Es el Museu Quake de Lisboa, inaugurado en abril de este año, situado en el barrio de Belén y cómodamente accesible en transporte público desde el centro de Lisboa, y acaba de ganar el prestigioso PREMIO THEA internacional (Themed Entertainment Association / Asociación de Recreaciones Temáticas) en su 29ª edición a la Mejor Experiencia Histórica por el originalísimo concepto creativo de Jora Vision, creador de los aspectos técnicos innovadores como los efectos de vídeo, proyecciones e iluminación.
(Enlace a noticia del premio: https://www.prnewswire.com/news-releases/2022-thea-award-recipients-announced-by-themed-entertainment-association-301678823.html#:~:text=The%20prestigious%20TEA%20Thea%20Award,recognized%20for%20their%20innovative%20work)
Como siempre en noviembre, Lisboa recuerda la catástrofe que marcó la historia de Europa, y con motivo del aniversario del Gran Terremoto, el Museo Quake organizó su I Feria del Libro invitando a varios autores de ensayos, biografías, cómics y novelas cuyo tema principal es el Terremoto y sus protagonistas y que son artículos permanentes en venta en la tienda del Museo. Entre ellos se cuentan André Canhoto Costa, Mark Molesky y una servidora (mi novela «RESURRECTA», "Premio ODILO a Mejor Autora de Novela Histórica 2022", se ha publicado en español y ahora también en portugués, con Suma/Penguin Random House), fui invitada por la editorial y por el Museu Quake para participar en conferencias, entrevistas, tertulias y encuentros con blogueros.
Con ellos, hicimos el recorrido de la Experiencia Quake (en portugués, español, inglés y francés) tan instructiva como vívida y realista, y que recomiendo para visitantes de todas las edades y condiciones. Entre otras muchas sorpresas que no deseo desvelar, hay experiencias interactivas con los cinco sentidos para comparar – en vivo, por así decirlo – el Gran Terremoto de Lisboa con otros seísmos legendarios como los de San Francisco (1906), Indonesia (2004), o Japón (2011, que destruyó la central nuclear de Fukushima).
Con motivo de mi tercera visita a Lisboa este año, amén de dos entrevistas-tertulias y el encuentro con blogueros, tuve la suerte de entrevistarme con los cerebros, fundadores y directores del Museo Quake: Ricardo Clemente y Maria Joao Marques, cuyo resultado deseo compartir con Todoliteratura:
¿Qué fue primero, la ciencia o la Historia: la idea de informar al público para prevenir de cara al futuro, bien preservar el recuerdo de esta catástrofe que marcó el pasado de toda Europa?
Ricardo Clemente: la ciencia y la Historia se dan la mano, pero la idea comenzó con el acontecimiento histórico. El Gran Terremoto es una catástrofe única, que implica fortísimos seísmos, tsunamis y grandes incendios, y por eso es impredecible, muy peligroso y complejo: queremos explorar a fondo qué sucedió aquel día de 1755, en todos sus detalles, para prevenir y adelantarnos a las consecuencias cuando vuelva a suceder… porque la primera lección que enseña la sismología es esta: "Donde ocurre un gran terremoto, volverá a haber otro”. Sabemos que volverá a pasar, pero puede suceder en cualquier momento. Hoy, mañana, en un año, o dentro de diez años.
Maria Joao Marques: También nos motivó nuestra pasión por la Historia. La historia de Portugal es muy rica y este hecho, el Gran Terremoto, no solo despierta gran interés en nuestro país, sino en todo el mundo, porque es un auténtico triple cataclismo que afecta a muchos países, también España, Brasil, África, el Caribe, las islas británicas… Nos sentimos orgullosos por la forma en que, aquel día terrible de 1755, supimos sobreponernos a la catástrofe y aprovecharla para dar un impulso jamás visto ciencias que prácticamente nacieron aquel día, como la sismología, la planificación urbana controlada o la prevención de catástrofes.
¿Cuánto tiempo les llevó todo el proceso, desde la idea original hasta la inauguración del Museo en abril de 2022?
Maria Joao Marques: Fueron siete años de preparación. Como es un museo único en su género, que introduce muchísimas innovaciones y tecnologías que nunca antes se habían utilizado en los museos permanentes típicos, llevó mucho tiempo experimentar qué era posible y qué no, para que la experiencia del visitante sea lo más realista y convincente.
Desde el principio, nos planteamos el Quake como una experiencia, no la típica visita guiada estática donde el espectador es pasivo: este es un centro de recreación e interpretación de la Historia, con todas sus ramificaciones fascinantes que llegan hasta hoy: cómo estar preparado para un terremoto de intensidad máxima, cómo minimizar daños, cómo ayudar a la gente alrededor, cuáles refugios buscar y cuáles evitar para escapar de un tsunami, cómo impedir que se produzcan incendios y explosiones… las posibilidades son utilísimas e infinitas, y por eso interesan tanto a un visitante moderno.
Durante los dos años que duraron los cierres y confinamientos de la pandemia, aprovechamos ese tiempo para madurar el concepto, reconstruir el transcurso de la catástrofe, reunir los equipos técnicos, de historiadores y de asesores científicos, y reconstruir los escenarios para que el público pudiera recorrerlos, en el corazón de aquella Lisboa riquísima y abigarrada el 1º de noviembre de 1755, y „viviera” lo mismo que sus habitantes.
Recrear el Gran Terremoto para que alguien del Siglo XXI lo „viva” como si fuera un lisboeta hace 250 años debe haber sido un reto: ¿cuál fue la principal dificultad?
Ricardo Clemente: Curiosamente, hay tantísima información de primera mano sobre el Gran Terremoto, que ese exceso de información fue tanto una ayuda como un problema, porque con tantos datos es fácil perder de vista la información realmente valiosa e importante.
Maria Joao Marques: Por eso hemos planteado la „experiencia Quake” como una cadena cuyos eslabones son personas y hechos, comienza con el abuelo científico, y termina con su nieta que recoge el testigo de la ciencia y la Historia para transmitir ese legado precioso a las generaciones futuras, hombres y mujeres, lisboetas y foráneos, científicos y gentes de todo tipo.
Ricardo Clemente: Y para llegar a todos ellos tuvimos que reunir un equipo con perfiles totalmente diferentes: sismólogos, arquitectos, ingenieros o historiadores, para que todas las piezas de nuestra idea encajaran perfectamente en el plazo previsto (este es el complejo más complejo de nuestra vida). Fuimos muy exigente en los detalles, porque al revés de la mayoría de museos, la arquitectura del Quake se adapta a la función que sirve, desde la entrada hasta las escaleras, como un recorrido en una máquina del tiempo por todas las etapas de la catástrofe: primero el terremoto, luego el tsunami, luego el incendio…
Hasta hoy el proyecto no está terminado: seguimos avanzando para trasladar el año próximo la experiencia Quake a una gira con una unidad móvil «mini-Quake» que visitará todo Portugal, y quizá Europa. Y tenemos más planes, como visitas guiadas por los escenarios reales de la catástrofe en toda Lisboa.
Quake es un proyecto orgánico y vivo que sigue evolucionando y creciendo, como la catátrofe misma: por eso nos alegra tanto tener grupos de escolares, investigadores y familias que se interesan por este fenómeno tan vivo y actual como lo es el Gran Terremoto. Muchos han repetido la visita, y regalan la experiencia con entradas para Navidad, Reyes, obsequios en grupo para empresas, y otros eventos especiales.
¿Quiénes se interesan por revivir la catástrofe; cómo es el perfil del típico visitante del Quake?
Maria Joao Marques: Viene gente de todo tipo. Al principio eran muchos portugueses, también con grupos de escuelas, universidades y familias, porque gran parte de la gente que vivió el gran terremoto de 1969 en Portugal se acuerda y quiere explicárselo a sus nietos a través de la experiencia de 1755. Ahora vienen más turistas de Europa, Inglaterra, Francia, Latinoamérica… y muchos se asombran cuando aprenden aquí que puede volver a suceder en cualquier momento, e incluso afectarlos en sus países de origen.
Ricardo Clemente: Sí, el peligro de que se repita es trasversal y nos afecta a todos, en todos los sectores de la sociedad, y no estamos preparados, dicen nuestros ingenieros civiles y los expertos. Por ejemplo, cuando suceda solo funcionará un hospital, uno solo, y los servicios públicos colapsarían. La política tiene una visión a corto plazo, porque planifican solo para su mandato de 4 años, y no para generaciones futuras. Eso sí, somos un pueblo que reaccionamos rápido y bien. Técnicamente, hay un plan de emergencia para la Gran Lisboa, pero nos faltan las infraestructuras para cumplirlo cuando haga falta.
Precisamente por eso el Museo Quake es un centro informativo, didáctico y divulgativo para saber qué hacer en ese caso, y compara 1755 con otras grandes catástrofes más recientes. Quake es un museo de vanguardia y orientado al futuro, al servicio de las nuevas generaciones, para aumentar la valía y el carácter singular de Lisboa (ciudad que, además, ha crecido muchísimo desde 2019, el año ante de la panemia). Es un museo sostenible que ayuda a cuidar de la ciudad y su memoria: en cierto modo, somos el antiparque temático. También por eso, el Museo Quake tiene cada vez mayor credibilidad y colaboran con nosotros la autoridades de Protección Civil, el Ayuntamiento, la Academia de las Ciencias, y muchos más.
Tenemos muchísimos proyectos y sorpresas para el año que viene, así que, tal como reza nuestro lema, «¡ESPERAD LO INESPERADO!»
Vídeo de la BBC sobre la innovación que aporta el Museo Quake, así como el Gran Terremoto de Lisboa de 1755: https://www.youtube.com/watch?v=IVLGo_SgRfs
Enlace a la noticia de la I Feria del Libro, por Magazine Immobiliário: Quake promove feira do livro dedicada ao Terramoto de Lisboa – Magazine Imobiliário (magazineimobiliario.com)
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