En la centuria decimonónica, muchos navíos arribaban hasta Nueva Inglaterra. De África Occidental, quizá desde el actual Senegal, nuestra escritora singular, nacida en fecha y lugar sin documentar fehacientemente, llega a Massachusetts en un barco llamado Phillis, del que su mercader, un empresario bostoniano que la compró como sirvienta para su esposa, tomó su nombre, y así se la conoce; "emancipada" por su "dueño" recibió el apellido de la familia con quien se educó: los conocidos y progresistas Wheatley de Boston: un ejemplo atípico en el trato para lo que se llevaba por aquel entonces; empieza Phillis a leer muy pronto y a expresar su interés por autores griegos y latinos cuyos títulos componían la importante biblioteca de sus "benefactores". Acompañada por el joven Wheatley a Londres, gracias al patrocinio de la condesa de Huntingdon publica sus Poems on Various Subjects, Religious and Moral (Poemas sobre diversos temas, religiosos y morales), en el otoño de 1773. En el prefacio aparece un "certificado de autenticidad de autoría". Se casa con un negro liberto, verdulero; tuvieron tres hijos: dos mueren prematuros, y el padre, endeudado, va a la cárcel, y luego abandona a su esposa. Sola con el menor, intenta salir adelante sirviendo como doméstica, hasta caer enferma. Muere empobrecida a los 31 años.
En su obra aparece la misma temática, fruto de la influencia de sus lecturas infantiles y juveniles: Homero, Horacio, Virgilio y la Biblia, siempre contenidos desde el punto de vista más religioso; defiende, para convencer a una sociedad muy refractaria y monolítica, la obligatoriedad de recibir los esclavos sus derechos naturales de nacimiento en Norteamérica. Argumentos espinosos, sin duda, que levantarían ronchas y suspicacias en aquellos lares. Encontró apoyos literarios entre algunas celebridades: John Thornton la menciona en términos muy positivos en su correspondencia con John Newton.
Sus versos reflejan humanidad y empatía hacia los demás.
Cuando ya tenía preparada la edición del segundo volumen de poemas, la Guerra de la Independencia (1775-83) trunca sus planes. Algunos de ellos vieron la luz publicados en periódicos. George Washington se encuentra entre sus admiradores frente a Thomas Jefferson, uno de sus mayores detractores. En cualquier caso, la impronta de una escritora significativa, en esos tiempos convulsos, no permite la indiferencia, y su producción poética sobrevuela dejando eco; rimar sobre temas cristianos, tenía su precio: o el aplauso o el olvido, sin grisuras ni medianías. Lo mollar de su lirismo trasciende la esclavitud (Memoria y Poemas de Phillis Wheatley, una Nativa Africana y Esclava) para centrarse en semblanzas de modelos reales. Le interesa la esencia humana. En 1778, el poeta afroamericano Jupiter Hammon compuso Oda a Wheatley. Phillis Wheatley, constituye el primer reconocimiento oficial de la literatura afroamericana.