"Matanza de Atocha, 1977: Caso Abierto", de Alejandro M. Gallo

Un atrayente y complejo relato en el que se narran y combinan dos tramas distintas y distantes en el tiempo: una, la investigación del asesinato de un sindicalista policial en 2022 y, otra, la documentada crónica de las pesquisas realizadas para resolver el atentado criminal perpetrado en el despacho de abogados laboralistas de la calle Atocha de Madrid. Determinante suceso, ocurrido en el año 1977, que iba a facilitar la legalización del Partido Comunista, presidido entonces por Santiago Carrillo, en la España de la Transición democrática.

La acción de la novela gravita sobre un protagonista, el comisario Gorgonio Llaneza, individuo atrabiliario y sarcástico. Un viejo policía que se ve a sí mismo como “un dinosaurio que ya no comprende ni quiere comprender el mundo en el que vivimos” y que no puede ni quiere recordar tampoco cuándo y cómo perdió su ya inexistente pistola reglamentaria. Personaje literario que nació en las páginas del diario gijonés EL COMERCIO, en colaboraciones semanales que se reunirían y aparecerían después en el libro de relatos titulado Seis meses con el comisario Gorgonio (2011). Personaje que fue protagonista también de la novela La muerte abrió la leyenda (2016).

Y ahora, en esta nuevo y reciente regreso, el veterano comisario Gorgonio se desplaza a Xidrón -claramente un Gijón asidrado- para investigar el asesinato de un policía sindicalista, dedicado al medro y al beneficio personal, conocido por todos como “Baby Polla” y muerto al recibir en la cabeza el impacto letal de un cartucho de postas. Un caso policiaco que se presenta complicado inicialmente y sin pruebas claras, pero que no tardará en resolver el experto y perspicaz Gorgonio. Historia que aprovecha Alejandro M. Gallo para hacer la crítica de determinados comportamientos personales que aprovechan sus cargos de representación sindical para ponerlos al servicio de sus intereses particulares, utilizándolos como medios de lucro y privilegios propios. Y existen bastantes ejemplos.

Y junto a esta investigación que transcurre en tiempo presente, el comisario Gorgonio irá relatando a petición de algunos periodistas la intrahistoria de las pesquisas llevadas a cabo para conseguir resolver los hechos acaecidos en el despacho laboralista de Atocha la trágica noche del 24 de enero de 1977. Tiempo en el que Gorgonio –en cuanto personaje literario, claro está- era un joven y novato subinspector que participaba en aquellas averiguaciones. Una brillante instrucción policial que dio como resultado el primer proceso penal abierto a miembros de la extrema derecha en la España posfranquista de la Transición democrática.

La narración desarrolla un fiel y detallado relato del histórico suceso, iniciado cuando los componentes de un, como luego se vería, nada profesional comando de extrema derecha penetran en un despacho laboralista del centro de Madrid y disparan contra ocho abogados y un administrativo, causando cinco muertos y cuatro heridos de gravedad. Una crónica que es el producto del laborioso proceso de investigación llevado a cabo por Alejandro M. Gallo y que ha logrado aportar algunos detalles poco conocidos que amplían la exactitud y la veracidad del relato de las pesquisas que va efectuando la Brigada Regional de Información, dirigida por Francisco de Asís Pardo, la única persona citada por su nombre real en la novela. Mando policial que ordena suspender todas las investigaciones en curso y pone a trabajar en el caso a los 33 miembros de la brigada en turnos de 12 horas, sin descanso, a lo largo de los 47 días que fueron necesarios para alcanzar la resolución definitiva, coronada por el éxito.

Una amplia, entretenida y documentada novela, escrita con un estilo directo y claro. Tono irónico y bromista en ocasiones, mas crítico y firme en la defensa de una ética de la dignidad no siempre presente en la actuación de personas aparentemente comprometidas con los valores sociales. Y también con una opinión poco amable respecto a esa posmodernidad actual que juega sin rubor con términos y lemas políticos que no logran enmascarar las graves carencias intelectuales y el vacío ideológico de quienes los lanzan. Cumple de este modo Alejandro M. Gallo con el mandato esencial de la mejor novela negra: el riguroso ejercicio de la crítica social.

De todo esto, y aún más, trata el último e interesante libro de un escritor reconocido y reconocible que nunca defrauda. Enhorabuena a todos los posibles lectores.

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