron chapurreando inglés, luego francés y por último arameo acompañado de signos… hasta que al final nos enteramos de que la mujer era de Sevilla y el marido de Calpe. Nos partíamos el culo, tía. Si no hablamos a voces, no nos reconocemos, un suponer. Ya todos tenemos pelaje internacional, aunque seamos de Cuenca.
- ¡Es que no lo hay como hablar en extranjero con los españoles, Puri! Somos cazurros hasta para eso. Y ahora nos lo han copiado en el Congreso de los Diputados, que andan todos con el pinganillo hasta para ir a mear, pero se lo quitan cuando salen al recreo y se van a tomar unas copas juntos. Entonces se ponen a hablar en el idioma de Cervantes, por eso de la interacción, que a veces hasta ligan, según dicen. ¡Manda güevos pagar por no entenderse!
- La estulticia de sus señorías llega lejos con el deán de la catedral a la cabeza, que dice el expulsado del partido Redondo Terreros, Pedro Antonio, y su manera de poner de manifiesto lo que nos separa en vez de lo que nos une.
- Si es que lo peor de España son los propios españoles. Este capullo se ha cargado de un plumazo el trabajo que llevan haciendo fuera los representantes de la patria, intentando convencer al resto de los países de que somos gente normal que ama la convivencia, de que Spain is different, de que somos capaces de querernos con nuestras peculiaridades y estridencias. Y todo por seguir en la poltrona. Este tío tiene más peligro que una cajita de bombas.
- Lo bueno es que todo lo traducen al español. ¡Ahí se jodan! 650 auriculares, 12 intérpretes y más de 50.000 euros, de momento, por los soportes técnicos alquilados. Sin contar lo que cuestan los que están en las cabinas o desde su casa traduciendo. Y encima se pone en marcha, precisamente, el día en que se discute la reforma del reglamento de la Cámara para blindar el uso de estas lenguas cooficiales en todos los debates parlamentarios, ¿Y quién paga la feria? ¡Usted, señora, señorita o no binaria!
- ¿Pero, por qué no queremos entendernos si podemos hacerlo? El artículo 3 de la Constitución Española declara que el castellano es la lengua española oficial del Estado y establece que las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos.
- No queremos entendernos porque nos gusta jugar a ver quién la tiene más larga. Es el ejercicio del poder enfrentando, separando. Rechazamos lo que nos diferencia de los animales: el lenguaje que sirve para expresar no solo ideas, sino también sentimientos. Dice Boris Gindis, Ph.D. en NYS Licensed Psychologist que La lengua una de las capacidades humanas más poderosas y al mismo tiempo es el atributo más frágil y vulnerable. Está profundamente arraigada en nuestro ser como ninguna otra capacidad psicológica. Para su existencia y desarrollo depende del entorno social y cultural.
- ¿Entonces, la lengua es potente y a la vez frágil?
- La función del lenguaje es el poder comunicativo que tiene; el habla, constituye el instrumento decisivo de comunicación e interrelación social… para los que quieren hacerlo. Según Nietzsche “No hay nada menos inocente que las palabras, las armas más mortíferas que puedan existir”, y añade Oriol Arilla: “Son, además, el primer marcador de poder y de estructura. El lenguaje es la primera estructura que nos enseñará a obedecer”.
También afirma J. Schumann que La distancia psicológica aparece como consecuencia de algunos problemas de naturaleza afectiva, tales como el choque lingüístico, el choque cultural, la motivación y la permeabilidad del ego. Lo que supone En qué medida el que aprende es capaz y está dispuesto a renunciar parcialmente a su individualidad, de manera temporal, para integrarse en la nueva comunidad de habla.
- ¿Obedecer…? ¡Alucino colega! ¿Pedro Antonio está obedeciendo?, me despeloto. ¿También significa que es mejor abrir la mente para favorecer la integración y la convivencia? ¡Pues, apañados vamos con estos mostrencos! ¡Que paren el mundo, que me quiero bajar!
- No tía, vámonos con los inuit, ¡que ellos no se ponen pinganillos para entenderse!
- Prepara una buena chupa y los calzoncillos largos de buscador de oro de tu abuelo, que voy a buscar vuelos baratos.
- ¿Y allí qué se bebe? Porque no sé si conocen el gin…
- Hielo tienen para enfriarlo…
- ¡Ahí me has dao! Lo que ahora tengo frío es el corazón.
- Y que lo digas, tía. Y que lo digas.