Felicidades por su premio, ¿cómo se siente al recibir el premio del álbum ilustrado del Festival Internacional de literatura y juvenil de Tres Cantos?
¿Qué puedo decir? Estoy muy contenta y agradecida por haber recibido este premio. Todavía me cuesta creerlo. Quisiera dar las gracias al jurado por haber seleccionado mi obra, y en especial, a Elena Martínez por organizar este festival. Una maravillosa iniciativa surgida desde el amor infinito al mundo de las letras. Y no me quiero olvidar de Eva Clemente, directora de la Editorial Emonautas, por el mimo y el cariño con el que está tratando todo el proceso de edición del libro.
¿Como nació el cuento por el cual va a recibir un premio?
La idea surgió de la necesidad de contar una historia que hablase del placer de jugar por el mero hecho de jugar, y no solo desde la mirada de la infancia sino como una virtud a mantener a lo largo de nuestras vidas. Para ello me pareció interesante ubicar la historia en lo cotidiano (en este caso encontrar una caja) con la intención de subrayar el valor de la curiosidad como chispa o catalizador de la imaginación en nuestro día a día. Quería resaltar la importancia que tiene el juego de manera libre, sin estructuras ni directrices. Sin objetivos concretos. Jugar por jugar. Soñar, al fin y al cabo.
¿Toma apuntes para construir sus cuentos?
En cuanto tengo alguna idea rondando por mi cabeza lo primero que hago es anotarla en mi cuaderno, no sea que se me olvide... A partir de ahí voy poco a poco dando cuerpo a la historia de forma muy general, investigo sobre el tema si lo requiere, y realizo un pequeño esbozo de lo que quiero contar acompañado con el diseño de los primeros storyboards. Durante el proceso de creación me gusta sorprenderme a mí misma y que la creación en sí me sorprenda también, así que estoy abierta a cambios tanto en la composición de las ilustraciones como en el desarrollo del texto. Desde el principio tengo muy claro qué quiero expresar, pero el cómo, va surgiendo durante el proceso creativo. Cocinado a fuego lento, con mimo y hasta que esté en su punto.
¿Para qué edades está pensado el libro?
En un principio el álbum está dirigido al público infantil, aunque estoy segura que el resto de personas lo pueden disfrutar por igual. Creo firmemente en que las historias en sí no tienen edad y que cualquiera puede disfrutar de ellas.
Como es su proceso de trabajo ¿pinta con una paleta digital? ¿Qué técnicas usa para dibujar?
Primero diseño los bocetos de los personajes y las posibles composiciones en papel con lápiz y portaminas. Una vez definido el esqueleto de la historia, desarrollo las ilustraciones a través de Photoshop y mi tableta gráfica. Me gusta utilizar pinceles creados por mí misma y aplicar diferentes texturas que me ayuden a generar una sensación más orgánica en las ilustraciones.
Su trabajo se caracteriza por el colorido y la sensibilidad en el trazo ¿es una marca personal?
Es curioso porque nunca he pensado que tuviese una marca personal o una forma característica de realizar las ilustraciones. Cuando dibujo no es algo que esté buscando o en lo que esté pensando. Considero que cada historia tiene su carácter y por tanto cada proyecto me obliga a salir de alguna manera de mi zona de confort. De todas formas, aunque no sea de forma predeterminada, es posible que mis ilustraciones compartan ciertas características reconocibles, como puede ser la presencia de elementos de la naturaleza.
Le gusta ocultar mensajes en sus trabajos ¿qué le lleva a ello?
Creo que la ilustración me permite jugar con la magia, con la fantasía. Tienen un papel muy importante en mis obras. Hay momentos en los que me gusta contar más de una historia en la misma ilustración y el jugar con los dobles sentidos, la metáfora y el simbolismo, e incluso la ausencia u ocultación de un elemento, me ayudan a articularlo de mejor manera. Me resulta interesante que el lector se detenga ante las ilustraciones, y que, cada vez que las mire, pueda percibir (o sugerir) algo nuevo. Aunque mi obra principalmente sea figurativa intento ofrecer la posibilidad de realizar lecturas diversas, abiertas a interpretación.
Sus dibujos dan vía libre a la imaginación. Observando el contenido de sus libros alguien pensaría que está en un mundo mágico.
Suele ser una de mis premisas. Digamos que parto de situaciones cotidianas o familiares para luego dotarlas con ciertos elementos fantásticos que ayuden a crear otras realidades.
Continúa desarrollando numerosos proyectos relacionados con el arte, el diseño gráfico y la ilustración ¿vive de ello?
Tengo la suerte de poder dedicarme a ello, pero no vivir de ello. Muy a mi pesar, suelo tener que compaginarlo con otros trabajos para poder llegar a fin de mes. La ilustración es un mundo complicado. Por un lado, está la parte creativa, que requiere de mucho tiempo, calma y mimo. Y por otro está la parte menos divertida pero no por ello menos importante: revisar y enviar portfolios, contactar con editoriales o con posibles clientes, tener al día las redes sociales… Además, es un oficio con muchos altibajos, los encargos no llegan de manera regular, por lo que intento compatibilizarlo con otras opciones. Sería maravilloso poder invertir todo mi tiempo en la ilustración, que es lo que verdaderamente me apasiona, pero por el momento esta es la fórmula con la que tengo que continuar. Este es un sector en el que es difícil hacerse un hueco, aunque poco a poco voy dibujando mi propio camino. Pasito a pasito, pero sin pausa.
¿Qué tiene en mente en estos momentos?
A día de hoy estoy inmersa en un trabajo para el Departamento de Educación del Gobierno de Navarra, compaginándolo con otros encargos de ilustración que me van llegando. El resto del tiempo que me queda lo invierto en mis proyectos más personales como es la búsqueda de una editorial para un álbum poético ilustrado, precioso proyecto compartido con la escritora Regina Salcedo, así como el desarrollo de un par de álbumes ilustrados más proyectados al público infantil y juvenil. Ojalá pronto puedan ver la luz.