Phillis Wheatley, de esclava a poeta famosa en Nueva Inglaterra durante la segunda mitad del siglo XIX martes 06 de junio de 2023, 23:02h
Por su condición femenina y su raza, en una época esclavista, Phillis Wheatley tuvo que defender su talento literario y su capacidad como escritora. Lectora avezada, admiradora de los clásicos, fue tan elogiada como vilipendiada por voces masculinas. En la centuria decimonónica, muchos navíos arribaban hasta Nueva Inglaterra. De África Occidental, quizá desde el actual Senegal, nuestra escritora singular, nacida en fecha y lugar sin documentar fehacientemente, llega a Massachusetts en un barco llamado Phillis, del que su mercader, un empresario bostoniano que la compró como sirvienta para su esposa, tomó su nombre, y así se la conoce; "emancipada" por su "dueño" recibió el apellido de la familia con quien se educó: los conocidos y progresistas Wheatley de Boston: un ejemplo atípico en el trato para lo que se llevaba por aquel entonces; empieza Phillis a leer muy pronto y a expresar su interés por autores griegos y latinos cuyos títulos componían la importante biblioteca de sus "benefactores". Acompañada por el joven Wheatley a Londres, gracias al patrocinio de la condesa de Huntingdon publica sus Poems on Various Subjects, Religious and Moral (Poemas sobre diversos temas, religiosos y morales), en el otoño de 1773. En el prefacio aparece un "certificado de autenticidad de autoría". Se casa con un negro liberto, verdulero; tuvieron tres hijos: dos mueren prematuros, y el padre, endeudado, va a la cárcel, y luego abandona a su esposa. Sola con el menor, intenta salir adelante sirviendo como doméstica, hasta caer enferma. Muere empobrecida a los 31 años. En su obra aparece la misma temática, fruto de la influencia de sus lecturas infantiles y juveniles: Homero, Horacio, Virgilio y la Biblia, siempre contenidos desde el punto de vista más religioso; defiende, para convencer a una sociedad muy refractaria y monolítica, la obligatoriedad de recibir los esclavos sus derechos naturales de nacimiento en Norteamérica. Argumentos espinosos, sin duda, que levantarían ronchas y suspicacias en aquellos lares. Encontró apoyos literarios entre algunas celebridades: John Thornton la menciona en términos muy positivos en su correspondencia con John Newton. Sus versos reflejan humanidad y empatía hacia los demás. Cuando ya tenía preparada la edición del segundo volumen de poemas, la Guerra de la Independencia (1775-83) trunca sus planes. Algunos de ellos vieron la luz publicados en periódicos. George Washington se encuentra entre sus admiradores frente a Thomas Jefferson, uno de sus mayores detractores. En cualquier caso, la impronta de una escritora significativa, en esos tiempos convulsos, no permite la indiferencia, y su producción poética sobrevuela dejando eco; rimar sobre temas cristianos, tenía su precio: o el aplauso o el olvido, sin grisuras ni medianías. Lo mollar de su lirismo trasciende la esclavitud (Memoria y Poemas de Phillis Wheatley, una Nativa Africana y Esclava) para centrarse en semblanzas de modelos reales. Le interesa la esencia humana. En 1778, el poeta afroamericano Jupiter Hammon compuso Oda a Wheatley. Phillis Wheatley, constituye el primer reconocimiento oficial de la literatura afroamericana.
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