"Poder y tronos. Una nueva historia de la Edad Media", de Dan Jones

«Una nueva historia de la Edad Media desde la caída de Roma hasta el Renacimiento. El saqueo de la otrora poderosa ciudad de Roma por los bárbaros en el 410 señaló el final de una era y el comienzo de mil años de profunda transformación. Desde san Agustín y Atila el Huno hasta Mahoma y los viajes transatlánticos al Nuevo Mundo, Dan Jones, reconocido historiador del mundo medieval, recorre mil apasionantes años de historia de Occidente. El mundo medieval fue forjado por las grandes fuerzas que aún hoy influyen en nuestro mundo: pandemias, cambio climático, migraciones masivas y revoluciones tecnológicas. Fue la época en la que se formaron las naciones europeas y se codificaron los sistemas legales occidentales. La Iglesia cristiana se convirtió en una poderosa institución y en guardiana de la moral occidental mientras el arte, la arquitectura, la filosofía y la ciencia experimentaban cambios revolucionarios. Occidente se reconstruyó sobre las ruinas de un imperio y emergió de sus cenizas para dominar el mundo. Ahora que nos acercamos a un punto de inflexión crítico en este milenio, Dan Jones nos muestra cómo la Edad Media es fundamental para comprender quiénes somos».

La primera parte de esta obra se refiere a lo que se denomina la ‘herencia de Roma’. Comienza con el Imperio romano de Occidente en plena debacle, ya que existen multitud de migraciones de pueblos germanos que cruzan las fronteras orientales buscando protección o dominio. Tras la caída del Imperio romano de Occidente, se comienzan a conformar una serie de estados llamados los ‘Reinos Bárbaros’, y ya el emperador Zenón de Bizancio recibe la corona de Roma enviada por Odoacro el rey de los hérulos; el cual será un mega estado, pero con pies de barro, ya que los imperios islámicos tratarán de derribarlo, para acercarse a Europa. La segunda parte nos acerca al reino merovingio y luego al carolingio, es el pueblo de los francos o salios.

“Esta historia es parcial, pero no exclusivamente, política: además de rastrear el ascenso de las dinastías que dividieron Europa en reinos cristianos, también examinaremos las nuevas formas de poder cultural ‘blando’ que surgieron en torno al cambio de milenio. Esta parte del libro se pregunta cómo los monjes y los caballeros llegaron a desempeñar un papel tan importante en la sociedad occidental durante la Edad Media, y cómo la fusión de sus dos mentalidades dio lugar a las cruzadas”.

En la tercera parte aparece un nuevo imperio, dirigido por Gengis Kan, y que es el de los mongoles, ya estamos en el siglo XII d.C., fue un poderoso dominio, que produjo millones de muertos. Asimismo, se acerca, este extraordinario volumen, a diversos grupos sociales que fueron esenciales para que el Medioevo llegase a feliz término, desde mercaderes y hombres del mundo de la cultura hasta arquitectos e ingenieros que crearon las nuevas urbes medievales.

La cuarta parte ya nos acerca al Renacimiento, comenzando con el estudio de la peste bubónica que arrasó a Europa desde Oriente a Occidente, devastando poblaciones, remodelando las economías y, produjo tal horror, que hasta los seres humanos mutaron su manera de pensar y de ser. La obra se aproxima, pormenorizadamente, a la Europa Occidental; ya que el concepto de Medioevo atañe y fue nominado por referencia a ese continente. La obra finaliza con una necesaria bibliografía, exigible para todo libro de Historia que se precie. También presenta unas cuantas páginas dedicadas a ofrecernos imágenes alusivas al Medioevo. Pero, de forma inexplicable e inesperada, aparecen unos errores de en lo relativo al capítulo del Cid Campeador, página-286: Fernando I nunca fue Rey de Castilla , sino conde de Burgos, y cuando es Rey lo es como Fernando I de León, y no es el titular, ya que la titularidad corresponde a su esposa la Reina Sancha I de León. En lo que se refiere a denominar a Zamora, ‘la bien cercada’, como una ‘pintoresca ciudad entre León y Madrid’ me resulta sorprendente, siendo la gran urbe del Rey Alfonso III “el Magno” de León, y la casi habitual capital de las reuniones de las curias regias legionenses. Sancho II lo es cuando se intitula como Rey de León que siempre fue su deseo incoercible, ‘imperando el príncipe Sancho en Burgos, y mi hermano el emperador Alfonso en León’. Alfonso VI nunca fue Rey de Castilla sino de León, y Castilla y Galicia eran territorios dependientes y subsumidos en la Corona de León. Por lo tanto, página-288, llamar a Alfonso VI como de Castilla es anhistórico. Se pueden destacar muchos capítulos de la obra, pero el de los vikingos es muy interesante.

“A partir de mediados del siglo IX, los francos tuvieron que enfrentarse al hecho de que eran vecinos de una sociedad móvil y abierta con ambiciones que se extendían por todo el mundo occidental. Había pocos lugares que estuvieran fuera del alcance de los vikingos, y, a medida que viajaban más lejos, la naturaleza de sus ataques comenzó a cambiar. En vez de los pequeños ataques a objetivos costeros que habían caracterizado sus incursiones a finales del siglo VIII, en el siglo IX se produjeron grandes misiones equipadas para el asedio, el sometimiento y la colonización. En casi todas partes, las potencias establecidas lucharon por contener la amenaza vikinga. El año 865, un ‘gran ejército pagano’ de vikingos invadió Inglaterra, posiblemente dirigido por cuatro de los hijos de Ragnar Lodbrok, entre ellos Ivar el Deshuesado, que pudo haberse ganado su nombre por una discapacidad que le afectaba a las piernas”.

A partir del siglo X, ya se apoderarían del ducado de Normandía y serían, por ello, denominados como normandos. Deseo destacar, por ser un entregado especialista en esta dinastía, el capítulo dedicado a Guillermo “el Mariscal” y los Plantagênet, con Ricardo Corazón de León en el centro de la narración. La citada peste bubónica se llevó por delante a una de cada dos personas, conllevó una gran hambruna porque 'las cosechas perecieron en los campos por falta de cosechadores’. Creo, que con lo que antecede, es bastante para invitarles a un acercamiento completo a esta obra, salvedades incluidas, y que merece un análisis de 1000 páginas para mil años de Historia de Europa. ¡Léase, por favor! «Gutta cavat lapidem consumitur anulus usu. ET. Aequat omnes cinis».

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