"La escuela de Salamanca. De la monarquía hispánica al orbe católico", Miguel Anxo Peña González

«Esta obra analiza la evolución y proyecciones del concepto ‘Escuela de Salamanca’, desde sus orígenes hasta el siglo XX, en los diversos contextos históricos, construcciones culturales e interpretaciones. La ‘Escuela de Salamanca’, como germen de escuelas de pensamiento y aplicaciones prácticas, se pone en relación directa con diversas instituciones que la hacen evolucionar y difundirse. Lo que tradicionalmente se ha denominado ‘Escuela de Salamanca’, entendiendo por tal la particular relación que se da entre la Universidad de Salamanca, los dominicos de San Esteban y la Monarquía hispánica, en el siglo siguiente adquiere un nuevo paradigma cuando el contexto esté determinado por el Orbe católico, los jesuitas y el Papado. Este recorrido, con una mirada atenta hacia las instituciones vinculadas, nos lleva hasta el ambiente restaurador del siglo XX, donde se construye conceptualmente lo que conocemos como ‘Escuela de Salamanca’. Por ello se llega a la conclusión de que parece más apropiado hablar de pensamiento hispánico, en vez de ‘Escuela de Salamanca’.

La obra se completa con una cuidada selección de textos que respaldan la hipótesis de trabajo a lo largo de la trayectoria estudiada. Miguel Anxo Pena González, es doctor en Teología Dogmática y en Historia Moderna». La portada presenta el escudo del magnífico frontispicio de la Universidad leonesa de Salamanca, fundada por el Rey Alfonso IX “el de las Cortes o el Legislador” de León. Así figura en la página-451.

“La Pontificia, por su parte, no surgía como nueva realidad, sino que evocaba y retomaba la historia clásica de la Universidad de Salamanca, entendiendo además que la ‘Universidad Literaria de Salamanca’ no era la descendiente directa de aquel pasado glorioso, por lo que, desde el primer día de funcionamiento, la Pontificia evocará la fundación por parte de Alfonso IX, así como todos los privilegios pontificios de los que gozara el ‘Alma Mater’, vinculándolos a la nueva institución que se proponía como descendiente directa y segura de aquella gloriosa realidad histórica, que ahora venía refundada”.

Con la llegada del maestro Francisco de Vitoria a Salamanca, en el año de 1526 , para ocupar la cátedra de Prima en Teología, se produce una auténtica revolución en el conocimiento de la época; hecho que transformará a esa institución en la cúspide del conocimiento humanístico de Europa, por ello sus componentes estarán capacitados, total y absolutamente, para realizar un dictamen, con respecto a las pretensiones políticas de los Reyes Católicos y, como no, dentro de ese contexto, analizar las pretensiones de aquel críptico y atrabiliario personaje como era Cristóbal Colón. Será, por lo tanto, a partir de esa llegada a la docencia de F. de Vitoria, cuando se muten las enseñanzas acostumbradas teológicas, fundamentadas en las ‘SENTENCIAS’ de Pedro Lombardo, por los comentarios sobre la ‘SUMA TEOLÓGICA’ del gran fraile dominico Santo Tomás de Aquino, el denominado como ‘DOCTOR ANGÉLICO’.

“En este sentido, San Gregorio de Valladolid y la Universidad de Salamanca se colocan en continuidad con el Estudio parisiense, donde se había implantado esta práctica unos años antes, por lo que era lógico que uno de sus alumnos, y luego maestro, lo hubiera asumido como algo totalmente normal, asimilado en sus años de estancia en París, sin que por ello hubiera que intuir que se tratase de algo premeditado, con la intención de remover los métodos y prácticas docentes que se remontaban al Medievo”. El dominico F. de Vitoria ha convivido intensamente con los protagonistas más eximios del Humanismo cristiano y del nominalismo, esto último nacido de la filosofía escolástica medieval, y que niega la existencia de los universales. También tiene un conocimiento exhaustivo de las reacciones apologéticas que, tanto entre católicos como entre los evangélicos seguidores del ex fraile agustino Martín Lutero, se están produciendo en aquella Europa tan efervescente. Otro profesor helmanticense tiene un importante predicamento, y me refiero a uno de los confesores de la Reina Isabel I “la Católica”, el fraile domínico fray Diego de Deza, que es el primer teólogo defensor a ultranza del tomismo en la Universidad de Salamanca. Otro hecho que se debe subrayar se está produciendo en el propio Vaticano, ya que en este momento histórica está calzando las sandalias del pescador, el cardenal valenciano de Xátiva, como Sumo Pontífice Alejandro VI, y que se refiere al incremento de las críticas contra los conversos judaizantes.

“Por otra parte, tiene lugar el acontecimiento novedoso del Descubrimiento y Conquista del Nuevo Mundo, que cambiará el horizonte de sentido de una sociedad que hasta aquel momento sólo miraba en una única dirección. Si el cambio es significativo en la comprensión, mucho más lo será desde el preciso momento en que a la Corona de Castilla comiencen a llegar abundantes metales preciosos, que contribuirán a crear un ambiente mucho más fastuoso del que se vivía hasta aquel momento”.

¡Ah!, por cierto, no existió en ninguna ocasión, ni se menciona en ninguna crónica, el anhistórico concepto de Corona de Castilla. En el aspecto cultural, el gramático Elio Antonio de Nebrija dedicará a la Reina Isabel de Castilla y de León la primera gramática en lengua romance castellana o del Reino de Castilla. En este momento florecen, en el territorio de las Españas, dos de las más conspicuas universidades de Europa, la leonesa de Salamanca y la castellana de Alcalá. Ya hacia el año 1495, en Salamanca se introducen los estudios de la lengua griega, lo que demuestra cómo había evolucionado el saber en todos los ámbitos del conocimiento. También la Universidad de Salamanca creará una comisión para que se realicen las reformas del calendario juliano, la cual estaría conformada por D. de Vera, C. de Medina, B. de Medina, D. Báñez y fray Luis de León. Con lo que antecede, estimo es bastante para recomendar esta obra sobresaliente, pero deseo indicar, que a partir de la página 496 tenemos un capítulo, esclarecedor y muy necesario, sobre el Apéndice de Textos, con los mismos de F. de Vitoria, J. L. Vives, M. Cano, D. de Soto, cartas del papa Paulo III y del Emperador Carlos V, Urbano VIII, entre otros de mayor o menor enjundia. Recomiendo vivamente esta obra, sumamente completa, con respecto a la Escuela de Salamanca como emporio del saber humanístico. «Intellectus appretatus discurrit qui rabiat. ET. Dicebatur».

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9788422014010