- ¡Vaya vida disoluta y dislocada que llevas, Puri! Cenitas, vermú, comidas… qué estás en un no parar. Y encima quieres que no se resienta el parné, que a este paso te veo con un cartel de “soy española y estoy en la calle”, como si solo los nacionales tuvieran derecho a llenar el buche y dormir en techado.
-Si, Vani, que a una cuando le dan suelta y se queda sola se dedica a llenar las horas con las amistades y demás parientes, mayormente por eso de tener la mente ocupada, no entrar en bucle y cultivar la confraternización, que todavía la lista de apreciados es extensa y me ayuda a crecer, entiéndase, personalmente. Y la cena de la otra noche…
- ¡Pues me has dejado más tiesa que un ajo o como la mojama mayormente! ¡A estas alturas de la peli te vienen con estas!, ¿no será que no les van los amores interruptus? Que ya te dije que las añosas no están para entender las concordancias modernas, que se meten en berenjenales dándolo todo y pensando que las relaciones son duraderas y eternas, sin saber que los vínculos no son sempiternos, un suponer, para siempre, que no han oído hablar de la obsolescencia programada, que significa el fin de la vida útil de un producto tras un periodo de tiempo calculado… y también se puede limitar el número de usos, mayormente, valga la comparanza, de un chorvo, léase chorva, con una lavadora.
- Ay Vani, te lo narro y no acabo de entender, qué la cena con Nel y Mari Mari Pilón, mis almas gemelas, las que me quieren con mis arrogancias y miserias y no me juzgan jamás, acabó en reflexión seria contándome las penurias de una tía amiga suya que está loca por un menda oscuro.
- ¿Por un negro?
- No mujer, y eso que me va el rollo interracial, que la chica se ha enamorado de un menda que tiene un lado oscuro que no la mola nada; ni mafioso ni traficante y menos asesino a sueldo, que la pava anda como geisha por arrozal, que no encuentra el camino por las muchas e intrincadas derivaciones que tiene el tema.
- Pero Puri, ¿y ella no sabe de qué va el menda?
- Ni noción Vani, él cerrado como una almeja, un suponer, como un sepulcro, que no suelta ni mu y a la pobre le da por la elucubración y se monta unas películas tremendas de espías y complot en las que mete hasta a los masones. Porque digo yo, los únicos problemas vienen de lo que no se habla o comenta.
- ¡Ahí lo has clavao Puri! Que son mejores las certezas que las incertidumbres, que las dudas te tienen en un sinvivir.
- ¡Pues claro!, que si el tío es espía no se lo va a ir contando a nadie y menos a la menda, que se puede ir de la lengua cascándoselo a las colegas y hacer peligrar la misión.
- Mira que me gustaba a mí el Bond, el James Bond, ese tío bandera persiguiendo el crimen organizado y susurrando a la oreja de la buenorra de turno aquellas frases que han pasado a la posteridad: “te llevaría con gusto a cenar, pretty dolly -eso lo añado yo- pero me sometería a un consejo de guerra por uso ilegal de una propiedad privada. ¡Vístete y te compraré un helado! O esa otra de “el amor es difícil - yo añado- nena”, o “todo llega cuando tiene que llegar”… ¡un suponer!.
- Pues Vani, con la guerra deshelada actual que ya no es ni fría, pero sí preocupante, sería corajudo, por no decir cojonudo, que se diera un garbeo el 007 de nuevo por este mundo que ha perdido el norte a la par de la confianza en el prójimo o cercano.
- ¿Pero tú crees que se puede restablecer la confianza entre un descerebrado loco como Putin y un actor llegado a presidente como Volodímir con tantos asesinados y todo hecho unos zorros y hasta con una amenaza en ciernes con el dios de las mares, o sea, Poseidón? ¡Qué menudo ejemplo de pareja me estás poniendo Puri! ¡Qué saltas de dos que se quieren a sujetos que no se pueden ni ver!
- Cualquier prototipo es válido para mantener que la confianza es uno de los cimientos emocionales esenciales para ser un adulto mayormente feliz y que esta se fundamenta en las acciones. Pero en las acciones sostenidas en el tiempo, no en las de un día que te sientes especialmente generoso y dadivoso con el contrario; qué es el trabajo del día a día para lograr perpetuar una esperanza firme, sostén de toda buena y sana relación. ¿Confiar o no confiar? He ahí la cuestión, que diría el Shakespeare. Y si vamos a las bases de la confianza, como aseguran los/las de la épsilon, desarrollo, los psicólogos, la confianza en los demás adquiere solidez cuando somos capaces de confiar en nosotros mismos. Cuando actuamos buscando en nosotros mismos las bases de confianza que exigimos a los demás: coherencia, compromiso, competencia, actitud, respeto, resultados y comprensión.
- Pues me dejas loca Puri, porque si para confiar en Putin, Zelenski tiene que confiar en sí mismo, apaga y vámonos, que yo le veo sobrao… y si hay exceso de confianza, también te la juegas, porque dejas de ver la realidad, te cuidas menos y no caes en prevenir, lo que también puede afectar a tu equilibrio emocional, como también dirían los que tratan el comportamiento humano de la cabeza y no son neurólogos, aunque sepan de ello. Y confiar en demasía te puede acarrear serios disgustos, llevándolo a otro plano si, por ejemplo, inviertes los ahorros en Fórum Filatélico y te despluman, un suponer.
- Pues dijo Nel en la cena, que de esto sabe de largo, que la confianza es una emoción que nos lleva a tener una actitud positiva y que la razón de la confianza reside en lo más íntimo de cada uno de nosotros y, por tanto, cada persona vive esa sensación de confianza según su personalidad. ¡Ahí lo dejo!
- Pero también me has dicho que estuvo al quite Mari Mari Pilón para aseverar que, en función de nuestros vínculos y criterios, se puede creer en el otro en pequeñas diócesis, perdón dosis, sin que ello quiera decir que es una garantía de veracidad, y dar segundas oportunidades antes de criticar, herir o cortar una relación, que ella es una tía muy experimentada. A saber.
- Mira Vani, que esto es un lío y que yo soy como San Pablo, no como la amiga de mis colegas, ¡qué si no lo veo no lo creo! Y, por si fuera poco, dicen que todo esto viene de los vínculos amorosos que forjes en tu primera infancia que determinarán, a posteriori, las relaciones que establezcas con tus iguales. Erik Erikson, por abreviar, que se llamaba Erik Salomonsen al nacer, psicólogo y psicoanalista germano-estadounidense de origen judío, hablaba del término de "confianza básica" en un libro que se titula “Teoría del Desarrollo de la Personalidad”, que trata del sentimiento de seguridad que adquiere el niño en su vínculo con los demás y con él mismo, para su desarrollo sano, explicándolo como si subiera una escalera, mejor expresado, a través de ocho etapas, desde la tierna infancia a la edad adulta. Y pensándolo bien, añado yo, ¡a saber cómo era la madre de Putin!
- Y la de Zelenski, Puri, y la de Zelenski…
- Cien por cien Vani, cien por cien
Si (
No(
