El presidente del IEB ‘Ledo del Pozo’, Fernando Regueras Grande escribe: «En 2017 la Amsterdam University Press, titular de la obra de John Williams: Visions of the End in Medieval Spain. Catalogue of Illustrated Commentaries on the Apocalypse and Study of the Geneva Beatus, Therese Martin, responsable de la edición, y la familia del autor, acordaron conceder gentilmente al Centro de Estudios Benaventanos ‘Ledo del Pozo’ los derechos del libro para su publicación en España. Nada le hubiera satisfecho más a John que ver, por fin, su obra póstuma y verdadero testamento intelectual sobre los Beatos, publicado en castellano. En realidad, el texto de nuestra edición es una versión reducida a la primera parte de la obra sin el exhaustivo estudio del Beato de Ginebra, auténtico colofón a The Illustrated Beatus. Aunque por distintas causas se ha demorado más de lo previsto, finalmente ha llegado a buen puerto. Si generosa fue la actitud de la AUP, editora y familia Williams, no habríamos podido estar a su altura -un pequeño Centro de Estudios de recursos limitados- si toda la elaboración del libro (salvo gastos de imprenta, claro) no hubiese sido gratis et amore. Gracias a ello se han podido mejorar muchos registros de la edición: tamaño de ilustraciones, siempre en color, calidad del papel, encuadernación y ese aire que necesita todo libro bien cuidado, máxime en tiempos de Internet. Se han rehecho además los índices y se ha añadido una addenda bibliográfica actualizada. Por último, llama la atención que haya tenido que ser este párvulo centro de estudios locales el que se haya ocupado de la traducción y edición de esta obra fulcral sobre uno de los monumentos clave de León (Reino de León), patria de los más significativos Beatos mozárabes del siglo X y Castilla, de su postrer renacimiento, a caballo del XII al XIII, los denominados Beatos cistercienses. Ninguna de las Comunidades Autónomas que engloban estos territorios, conocidos hoy como Castilla y León (o León y Castilla con más propiedad), La Rioja y Cantabria, a pesar del ímpetu identitario de sus políticas editoriales, lo han considerado de su competencia».
Existe un documento importante relativo al Comentario del Apocalipsis de San Juan Evangelista, creado por un monje de la región de la Liébana legionense, al que la historiografía ha denominado como Beato de Liébana, y que estuvo vinculado al tiempo de los reyes Silo y Mauregato del Asturorum Regnum. La primera edición comentada sobre el Apocalipsis fue realizada en el año 776, mientras que ya en el año 785 se conoce que, el monje, asistió a la profesión conventual realizada por la Reina-viuda Adosinda, tía-carnal del futuro monarca Alfonso II “el Casto” del Ovetao Regnum. Será, por lo tanto, el momento histórico del descubrimiento, posible, de la tumba en Compostela del Apóstol Santiago, el hijo mayor de Zebedeo. La asociación entre Santiago “el Mayor” y el Reino de Oviedo, luego trasladado el hecho y su representación ya al Reino de León, como patrono de la esencia de dicho Estado y de sus reyes-emperadores, siendo la urbe compostelana, con la portucalense Braga, las dos capitales religiosas del Regnum Imperium Legionensis, es esencial. Beato de Liébana considera este hecho como la indubitable evangelización hispánica.
“Aunque Beatus no habló de la muerte y entierro de Santiago, fue el autor de un himno, ‘O Dei Verbum’, para el antecesor de Alfonso II, el rey Mauregato, donde Santiago no solo estaba identificado como el predicador del Evangelio en toda la península, sino honrado como patrón de España también. La relación entre la familia real y Liébana, el monasterio de Beatus, continuaría bajo Alfonso III (866-910). Una importante expansión del locus santus compostelano tuvo lugar cuando Sisnando, como Beatus, antiguo abad de Liébana, ejerció como obispo de Santiago. Él supervisó la construcción de la nueva basílica consagrada en 899, entonces la iglesia más grande de España. Con esta historia, es difícil negar una conexión entre los escritos de Beatus y el descubrimiento de la tumba apostólica, que propició una peregrinación que atrae hasta hoy a miles de peregrinos a Santiago cada año”.
El malhadado siglo VIII d. C. fue desastroso para la Hispania romana, que estaba bajo el cetro de los monarcas visigodos de Toledo; cuyo reino cayó estrepitosamente cuando un grupo de incivilizados bereberes, dirigido por el liberto Tarik, cruzó el estrecho de Gibraltar y entro en la península a sangre y fuego, estamos ya en el año 711 d.C. Estas tierras visigodas estaban plenamente romanizadas desde el gobierno del Emperador César Augusto, hasta tal punto es así el hecho narrado, que con el devenir de ese siglo y el siguiente, dos emperadores de Roma, uno el más brillante y poderoso de toda la Historia del SPQR/Senatus Polulusque Romanus y su sucesor, Trajano y Adriano, habrían nacido en Hispania; aunque ambos a dos muy enemigos del cristianismo. Estos hispanos, denominados, por ser cristianos en un territorio de mayoría musulmana, como mozárabes/mustarabib-arabizados, irían perdiendo su esencia religiosa y convirtiéndose al Islam. Los que no estaban de acuerdo con el poder opresivo califal de Córdoba se fueron hacia el norte, refugiándose en el territorio del Reino de los Ástures y de Oviedo, y luego de León; uno de ellos sería Beato, quien no podría soportar la presión sociopolítica y religiosa realizada desde la corte del primer califa omeya cordobés, llamado Abd Al-Rahman I; y sería en la Liébana donde crearía su ‘Comentario’.
Beato de Liébana compuso su genial obra dividiéndola en 68 secciones, a las que llamó como storiae. Con este preámbulo les ofrezco el acercamiento a este libro, qué en sus 231 páginas, a todo color, nos ofrece todos los datos necesarios para conocer obra y autor, esencial para el devenir de la evolución de la Corona de León, y de todos sus territorios dependientes. El Apocalipsis tuvo enemigos siempre, en concreto Martín Lutero escribía que: ‘no es apostólico ni profético’. Los Reyes de León, Sancha I y Fernando I dieron la orden de iluminar dicha obra, ya a mediados del siglo XI d.C., realizado en San Isidoro de León por el monje-copista Facundo. En suma, obra muy importante sobre libro y época, que recomiendo vivamente. «Timeo Danaos et dona ferentis. ET. Labor omnia vincit».
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