De la Rúa, como anfitriona y editora, dio la bienvenida a los presentes y explicó el vínculo que la une a los autores. Se formó una conversación muy amena en el que protagonistas y público participaron. El escritor valenciano José Antonio Olmedo, prologuista del libro, fue el encargado de presentar a la editora y a los autores, además de introducir al público asistente en el universo de esta singular obra. En palabras de Olmedo: «En este libro se dan de manera simultánea hasta cuatro discursos diferentes. El primero, el de la voz aforística consigo misma y con su universo; el segundo, esa misma situación, pero con la voz poética; el tercero, sin duda alguna, es la conversación que ambas voces mantienen entre sí más allá de un observador; y el cuarto, la interpretación (y por qué no, el diálogo) que de todo ello hace el ínclito lector».
Roger Swanzy narró cómo fue la génesis de este libro, una obra marcada por la vivencia en primera persona de lo más duro de la pandemia. Durante su estancia en la UCI, Swanzy observaba el mundo exterior a través de una ventana que le permitía ver caer la luz sobre el patio central. La incertidumbre por su estado de salud lo movió a reflexionar sobre la vida, el tiempo y el amor, por lo que decidió ponerse a escribir una serie de aforismos que brotaron por sí solos. Debido a su amistad con Espasa, y tras acordar entre ambos una posible colaboración en un libro, Swanzy mostró sus textos a la autora valenciana, que también se encontraba confinada por motivos de salud y, tras su lectura, los versos fluyeron, pero no unos versos libres e independientes, sino vinculados de una forma muy especial a la lectura que los motivó.
Espasa contó muchas anécdotas, anunció que está inmersa en la escritura de tres nuevos libros y agradeció la presencia entre el público de su amigo, el escritor Blas Muñoz, así como de las escritoras Mar Busquets, Elia Saneleuterio y Elena Torres, pupilas de Espasa en su etapa de formadora al frente de la asociación Tertulia La Buhardilla, y compañeras de la Plataforma de Escritoras del Arco Mediterráneo, entidad que ella mismo fundó y preside.
La lectura a dos voces que ambos escritores ofrecieron al público asistente provocó una sonora ovación. Se hizo palpable toda la humanidad y sinceridad que ‘La caída de la luz’ contiene. El público participó en una ronda de preguntas que precedió a la firma de libros final. El acto estuvo cubierto por el fotógrafo José Luis Vila Castañer.
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