- Con estas paredes de panderete se escuchan todas las intimidades de los vecinos. Estoy hasta las narices de meterme en el sobre con cascos por la noche para poder disfrutar de una buena lectura sin sobresaltos.
- No exageres Puri, que eres mucho de poner el grito en el cielo y no será para tanto.
- ¿Cómo que no? No me ha dado por la exagerancia. Literal como te lo cuento Vani; si no, pregunta a los que viven en el primero, segundo y tercer piso de mi casa que se escandalizan cuando empieza la sesión porque vibra hasta la escalera.
- ¡Ay doña Angustias! Sufres con los sonidos ajenos del amor no contenido 2.0 ¡qué no entiendes nada de los conceptos asociados a la digitalización ni a las tecnologías relacionadas con la Web Social!
- ¡Te digo que así no hay quién viva! ¡Es una falta de delicadeza con los que compartimos pared! La primera vez que escuché semejantes bramidos y lamentos llamé rauda y veloz a los guindillas pensando que estaba ante un maltrato doméstico ¡Me …oro, me …oro! ¡Dios mío!
- Puri, pero ¡si son cristianos! ¿Y cómo se lo tomó la Benemérita?
- Me dijeron que no se podía molestar a los servidores de la ley por un desconocimiento y que me buscara un maromo para que me enseñara cómo suenan las relaciones amorosas hoy día. Casi me muero de la vergüenza, yo que soy tan pudorosa. ¡Qué desatino el mío!
- Mayormente es lo que tiene no estar en la onda y ser tan contenida, tía. Me contaba el otro día una amiga que estaba en su casa de la sierra cuando unos gritos desaforados taladraron sus conductos auditivos a través de las cupressus arizonicas que la separaban del jardín de los vecinos. Se acercó con sigilo para ver lo que ocurría y contempló con pasmo el espectáculo: había una chica en la tumbona vestida de caperucita y un tío entrado en años dándole chupaditas al dedo gordo del pie derecho. La tía gemía a gritos, como tu vecina, y mi amiga llegó a la conclusión de que tamañas exclamaciones sólo podían ser de pago.
- ¡Me parto el culo Vani! Qué sorpresas te llevas cuando escuchas lo que no debes y te pones a interpretar cuando no tienes todos los datos. Es lo que el colega Toni Mateo llama errores cognitivos, que consiste en la aplicación de esquemas mentales deficientes a la hora de ordenar y trabajar la información que recibimos de nuestro entorno, dando como resultado una mala interpretación de la realidad… aunque escuchar a los vecinos no nos lleve a tener ideas irracionales ni nos provoque trastornos de estrés o ansiedad.
- Joder Puri, tu cometiste una inferencia arbitraria llamando a los guindillas -que no Benemérita como has dicho, que hasta eso te equivocas tía-, al dar una conclusión precipitada.
- Pues fue parecido lo que nos pasó a Nel y a mí en la cenita de la otra noche con Mari Mari Pilón que es de pluma fácil. Estábamos ya con los aperoles cuando la tía sacó uno de los escritos que apunta cuando la entra el incio y nos pidió atención. Casi a la vez, pegaron la oreja tres macizos de buen ver que no nos quitaban ojo y dos parejas de la mesa de al lado. Mi amiga, amante del teatro comenzó con la declamación poniendo caritas. Reproduzco literalmente:
SÁBADO
Es el día
Lunes, martes… cuento los días que nos separan
Recreo ese momento, el deseo, y todo en mi se estremece.
Revivo cada instante.
¡Divino placer que invade mi boca!
Lo espero
Entreabro los labios
Instante único
Vértigo
Mi lengua lo reconoce.
Su suavidad, su turgencia.
Lo lamo, suavemente lo presiono.
Se acerca el momento, … pero quiero recrearme… ¡Sólo pido un instante más!
Mi boca se llena de su dulzor, cierro los ojos y acumulo su esencia untuosa
No puedo contener el espasmo, el suspiro que se escapa de mi pecho…
¡!Ya está!!
BOMBONES DE NUECES (con dulce de leche y chocolate)
Y no ha llegado el puto sábado
¡A la mierda la dieta!
Y sacó dos bolsitas con sendos bombones para cada una. Puedes imaginar el descojone general por esta abstracción colectiva que nos hizo llegar, como tantas veces, a una conclusión precipitada y errónea.
- Yo lo llamaría mejor error del adivino, porque anticipabais sin tener evidencias…
- Está claro que cada cual interpreta la realidad en función de sus experiencias, lo que pone de manifiesto que en nuestra vida nos hemos comido una rosca como Dios manda, criatura.
- Tía, ya estás sacando conclusiones precipitadas sin conocer en profundidad mi biografía. Otra vez deduces a la carrera, un suponer, y la estrecha eres tú.
- De ahora en adelante, me niego a escuchar sonidos ajenos si no son armónicos. Vamos a la farmacia a comprar tapones que tapen…
- Y algo para la ansiedad que nos desazona, aunque sin receta…
- ¡Ahí me has dao Vani!, ¡ahí me has dao! ¡Cuánta ansiedad y qué estrés…!