Felicitaciones al vicepresidente por otorgar 12.000 euros en novela corta y 5.000 euros en poesía y cuentos a los ganadores de las diferentes categorías. También se felicita a todos los autores que participaron en la convocatoria de este año, que incluyó 61 obras (29 en novela corta, 8 en poesía y 24 en cuentos).
Ángel Silvelo Gabriel presenta en su obra 'Los dioses perdidos' una narración que combina la prosa de ficción y el ensayo, centrándose en la memoria y la escritura. A través de una doble trama, se reconstruye el pasado familiar del narrador y se relatan episodios de la vida de Fernando Pessoa, incluyendo poemas y otros textos del destacado escritor portugués.
La obra ganadora de la categoría de novela corta, en sus dos ejes narrativos presenta una estructura muy bien ensamblada que remite al lector a libros y lecturas, así como a la experiencia de la literatura.
BREVE SINOPSIS DE LA NOVELA:
LOS DIOSES PERDIDOS: UN SUEÑO ESCONDIDO BAJO UN MAPA DE SENSACIONES
Con los trazos de la silueta de los héroes anónimos, Fernando Pessoa dibujó su vida, al igual que aquellos argonautas que buscaron el vellocino de oro. Sin embargo, él no se embarcó en un navío, sino que lo hizo a través de un sueño oculto bajo un mapa de sensaciones al que dotó del silencio de la noche, del anonimato de un fantasma que huye de su propia sombra y de la necesidad de ser otro. Muchos han llegado al mítico arcón donde guardó más de veinticinco mil documentos que, tras su muerte, han sido rescatados del olvido. Este olvido, como todo lo que no se ve ni se toca, pertenece al mundo de los sueños. En "Los dioses perdidos", la vida de Pessoa se concibe como "la geometría del abismo". Ángel Crespo definió acertadamente el Libro del desasosiego (el diario apócrifo del portugués) como un mapa de manchas, y en esta novela, Ángel Silvelo nos presenta la vida del portugués como un conjunto de formas, vivencias y sentimientos alejados de la realidad pero muy cercanos a la posibilidad de crear nuevos mundos a través de otros. Estos otros se rebelan ante nosotros como el reflejo que nos muestra el espejo que cae sobre nuestro cuerpo y, en el caso de Pessoa, él los interpeló a través de sus múltiples heterónimos. Fue un teatro de voces al cual les dio voz y personalidad propias, creando así un nuevo estilo literario: la heteronimia. Pessoa dijo: "Vivir es ser otro. No es posible sentir si hoy se siente como ayer se sintió: sentir hoy lo mismo que ayer no es sentir, es recordar hoy lo que se sintió ayer, ser hoy el cadáver vivo de lo que ayer fue la vida perdida". En su eterna búsqueda del presente sin futuro, abordó todo aquello que su mente quiso vislumbrar o explorar.
No solo se encuentra la particularidad de esta novela en la posibilidad de revisar una gran parte de la biografía del poeta portugués, sino también en poder hacerlo desde la voz de un nieto y su abuelo a través de una historia que, como toda leyenda, contiene tanto el desgarro de las situaciones imposibles como la épica que se impone a los reveses de una vida marcada por el fracaso. "Aquello que no supe, hice de mí,/ no hice lo que podía hacer de mí./ Equivocadamente vestí un dominó./ Pronto me conocieron como aquel que no era:/ no lo desmentí y me perdí".
"Los dioses perdidos" nos permiten regresar al pasado en un mundo tecnificado que cada día más dirige nuestras vidas. En ese pasado, las personas todavía escriben cartas y sus historias de amor descansan sobre la soberbia de los sentimientos más profundos y la vitalidad de la búsqueda de una dignidad perdida en el curso de los tiempos. Si se quiere, estas historias en blanco y negro retoman la luz cuando llegan a Lisboa, una ciudad que en la novela se convierte en el cauce final donde los sueños se enfrentan con la realidad para crear un mundo nuevo e inesperado. Es un mundo en el que los dioses, los mares, el hombre y la tierra conforman una secuencia con la que darle cuerpo a un sueño: el de los dioses perdidos..., y no encontrados.
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