Dice el refranero, nunca es tarde si la dicha es buena. Y me parece una gran verdad, sobre todo cuando el libro que tienes entre las manos lo escribe un joven poeta, que ha sabido rescatar de las vivencias de las aulas frecuentadas en la Universidad, y de las charlas entre compañeros y profesores, un hermoso ramillete de poemas que, supervisado por grandes escritores y empapado de su enorme avidez por la lectura ha logrado un exquisito poemario. Y esto también ha sabido verlo la Editorial Sonámbulos que ha cuidado y ha llevado de la mano a Juan Javier Ortigosa Cano, dando sus primeros pasos en Granada, la tierra de tantos poetas insignes y eso es algo maravilloso. Auguro larga vida a esta andadura poética y por eso os invito a leer estos poemas plenos de poesía. Este precioso libro, que se titula "Con voluntad de amanecer" posee un título esperanzador, toda una declaracion de intenciones del autor que espera el amanecer! Siendo que es su primer libro, es un poemario especial que no dejará indiferente a nadie. Y coincido plenamente con las palabras del enorme poeta Luis García Montero, escritas en la contraportada del libro, pues hace, con la sabiduría que lo caracteriza, una jugosa interpretación y acertada lectura de este poemario. A modo de pórtico, al libro lo abren dos epígrafes: un enunciado luminoso de Jean de la Bruyère, "Tout notre mal vient de ne pouvoir etre seuls" "todo nuestro mal proviene de no poder estar solos"; y la contundencia existencial de Javier Egea "Hoy sólo sé que existo y amanece". Después de varias lecturas, intento hacer una aproximación a la ars poética de nuestro poeta que tardará poco en consolidarse como tal. Es un libro de búsquedas, de miradas profundas, que van hurgando en los rincones, entre sueños dormidos, de reflexiones de la vida, intensas y algunas sin remate, del tiempo que se abre ante el poeta como un abanico, incontrolable; también habla del amor, de algunas decepciones o tropezones en la vida de los que a veces se sale y otras no. Luis García Montero dice que Juan Javier es un buen lector y sin dudas lo es, se nota cuando vas leyendo sus versos porque eso surge como un magma que explota en este joven volcán. Sin embargo, hay un dejo de tristeza, "porque es triste recordar el pasado cuando va a amanecer". El autor nos dice que a pesar de esa tristeza, hay voluntad de amanecer, hay ganas de experiencia y de vivenciar ese nuevo despertar que nos espera en cada nuevo día, en cada vuelta de esquina. El poeta asume ese compromiso como una épica, una intrépida lucha de identidad. Juan Javier Ortigosa nació en Olula del Río en 1997 en Almería, es graduado en Filología Hispánica por la Universidad de Granada y estudiante de Grado de Literaturas Comparadas de dicha universidad. Como poeta ha participado en el disco Historias cercanas (Olula del Rio, 2015) y en varias Antologías como Poetas en el Museo, Encuentro poético Museo Ibáñez (Almería 2017)/ Versos que abrazan. Poesía contra la violencia de género (Almería, 2018), Cinco a las 8 / Poetas almerienses en el Museo III (Almería, 2019). Ha prologado el cuadernillo Aunque sea por escrito (Almería, 2019) de Javier Egea editado por el Aula de Poesía Olula. En 2021 participó en el XVIII Festival Internacional de Poesía en El Laurel, amadrinado por la poeta Ángeles Mora. Esta obra es ejemplo de esa renovación permanente de la poesía contemporánea y tal y como afirma Luis García Montero, es "una épica íntima y púdica" en la que encuentra hueco "la dignidad de la resistencia". Como escribe Jose Luis Morante en su blog Puente de papel: "la escritura propone un diálogo sin tregua con el contexto externo y su carga ligera de extrañeza". En este libro se condensa la temporalidad con una reflexión intensa sobre la misma. Se percibe una cierta cercanía a Javier Egea, a la generación del 50, a Jaime Gil de Biedma, Ángeles Mora, Luis García Montero, referentes de "La otra sentimentalidad". Sin dudas hay muchos guiños a la poesía de la experiencia pero también late un sentimiento de admiración por lo clásico. Su poesía va narrando y entrelazando las cuatro secciones que tiene el libro, a modo de capítulos. Aparecen temas recurrentes de la literatura que, aunque sea un poeta joven ya vislumbra. El autor escribe: "Porque vivir a menudo desengaña,/ y uno descubre así,/ lo que los libros callan." Su estilo parece estar marcado por lo cotidiano y por lo íntimo, pero yo creo que este es apenas el punto de partida de la obra de Juan Javier. Tal y como dice Carmen Canet "JJ traza en sus poemas todo un Atlas de geografía humana con una cartografía de palabras- refugio en donde el diálogo tiene la voluntad de acercarnos." Y sí que nos acerca y nos hace partícipes de ese homenaje a los grandes de la literatura. El libro se divide en cuatro partes empezando por "Vidas cruzadas" Y "Las carencias del Verbo" que nos hablan de gramática y del yo, tu, nosotros... de las personas que hacen compañía y de las que no. Y luego analiza en primera y segunda persona. En "Primera persona", el yo poético está en el argumento, en el ideario de su escritura, en las reflexiones sobre poesía y sabe llevarnos al punto donde confluyen las confidencias con las miradas colectivas. No se queda en el frío de la observación por la observación misma, sino que va más allá, hasta el hueso, descubriendo belleza, demostrando que la poesía es arte, es compromiso, es latido, es el ritmo de una ciudad que lo acoge, aunque él se sienta nómada. Con sus evocaciones y recuerdos de trayectos perdidos el autor nos habla de la importancia de la memoria, y rescata esas redes que conforman la textura de un tiempo digital que para algunos es futuro todavía pero que, para los jóvenes es moneda corriente. Y nos remite en "Segunda persona" a la condición de náufragos entre la alternancia de voces, el tú y el yo que describen elipsis, que conforman nuestra cotidianeidad, ese tiempo que determina el poema y lo sustancia. El retorno a la soledad del sujeto, la muerte, el dolor, la angustia, la no aceptación, "nubarrones negros" y "malos tiempos para la lírica", todo un viaje de introspección forman "La ausencia y otras geografías". La realidad describe un paisaje descolorido y largas horas solitarias propician evocaciones de un tiempo que duerme en el pasado. La memoria trae imágenes familiares, vivencias compartidas de la lectura, que mantienen vivas la identidad y el apego a la cultura.
La identidad se funde con el entorno que suele ser refugio ante los embates de la vida; "Las colas del hambre" "Cuatro derrotas", "la vida como un precipicio"... Entonces, la conciencia nos descubre soñadores y somos caminantes de un recorrido, un periplo casi siempre hostil que nos decepciona, pero no por eso nos dejamos abatir, seguimos en la marcha, levantándonos, buscando puertas, puertas que estén abiertas o que tengamos que abrir para no chocar con "La cuarta pared". Quizás cuando uno está feliz no escribe, quizás hay que esperar ese momento, instante preludio antes del alba, para que aparezcan las musas y te digan al oído, todo lo que tienes que saber antes de que vuelva a amanecer y entonces buscas el cobijo ante la inminente intemperie, pero sin miedo porque sabes lo que quieres, sabes lo que viene. Al leer "Con voluntad de amanecer" la capacidad de asombro cobra real dimensión y cada poema se hace luz, como la mañana. Atrévete a experimentarlo. Puedes comprar el poemario en:
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