El otro título de esta novela, "Der Gefängnisarzt oder Die Vaterlosen" hace referencia a los huérfanos Rudolf y Konrad. Sus vidas están marcadas por dos eventos: el viaje al final de la noche de uno y la tormentosa odisea del otro para rescatarlo. Rudolf, un adicto a la cocaína y a las malas compañías conocido como Goldmundo, está huyendo después de un tiroteo con la policía. Además, es el principal sospechoso del asesinato de Jacob Zollikofer, un antiguo industrial de guerra e importante comisionista del Estado. Por otro lado, Konrad se ve obligado a asumir el papel del padre ausente y lucha dolorosamente consigo mismo y con sus seres queridos para encontrar un camino que lo lleve "desde lo intrincado e inexplicable hacia lo claro", como describe Hermann Broch.
"El médico de la prisión", de Ernst Weiss (1882-1940), fue publicado en 1934, es un relato que aborda tanto los bajos fondos de Berlín durante la hiperinflación y el ocaso de Weimar, como una investigación criminal, un procedimiento legal, una crónica carcelaria y el expediente clínico de una desintoxicación. Además, es una visión personal y amarga de la juventud de esa época, considerada como los verdaderos perdedores de la historia. Esta mirada se enfrenta a las fuerzas siniestras que permitieron la llegada al poder de Hitler, sin caer en la ceguera histórica que lo hizo posible. Como bien señaló uno de sus críticos, esta novela es profundamente humanista y no cumple con los principios del Tercer Reich para las obras literarias no degeneradas.
Ernst Weiss (Brno, actual República Checa, 1882 - París, 1940) fue un médico y escritor checo de ascendencia judía que escribía en alemán. Estudió Medicina en Praga y Viena, donde completó sus estudios en 1908 y trabajó como cirujano. También ejerció en Berna y Berlín. Durante este tiempo, entabló amistad con miembros del círculo literario del café Arco en Praga, entre ellos Franz Kafka, quien mencionó a Weiss en sus Diarios. Durante la Primera Guerra Mundial, sirvió como médico militar en el frente oriental. En 1921 abandonó la medicina para dedicarse por completo a la escritura y se trasladó a Berlín, donde rápidamente se hizo famoso y sus obras fueron publicadas por Kurt Wolff, un prestigioso editor alemán que también publicó a Kafka y otros grandes escritores europeos de entreguerras. En 1933, después del incendio del Reichstag, Weiss abandonó Berlín al igual que muchos de sus compatriotas y correligionarios. Primero se dirigió a Praga, donde cuidó de su madre enferma hasta su fallecimiento en 1934. Luego se trasladó a París, donde vivió el resto de su vida. La obra de Weiss aborda temas como la alienación, la opresión y la deshumanización en la sociedad moderna. Su estilo literario se caracteriza por su precisión y su capacidad para retratar los detalles más oscuros de la condición humana. Aunque no fue ampliamente reconocido durante su vida, su trabajo ha sido redescubierto y valorado en las últimas décadas. El médico de la prisión es considerada una de las obras más importantes de Weiss. En ella, el autor utiliza la figura del médico para explorar los límites éticos y morales en un entorno carcelario. A través del personaje principal, el doctor Franz Morgenstern, Weiss examina las condiciones inhumanas de las prisiones y critica el sistema penal de la época. La novela también aborda temas como la adicción a las drogas y la corrupción policial. En resumen, El médico de la prisión es una obra que combina elementos de diferentes géneros literarios para ofrecer una visión crítica y humanista de la sociedad en tiempos turbulentos. Ernst Weiss logra retratar con maestría los aspectos más sombríos de la condición humana y ofrece una reflexión profunda sobre los peligros del poder y la injusticia social.
El alumbramiento de algunas de sus obras más geniales marcó su última etapa en la capital francesa, a pesar de la penuria que experimentó. El 14 de junio de 1940, Ernst Weiss decidió poner fin a su vida al igual que Benjamin en Portbou y Zweig en Petrópolis. En su habitación del hotel Trianon, ingirió veneno y murió al día siguiente en el hospital, coincidiendo con la entrada de los nazis en París. Al igual que Benjamin, dejó una maleta con sus últimos escritos, tal como se describe en Tránsito, la novela imprescindible de Anna Seghers sobre los exiliados del nazismo. En esta novela, Weiss asume la identidad de Weidel, un escritor encontrado muerto en un hotel del Quartier Latin el mismo fatídico día, lo que resulta en la pérdida de numerosos textos, incluyendo una novela manuscrita.
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