Hay que ver cómo le gustaba al dramaturgo innovar e indagar ante la corte y sus paisanos, intentando sorprender en cada puesta en escena, en cada propuesta, en cada situación escénica. Y hay que ver cómo le sacaba punta a todo, mente lúcida, pluma privilegiada, tributo a su antecesor y coetáneo Lope de Vega, que ya para esas fechas había fenecido, el pobre, y no pudo asistir a esta peculiar representación de personajes héroes con historias imposibles de tramas enrevesadas.
Enemigos, verdugos, derrotados, malheridos, deseosos, personajes variopintos, encarnados en las figuras de Jasón y de Medea, de Teseo y Ariadna, de Hércules y Deyanira.
Tres mayores prodigios en tres continentes distintos: Asia, Europa, África. Tres Misiones, tres desabridas historias. Motivos hay para hacerse un lío tremendo, pero Calderón entendemos que lo resuelve con ingenio, así como la compañía Evogía, y su creadora y directora Noelia Pérez.
Nos proponen, no que viajemos a un pasado nebuloso y turbulento, sino que nos traen a una especie de Late Show, de programa mediático, de concurso interactivo, que participemos con ellos de la fiesta, de la tragedia, del drama, de la comedia, de la farsa.
No nos intentan vender la moto, sino que quieren que la arranquemos, que nos pongamos en marcha, a modo de aquellos libros que se publicaron por los años 1980/1990, “Elige tu aventura”, en los que el lector toma decisiones sobre la forma de actuar que tienen los personajes y modifica así el transcurrir de la historia. Pues, más o menos, igual. Eres tú, somos nosotros, los que tenemos que tomar ciertas decisiones, que no serán ni acertadas ni erróneas, sino que devendrán en la interpretación posterior que los actores/actrices hagan del resultado.
Entre medias de tales propuestas, el elenco irá desgranando el texto de Calderón con la fuerza dramática que conlleva.
El mal, el honor, el amor, el valor, el bien, la gallardía, la traición, son los temas que sin querer, pero queriendo, iremos sopesando. Melodías y canciones actuales, intermedios para las consultas con el público, y simbolismo a raudales, todo está medido sin medir, porque para ello el público decide.
Fuerza, sabiduría, valentía, astucia, resistencia, carisma, y más, harán falta para superar las pruebas, para salvar tributos, para conocer la verdad y el futuro de lo que nunca podrá ser.
Arriesgada y desafiante puesta en escena que cuenta con el espectador como juez y parte, como instigador o mediador, como partícipe o auxiliar de campo.
Normalmente, los argumentos de ficción traen consigo un final, aunque luego den que pensar, pero aquí se cambiará para, en la función siguiente, volver a empezar y que nunca sea igual.
FICHA ARTÍSTICA
Compañia: Compañía Evogía
Autor: Calderón de la Barca
Dirección: Noelia Pérez
Interpretación: Alba Pineda, Carlos Manrique, Javier Mira, Melissa Skrobiszewska, Mercedes de Miguel, Víctor Meléndez
Dramaturgia: Noelia Pérez
Espacio: Teatros del Canal – Sala Negra