En esta novela que acaba de publicar aparecen obras de arte envueltas en extrañas circunstancias. ¿Se ha basado en alguna noticia aparecida en los medios de comunicación para escribir el libro? No me he basado en ninguna noticia. Hay muchos artistas que, como Dama, trabajan con seudónimo; Banksy, por ejemplo. Pero hasta donde yo sé, no hay ningún pintor que subaste sus cuadros envueltos e imponga la condición de que solo el comprador los pueda contemplar. Nadie sabe qué hay en los cuadros de Dama, todo son especulaciones. ¿Este libro no tiene continuación con la anterior? Es una novela totalmente independiente, y muy distinta. Ni la trama ni los personajes tienen nada que ver con mi primera novela. Usted como escritora se esconde tras el seudónimo y por otro lado el personaje misterioso de Dama oculta su identidad ¿Qué le lleva a ocultarse usted y a su personaje? Yo me oculto por cuestiones emocionales. Publicar con seudónimo me permite mantener mi vida como siempre, en mi rutina. Nadie me reconoce por la calle, y mi vida no ha cambiado, pese a haber publicado con una editorial como Planeta. El motivo de Dama para pintar con seudónimo es una de las incógnitas de la novela, junto con su identidad y lo que ha plasmado en sus obras. ¿Qué le lleva a firmar sus novelas con otro nombre? A día de hoy, mi seudónimo ya es como mi propio nombre. No siento que Greta Alonso sea otra persona. Greta Alonso soy yo. ¿Es más ccómodo trabajar de incognito en las novelas? Tiene su parte positiva, como comentaba antes, eso mantiene a salvo mi privacidad y me permite mantener mi vida como siempre. Pero a veces me gustaría poder interactuar más con los lectores, poder firmar ejemplares, que ahora, con el seudónimo es imposible, y poder alguna entrevista presencial, cara a cara. El seudónimo acaba pesando. ¿Qué le lleva a escribir este tipo de género? Es mi género favorito, me divierte leer novela negra, tratar de averiguar quién y por qué. Y como autora, disfruto mucho con la fase documental en asuntos policiales, forenses y científicos. Escribir una novela negra es apasionante. ¿Es de las escritoras que lleva consigo un cuaderno, usa servilletas para tomar notas para luego usarlas en su libro? Sí. Las ideas se me ocurren en cualquier parte, y siempre acabo con un montón de notas que tengo que ir pasando a limpio. Las ideas van llegando, y mi tarea es ir conectándolas. Es una escritora de éxito. ¿Qué ingredientes utiliza en sus novelas para que esto ocurra? Creo que lo más importante son los personajes. Que sean creíbles y muestren rasgos humanos y poco fantasiosos con los que los lectores, y yo misma, nos podamos identificar. A mí me engancha mucho leer sobre alguien con quien empatizo. Sus publicaciones se quedan poco tiempo en las estanterías de las librerías ¿consigue vivir de escribir novelas? Ni mucho menos, mi primera novela salió hace tres años, ya hace mucho, y no escribo para vivir; eso me generaría mucha presión, tendría que escribir, aunque no tuviera ideas, forzarlas… Vivo de mi trabajo, que está relacionado con mis estudios en ingeniería; pese a las ventas, aún no considero que la escritura sea un trabajo, solo es algo que me ilusiona, con lo que disfruto. Dostoyevsky dijo que quien escribe para comer, ni come ni escribe. El personaje principal de la novela pinta usted escribe ¿hay un paralelismo en ambas vidas, coincidencia? Hay cierto paralelismo, en alguna ocasión también he pintado. En realidad, todos hemos pintado de niños, ¿no es cierto? A veces me pregunto por qué dejamos de hacerlo. A lo largo del libro hay una trama muy urdida para despistar al lector, ¿cómo consigue llevar al lector por el camino que usted quiere? No es fácil, pero intento ponerme en la cabeza del lector. Leo muchísimo, mucho más de lo que escribo, y eso me ayuda a saber cómo tengo que ir hilando la historia para que el lector se emocione al llegar al desenlace. Puede comprar el libro en:
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