Poco a poco, en bares tenuemente iluminados de Madrid y en playas alejadas de la capital, se desenvuelve la relación sutil pero intensa de Demetrio y Jacobo. El miedo a la intimidad tortura a Demetrio, al igual que la ansiedad por su diferencia de clase. Ambos tienen dificultades para aceptar sus identidades y sexualidades, evitando así expresar sus verdaderos sentimientos. Sin embargo, una tragedia familiar hace que sus vidas vuelvan a colisionar. Sumergiéndonos en emociones intensas y conflictos de amor y pérdida, la historia de "Países de origen". ¿El viaje más importante de nuestra vida es el que hacemos hacia nosotros mismos, hacía nuestro interior? Absolutamente, aunque en ocasiones ese viaje interior se genera por un desplazamiento físico. Hay partes de la identidad que se forjan en casa y en familia, pero hay otras partes que, para desarrollarlas, tienes que desplazarte fuera de tu entorno más inmediato, y en ocasiones fuera de tu país de nacimiento. ¿Es necesario estar perdido para llegar a encontrarse? No necesariamente. Su novela está escrita en primera persona ¿es más fácil así incorporar las emociones al proceso creativo? Las emociones son difíciles de incorporar escribas en la persona que escribas. En el caso de Países de origen, la elección de la primera persona pasó por el deseo de crear un punto de vista íntimo y trasladar al lector la opresión y la falta de rumbo que siente Demetrio, el protagonista. Haber escrito la novela en tercera persona con un punto de vista menos limitado, hubiera dotado a la narración de una libertad que Demetrio no posee. ¿La nostalgia en un inmigrante es más poderosa que la sensación de desarraigo? Creo que no se puede generalizar. En el caso de Demetrio, su sensación prevalente es la de desarraigo. Al haber salido de España con ocho años y vivir sin papeles en EEUU, su experiencia es la de un ciudadano de segunda. La decisión de regresar al país en el que nació pasa por la necesidad de vivir una vida que no se vea limitada por su condición de indocumentado. ¿Con la obtención de papeles se inicia el proceso de pertenecer a, sentirse aceptado en, o incluso una cierta culpa por traicionar tus raíces cuando no sientes tu patria como tal? El concepto de patria es complejo sobre todo en lo que concierne a la parte afectiva. Demetrio está pasando por una búsqueda personal que obviamente está siendo limitada por su condición legal. Cuando llega a España, aunque su pasaporte insiste que esa es su patria, Demetrio no siente ningún tipo de conexión emocional con el país. Eso le genera una ansiedad que le hace preguntarse si su patria real es EEUU aunque no exista ningún documento legal que lo acredite. La novela es, a grandes rasgos, una exploración del sentimiento de pertenencia. ¿Es un virtuoso de la repostería?, y si no es así, ¿cómo se ha documentado para que al lector se le haga la boca agua cuando habla de la tarte au citron o el milhojas de crepes con Grand Marnier? Ya me gustaría. La mayor parte de la documentación la hice en internet y a través de conversaciones con jefes de repostería que trabajan en restaurantes de Nueva York. “La clase social es la construcción social por excelencia”¿Sólo a través del amor se pueden derribar las diferencias de clase social? ¿Cree en la ascensión social a través del trabajo? La clase social es la construcción social por excelencia. En EEUU, siendo un país joven comparado con los países europeos, las clases sociales están basadas, sobre todo, en la riqueza. En ese sentido, la movilidad social norteamericana viene definida por el nivel adquisitivo. La manera más efectiva de derribar las diferencias sociales es promoviendo el acceso a la educación. Por eso, la inversión que hacen los países en los sistemas educativos es fundamental. El estado de la educación pública norteamericana es preocupante. Y no sólo por la necesidad de derribar las clases sociales, sino porque además hay una correlación muy clara entre la educación y la promoción de los valores democráticos. Y, por ende, la salud de la democracia. ¿Todavía hoy cuesta hablar de amor homosexual? ¿Y admitir la propia identidad sexual? Depende de dónde. En las dos últimas décadas en países como EEUU y España ha habido un gran progreso en lo concerniente al colectivo LGBTQ+. Sin embargo, en los últimos años se ha desencadenado un proceso de retroceso alarmante. Movimientos como el Tea Party que se ha adueñado del partido Republicano Americano y partidos como VOX en España de un corte racista, homófobo y fascista son una amenaza no sólo para al colectivo queer si no para los derechos humanos. Y para las democracias en general.
Países de origen es su opera prima, ¿cómo se gesta la idea de este libro y cuánto hay del autor en sus personajes principales? La idea para la novela se originó en un viaje que hice a Big Sur en California. Estuve varios días acampando y caminando por el Pfeiffer Big Sur State Park con un amigo que era jefe de repostería en un gran restaurante francés de Nueva York. Ahí arrancó mi obsesión con la repostería. Años después, cuando estaba cursando mis estudios de postgrado en la Universidad de Columbia empecé a escribir una historia para mi tesis sobre un jefe de repostería indocumentado. Después de graduarme, la tesis se convirtió en novela. Países de origen no es una novela autobiográfica y si bien guardo similitudes con Demetrio, también guardo similitudes con Jacobo, Chus y Patricia, los personajes secundarios. Es un libro intimista que induce a la reflexión, que habla de identidad, de deseo, de pertenencia. Sobre qué le ha costado más escribir. La parte más complicada fue retratar a un protagonista que su identidad nacional no se corresponde con el color de su pasaporte. El proceso interno por el que pasa Demetrio, desde que sale de Nueva York hasta que finalmente encuentra su lugar en el mundo, se manifiesta en un personaje a la deriva que atraviesa y ocupa diferentes espacios casi de una manera espectral. ¿Países de origen tiene algo de reivindicación? Más que una reivindicación, el libro es una exploración sobre la construcción de la identidad. Un ejercicio narrativo que usa la ficción para cuestionar el mito de la identidad nacional, el pensamiento heteronormativo, y la movilidad social. ¿En qué nuevo proyecto trabaja Javier Fuentes? Justo antes de que empezara con la promoción de la novela, empecé a organizar notas que llevo tomando varios años sobre el suicidio asistido y el derecho a morir. Es muy pronto para hablar de la historia porque todavía estoy tanteándola, pero por ahora trata de un arquitecto modernista que tiene una enfermedad terminal y vive en un banco de arena entre la bahía Great South de Long Island y el océano atlántico. Puedes comprar el libro en:
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