Lo que no todo el mundo sabe es que esa versión de la Coca-Cola fue debido a que el Mariscal Zhúkov, heróe de la Segunda Guerra Mundial y que fue el primer general soviético que entró en Berlín, se convirtió en un fan del refresco cuando se lo dio a probar una tarde de primavera el general americano Dwight D. Eisenhower, Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas en Europa Occidental. Ambos se convirtieron en grandes amigos cuando se conocieron en la destruida capital alemana, ya que sentían gran admiración mutua por los triunfos que ambos cosecharon durante toda la guerra mundial.
Gueorgui Zhúkov estaba acostumbrado a brindar por sus triunfos con vodka e Ike lo hacía con Coca-Cola, ya que era un consumidor asiduo de dicha bebida efervescente. Cuando se la dio a probar al mariscal soviético, éste quedó prendado por su dulce sabor, por desgracia para él, en la Unión Soviética la bebida era un símbolo del imperialismo americano y se le comenzó a señalar como amigo de los aliados americanos, que no lo eran tanto. Nunca se hubiese atrevido a ser fotografiado consumiendo tan preciado líquido, por lo que le sugirió a Eisenhower si podría ser fabricada y envasada de tal forma que pareciese vodka.
Los estrategas de la marca americana pensaron en hacer una coca-cola transparente a sugerencias del mariscal soviético. El intermediario fue el general W. Clark, comandante del sector a cargo de EE. UU de la Austria ocupada, que realizó una consulta ante el presidente Harry S. Truman. En aquel momento, la multinacional americana estaba construyendo cerca de 40 plantas de envasado en el sureste de Europa. Fue el propio Zhúkov el que encargó a Mladin Zarubica, supervisor técnico de Coca-Cola, que encontrase un químico que pudiese eliminar la coloración de la bebida, como así hizo poco después.
La versión incolora de Coca-Cola se embotelló usando botellas de vidrio transparentes y rectas con una tapa blanca y con una estrella roja en el centro. La botella fue fabricada en Bruselas y producida en la fábrica de Viena. Durante un tiempo, el mariscal Zhúkov pudo consumir el refresco pareciendo que consumía su vodka habitual. El refresco tuvo un periodo de consumo creciente en el este de Europa para ir, poco a poco, quedando en el olvido. En Estados Unidos, el refresco blanco fue un fracaso absoluto. Los consumidores americanos, acostumbrados a su color oscuro característico, no aceptaron la nueva fórmula, por lo que fue retirada del mercado tiempo después.
Pero la historia no acaba ahí. Nik, un amigo ruso, me contó que en los años 1961 ó 1962 en Cuba se acabó tan preciada bebida refrescante debido al bloqueo estadounidense. La mezcla secreta que la compañía Coca-Cola transportaba desde los EEUU para producir el refresco en su fábrica en La Habana ya no llegaba. Sin embargo, no se detuvo la producciôn, la bebida desde aquel momento se hizo transparente y no sabía a nada, era simplemente dulce. Lo sabía Nik perfectamente porque estaba en la isla con sus padres, destinados en la isla caribeña, y probó la Coca-Cola revolucionaria y no le supo a nada.