Con esta apasionante historia comenzaba la vida literaria de Víctor Ros, el subinspector con el que saltó a la fama Jerónimo Tristante y que se ha convertido en uno de los personajes más celebrados de la literatura policiaca y criminal española. En esta primera novela, que ahora recupera Algaida, Tristante nos sumerge en el Madrid del siglo XIX. De las viviendas y el mundo dorado de los nobles a los bajos fondos de la ciudad, Víctor Ros, el subinspector más joven de la capital y líder de una nueva brigada destinada a luchar contra el crimen, se enfrentará a misterios, crímenes y traiciones. Con la ayuda del avanzado forense Alberto Aldanza y de dos mujeres muy distintas entre sí pero igualmente enigmáticas, Víctor Ros irá recomponiendo el puzle de lo sucedido en la Casa de Aranda y en los bajos fondos de la ciudad, no sin pagar un coste muy alto por conocer la verdad de los hechos. Como escritor, ¿qué sientes al volver a leer la primera novela, un personaje que te ha dado tanto, quince años después de su publicación?
Tú eres biólogo y profesor de instituto, ¿cómo y cuándo comenzó a interesarte la investigación histórica y en concreto el siglo XIX? Leer sobre Historia me relaja porque no tiene nada que ver con mi mundo, la Biología, salía del instituto y leía biografías, ensayo histórico, bélico, y aquello, sin querer, me llevó a escribir sobre otras épocas y cumplir mi mayor sueño: tener una máquina del tiempo. Como no existe la encontré en mis novelas. Es difícil explicarlo con palabras. Que una criatura tuya, que salió de tu mente y algo que escribiste medio a oscuras acabe movilizando en un estudio de 2.000 m2 a 350 profesionales del audiovisual ya impone respeto. Luego verlo en una TV de carácter nacional, los actores, los decorados, los carruajes…. En fin, sientes como que se te ha ido de las manos y que el personaje ya no es tuyo sino de los lectores y espectadores. Es una sensación muy potente. No, al contrario, soy muy seriófilo y cinéfilo. El audiovisual bebe de la narrativa pero la narrativa de autores de mi generación está ya muy influenciada por el cine. La serie me influyó mucho a la hora de escribir nuevas historias de Víctor. Por ejemplo, la interpretación que Helio Pedregal hace de Aldanza me hizo recuperar a ese personaje. Y no, no escribo pensando en la tele, como siempre, cuento lo que se me ocurre y en los escenarios que más me atraen. De ahí que sea tan caro hacer series de época. Sin duda, quiero que Víctor resuelva casos en la Viena de Sigmund Freud y en el salvaje oeste americano, quizá en Montana. Y por supuesto, en Nueva York. Puedes comprar el libro en:
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