Arturo, o el pesimismo es un original escrito que recupera el clásico formato del diálogo filosófico y que, a pesar de su brevedad, está lleno de un rico contenido simbólico y mitológico. La introducción nos dirige hacia el señero edificio del Ateneo de Madrid, como punto inicial del encuentro entre dos amigos, pesimistas pero realistas, que se suscriben a una corriente filosófica que el autor conoce y maneja muy bien: el movimiento filosófico-romántico del pesimismo germano de finales del siglo XIX (Schopenhauer, Eduard von Hartmann, Mainländer, Bahnsen…), estudiado en la extensa producción bibliográfica de Manuel Pérez Cornejo. El personaje que recibe el extraño apelativo de «Viator» (trasunto del autor) descubre un antiguo y desconocido libro en la maravillosa biblioteca del Ateneo, cuya lectura nos transporta a una época como el final del siglo XIX, teñida de romanticismo crepuscular, mediante el magistral diálogo que se establece entre Arturo, un joven desengañado, y su amigo y maestro, el decadente erudito Chevalier de Saint-Jules. De la mano de ambos, retornamos a un pasado prolífico y cargado de cultura, en el que, en el curso de un paseo (que guarda cierta similitud con el descrito en el legendario Sueño de Polifilo de Francesco Colonna), se nos va explicando el hipotético sentido oculto de los jardines de la Granja de San Ildefonso, en el marco de un minucioso recorrido por el simbolismo de sus fuentes y senderos, que tiene mucho de viaje iniciático. En el diálogo se nos pone de manifiesto que el compendio de seres mitológicos, alegorías, criaturas monstruosas y deidades grecorromanas que jalonan el histórico recinto, no solo dan un sentido estético a los jardines del palacio, sino que abren la puerta a la búsqueda de un conocimiento esotérico. Como dice el autor, por boca de Chevalier: «todos estos años de continuas visitas a este impagable Real Sitio, [me han permitido] darme cuenta de que sus jardines pueden leerse en clave simbólica». La obra pasa por tres ámbitos conectados entre sí: el divino, el humano y la fraternal amistad que une a los dos personajes creados por el autor, dos manifestaciones de un mismo ego, cuya introspección consciente nos lleva hacia esa fuerza creadora inconsciente, que subyace a la simbología arquetípica manifestada por el arte. La lectura del libro resulta muy recomendable, como guía para visualizar desde una perspectiva diferente unos jardines de ensueño, que, más allá de su valor histórico-artístico, pueden servirle también al filósofo para emprender el viaje iniciático de ascenso hacia la búsqueda del Grial, de la gnosis, a la que quizás podremos acceder si recorremos paso a paso las fuentes del recinto, hasta encontrar la iluminación en el seno de ese templo natural que son los jardines del palacio de La Granja de San Ildefonso, donde la naturaleza y el arte celebran sus mágicas nupcias alquímicas. El diálogo termina con el regreso a la realidad cotidiana del Ateneo, y con una última conversación, en la que los dos amigos del principio, tras haber leído el libro descubierto, se sienten renovados por el conocimiento que acaban de alcanzar —y que el personaje de Viator resume en la expresión: «la vida es un viaje»—, a la vez que lamentan la gran cantidad de individuos con talento que suelen permanecen en todas las épocas en el anonimato, como el supuesto autor de la obra olvidada, del que solo se nos ha transmitido el nombre: Eduardo Céspedes de Entrerríos. Un guiño a la actualidad, con una alusión al desencadenamiento de una inminente pandemia, que ambos amigos se proponen afrontar con un talante pesimista, pero activo y esforzado, pone punto final a este pequeño escrito, que cuenta entre sus méritos haber recuperado, después de más de ciento cincuenta años la técnica literaria del diálogo para el pesimismo filosófico (Leopardi publicó sus Operette Morali en 1827 y Schopenhauer Parerga y Paralipómena en 1851). No lo olviden: cuando decidan pasar unas horas visitando el Palacio de La Granja, déjense guiar por este librito; su cómodo formato les permitirá llevarlo en el bolsillo. Julio Moreno AragonesesProfesor asociado de Economía de la empresa y Contabilidad de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UNED (Madrid)Puedes comprar el libro en:
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