Ocho novelas negras para leer en Semana Santa

El 8 de juny de 2019, els bombers van trobar el cos calcinat d'un home a casa seva, a Vilanova i la Geltrú. Unes hores més tard, el seu fill Ismael, espontàniament, va confessar davant dels Mossos d'Esquadra ser l'autor material de l'assassinat: "No he trobat cap altra sortida i he hagut de matar al meu pare. Li he clavat un ganivet a l'esquena". Un cas que semblava resolt, el mateix dia dels fets, fa un gir inesperat per al cos policial en descobrir la possible implicació d'una tercera persona que hauria induït a l'Ismael a cometre el crim.

2) "La cuarta chica por la izquierda" de Andreu Martín, donde lo urbano es indivisible de lo oscuro:

Andreu Martín vuelve a Alrevés con una novela retrospectiva, ambientada en la excitante Barcelona de las primeras décadas del siglo XX. En el centro neurálgico de esta Barcelona en plena ebullición urbanística, con el ruido de las calles, el fragor de los bares, el juego del casino y los espectáculos nocturnos, llega Amadeu, un muchacho de pueblo, que busca una bailarina con quien su padre había vivido una extraña aventura.

3) "La noche de Damballah" de Jordi Solé, su hasta ahora novela más callejera:

En "La noche de Damballah", una novela magistralmente escrita, con un ritmo endiablado, con el pulso narrativo de los clásicos del género, con el tono irónico y la mirada dura, cínica a veces, incisiva siempre de los mejores narradores de la novela negra más descreída, más callejera, Jordi Solé nos muestra una Barcelona esquinada y grasienta por la que pululan personajes en los que no siempre reparamos, encabezados por un policía, Lluís Artigas, llamado a convertirse en mítico antihéroe, y nos confirma a su autor como una de las voces más sobresalientes de nuestro panorama narrativo.

4) "Una hojarasca de cadáveres" de Mariano Sánchez Soler, que se posiciona como una apasionante revisión de los crímenes ocultos de la España postfranquista:

Este libro visita por última vez crímenes verdaderos y algunos paisajes ensangrentados. Son los más importantes en la carrera como periodista de Mariano Sánchez Soler, que con este libro necesita devolverlos a este mundo para, de algún modo, dejarlos resueltos, si no sobre el papel, al menos en su conciencia para saber que ha hecho todo lo posible por dar voz a estos muertos para que, tal vez, descansen en paz.

5) "Me llamaré Silver Stardust" de Nuria M. Deaño, atrapada en el Madrid real y crudo de los años 70 y 90:

Se trata de una novela deslumbrante, inesperada, un descubrimiento literario que equilibra con maestría la nostalgia, la ternura y la compasión; que retrata el Madrid de los setenta y de los noventa sin dulcificarlo ni regodearse en el costumbrismo; con unos personajes que están vivos, que son reales y creíbles.

6) "La estrategia del pequinés" de Alexis Ravelo, una de sus obras de culto y legado vivo de su maestría:

La trágica desaparición de nuestro querido Alexis Ravelo coincidió con la salida de una edición especial con motivo del décimo aniversario de su novela más querida: "La estrategia del pequinés". Una edición especial, revisada y prologada, y que incluye «Solo Carlos», un cuento inédito que acerca al lector al pasado de uno de sus protagonistas.

7) "Narcopiso" de Paco Gómez Escribano, que busca dar voz a uno de los problemas más recurrentes que suelen echar raíz en los barrios marginales:

Paco Gómez Escribano regresa con su más genuino estilo planteando uno de los problemas que más afectan a los barrios: los narcopisos. A través de una de sus novelas con más fuerza narrativa te conquistará de forma que no querrás parar de leer. Solo Paco conoce tan bien los bajos fondos de un barrio periférico como Canillejas, y solo él sabe contar las historias que ocurren fuera del centro de las ciudades.

8) "Sin aditivos" de C.J. Nieto, que nos deja sin aliento y sin adjetivos para poder describirla:

No se trata de un experimento, ni mucho menos, pero Nieto aborda esta novela sin utilizar ningún adjetivo. Una trama negra y familiar en el seno de Las Palmas, en un verano caluroso con giros inesperados pero siempre, SIN ADJETIVOS. Si la novela negra es social, Carmen J. Nieto es su máximo exponente.