“Metamorfosis en el cielo” de Mathias Malzieu se presenta en Madrid

Un show que comienza tocando la harmónica por detrás de un público que no se espera una aparición así. Como si de un flautista de Hamelin se tratase, sólo que cambiando la flauta por la harmónica, éste menudo escritor francés aparece dando saltos vestido con una chaqueta estrecha, pequeña para él, que más parece un protagonista de una serie infantil mexicana donde los alumnos van con unas insufribles chaquetas y una corbata desanudada.

Así, con un atuendo infantil, que evidentemente le queda pequeño, aparece ante un público ávido de emociones literarias fuertes. Porque su nuevo libro es la historia del peor acróbata del mundo, nada que ver con los del Circo del Sol, más bien todo lo contrario. Un acróbata que su único deseo es poder volar. Tom «Hematoma» Coudman que así se llama este acróbata que ha llegado a la cima del éxito con sus actuaciones involuntariamente cómicas.

Y nos vamos enterando de estas historias según nos las van leyendo Mathias y la traductora. Uno lee atropelladamente en un castellano que no domina y que incluye palabras en francés o “en alemán o incluso japonés”, dice al público entre carcajadas. La traductora lee sincopada, misteriosa y con la entonación precisa que él no consigue ni quiere. Porque se harta de hablar y quiere cantar. Se encuentra entre la literatura y la música. Entre la música y la literatura, coge la guitarra acústica y Stepahn Bertholio aparta sus serruchos con los que ambienta la lectura y coge el banjo para tocar una conocida canción de Johnny Cash.

Entre canción y canción, algunas propias, ya que Mathias es el solista del conocido grupo de rock francés Dionysos, va desentrañando la vida de «Hematoma» Coudman. Éste, aquejado de una enfermedad incurable, pasea por el hospital mientras anhela poder volar. Unos pajaritos con el sugerente nombre de Michel Platini, revolotean cerca de él alegrándole la estancia hasta que aparece una extraña criatura, mitad mujer, mitad pájaro, papel que encarna la bailarina Ester Latorre, que le propondrá un trato: ella lo convertirá en pájaro y le curará de su enfermedad, pero su acto tendrá unas consecuencias que deberá afrontar como perder la memoria e, incluso, el habla.

Esta es la historia que él desentraña en la performance sin pudor, porque lo que le pide este extraño personaje es “Yo puedo convertirte en pájaro y curarte, aunque tendrás que asumir todas las consecuencias. Para activar tu metamorfosis, tienes que hacerme el amor”. Toda historia de amor tiene su final, que es hacerlo, y para él, hacerlo supone un gran suspiro, suspiro que pide al público: “¿sabéis suspirar?, pues hacedlo” y el público comienza a suspirar y el gran suspiro termina en un gran orgasmo y allí está la campeona del orgasmo que no es otra que su hermana. Se ríe del público y el público se ríe con él.

Termina la performance como lo haría un concierto, pidiendo un bis, él lo concede y vuelve a cantar. Nos ha dejado su música, la de Dionysos, la de Johnny Cash, la de Elvis Presley y nos ha dejado su libro, un extraño híbrido entre Tim Burton y Roald Dahl. Nos ha dejado un personaje, mezcla de Búster Keaton y Charlie Chaplin que es una versión exagerada de él mismo. Nos ha dejado su universo, su literatura de autoayuda que no ayuda a nadie y nos ha dejado su filosofía de la vida, “Me replanteé muchas cosas y me rebelé contra esa inmovilidad, ese aburrimiento para el que parece no haber solución. Quería que la solución fuera posible pero que, para ello, hubiera que pagar un precio. Sobre todo es el relato de una liberación», dice el artista total francés.

Y nos ha dejado su presencia, su humor, su chauvinismo, su universo y su mundo. Todo lo refleja en el libro y cada lector lo verá de un modo diferente, tan diferente como se muestra él cada vez que sube a un escenario con su charango, porque cada vez que sube, una metamorfosis se produce en él que os acerca al cielo.

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