¿Pero es que acaso la historia no viene bien trufada de páginas de guerra, de enfrentamiento, de adquisición de prevalencia –por las razones que fueren, reales o inventadas interesadamente- sobre el otro (rey), sobre los otros (los vecinos)?
De aquí que me parezca de una rara delicadeza el argumento que el autor utiliza para exponer la duda de Latino quien, en un principio, se nos presenta como un rey humano y prudente: “Era como si ya pudiese ver los cadáveres de sus hijos en el campo de batalla, cubiertos de polvo y sangre” Y una parte de su argumento lo desarrolla así: “En realidad, Latino solo tenía una hija, Lavinia, que ciertamente no iría a la guerra. Pero era un rey anciano, no tenía descendientes varones y consideraba como suyos a todos los hijos de la ciudad de Laurento, a todos los soldados. No quería verlos morir, no quería que se derramara más sangre” Un argumento fundado, diríase, casi inexcusable.
¿Acaso ha habido en la historia argumentos más abundantes y fundados que el referirse al dominio, a la guerra, al confrontamiento como una forma de comportamiento; una referencia tan trágica como las tales para vivir, para sobrevivir? Incluso cuando la historia del hombre ha querido referirse a la sustancia y la presencia del amor, siempre el protagonismo obsesivo y vano de los hombres ha debido vincular tal sentimiento a una pretensión distinta: la transmisión del poder, el afán por la herencia…
Al parecer, no obstante, Lotario, tenía vinculada su voluntad a una pretensión noble, y es así que para poder alcanzar sus pretensiones “pensó –escribe Nucci- en elevar sus pensamientos y sus plegarias a los dioses que desde siempre habían gobernado el Lacio y lo habían protegido. Esos dioses de los que él mismo descendía”.
Claro que, bienvenida sea su preocupación por los desastres posibles de la guerra, pero, ay!, al fin y al cabo estamos, una vez más, aludiendo a la guerra como realidad, como protagonista. ‘Homo homini lupus.
La narración, digamos, está bien escrita, y la función del libro resulta, sin duda, didáctica; al fin, tal como se nos indica en la presentación: “una mezcla de historia, leyenda, mitos, fábulas y aventuras en un cuento largo que nos lleva de la destrucción de Troya a la fundación de ‘la ciudad más grande del mundo’; la antigua ciudad de Roma.
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