Antonio Soler ha conseguido construir en "Sacramento" un retrato expresionista muy sólido de uno de los sacerdotes más convulsos de la sociedad malagueña de posguerra, Hipólito Lucena Morales, considerado por algunos como un iluminado y finalmente un depravado, y fundador de una especie de guardia pretoriana particular de mujeres, las hipolitinas, de las que se beneficiaba sexualmente tomando como pretexto el amor, y aquella consigna de San Agustín de ama y haz lo que quieras. En sus más de cuatrocientas páginas construye su vida, conforma su existencia y el contexto de época con leves trazos que permiten adentrarse en los engranajes de la posguerra y la ocultación por parte de la Iglesia de todo lo que supusiera ámbito sexual y libertinaje, un hecho que tan de actualidad está ahora con las investigaciones últimas en torno a la pederastia en su seno. Previo al proceso creador, Soler realiza una investigación exhaustiva de la figura del párroco de Santiago, en la calle Granada, que le conduce por diversos ámbitos y contactos con escritores como Rafael Ballesteros, Rafael Pérez Estrada, Alfonso Canales, Fernando Arcas… y, sobre todo, Pilar Oriente, que aparecen como personajes literarios (también en otros libros suyos habían aparecido algunos) y explica la génesis del proyecto: “Unos dicen que se follaba todo lo que se movía, otros que era un santito”. Este apartado que posee una evidente circunstancia documental y un discurso más cercano a la crónica periodística es llevado a cabo en la primera parte de la obra, “Antecedentes”. Al mismo tiempo, muy al hilo de esa actualidad en que se ha puesto de moda la autoficción, el escritor revela también algunos detalles de sus comienzos como escritor: “Al escribir, yo era un barco navegando en medio del mar”. Es el álbum de fotos de Pilar Oriente quien le abre definitivamente imágenes de la época y de Hipólito, que de personaje histórico se acaba convirtiendo en manos de Soler en personaje literario relevante. Soler en una materia tan dada al desaliento logra crear una novela de gran equilibrio, seriedad y contundencia narrativa utilizando todo tipo de técnicas como collage, primera persona, segunda y tercera persona omnisciente, el monólogo interior, fragmentos de periódico y la integración del diálogo en el proceso narrativo tanto como el uso de un lenguaje siempre cargado de expresividad y recursos simbólicos y metafóricos que lo dotan de una gran energía expresionista. En la segunda parte, “El mapa”, de transición, con un lenguaje de corte periodístico se adentra en el contexto de época y en la situación de la ciudad con noticias de prensa y titulares, ofreciendo esa imagen tétrica de España con frases cortas y concluyentes: “Vivir dentro de las tinieblas, respirando su aire podrido y rezar, rezar porque ese es el camino de la felicidad. En esta cueva, en este valle de lágrimas en el que tú viviste”. En la tercera parte, “La historia. La novela” ya nos adentra en la biografía de Hipólito, su ámbito familiar, sus amistades y su progresiva escala en las más altas instancias de la iglesia malagueña desde su nacimiento humilde en Coín. Aquí la literatura va de la mano de la propia vida que Soler ha ido construyendo a partir de una investigación rigurosa, pero siempre en su obra la literatura gana a la reconstrucción histórica del personaje, que es mostrado en toda su dimensión y credibilidad. Soler capta con atención todo tipo de detalles, de situaciones, y crea visualmente el magma de esta historia que nace desde un personaje que se dedicaba a hacer el bien y obras de caridad de todo tipo pero que encerraba en su vida un secreto: la creación de un colectivo de mujeres con las que practicaba todo tipo de coyundas. Lo que él llamaba el matrimonio místico. Con embarazos en algunos casos e incluso con muerte de alguno de sus hijos ilegítimos: “Las había proclives a la concupiscencia, las había obedientes, las había lúbricas y lascivas, las había ingenuas”. El Marto, Antonio Marañón, el padre, la madre, su hermana… son algunos de los personajes más relevantes que aparecen junto a los obispos que vivieron durante su existencia y el papel que tuvieron en su relación. Una escritura ágil y rauda en la que pasa de una a otra situación, de un diálogo a otro incorporado al proceso narrativo a través de cursivas o entrecomillados. En su lenguaje siempre rico va empleando fragmentos en latín, expresiones propias de la jerga eclesial pero también el lenguaje de la calle, el más soez. Muy relevantes son algunas de las escenas sexuales descritas con todo lujo de detalles y un lenguaje profundamente literario: “Ah, y los dedos gordos y blandos se topan con un tejido irregular, encaje o croché de bragas, y el pene, el miembro, el cipote, da un nuevo respingo, un soldado que se cuadra ante un general”. La obra sigue la trayectoria biográfica, su juicio en el Vaticano, su encierro en Austria durante veinte años y su muerte en 1985. Un misterio desvelado y magníficamente escrito. Puedes comprar el libro en:
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