Nieves Pulido obviamente no va al Rastro. Lo que la gusta es pasear por el campo y si no puede desplazarse a las afueras de la ciudad, ir al Real Jardín Botánico, un remanso de paz en una ciudad cada día más contaminada y sedienta por el cambio climático que no hemos sabido controlar. Por eso, a la poeta madrileña le gustan los lugares naturales, donde crecen las flores en libertad, cada vez más condicional. Su poemario es un remanso de esa paz que todos buscamos y sólo podemos encontrarla en la naturaleza o en poemarios como “FLORES”.
“Cuando me puse a escribir el poemario, enseguida vi que pedía, necesitaba, las ilustraciones. Como hacía tiempo que conocía a EIRE (Irlanda Tambascio) me puse en contacto con ella y fue entonces cuando decidí que tenía que ir el poemario con dibujos, nos pusimos a trabajar juntas nada más hablarlo y comenzamos a buscar la mejor manera de publicarlo”, evoca Nieves Pulido. Aquí, entra EIRE en acción, “realicé unas cuatro formas distintas de presentarlo. Cuatro estilos muy diferentes. Lo presentamos a la editorial y nos dijeron que sí de inmediato. “A la editora Viviana Paletta le envié una muestra de cómo quedarían las flores con los poemas y la gustó mucho”, recalca Nieves. La poeta lleva años estudiando y explorando la poesía oriental, en gran medida japonesa. “También practicándola”, reconoce. La influencia del haiku japonés en su poesía es muy importante, pero lo que quiere hacer ella es “combinar la poesía occidental con la oriental y ver qué pasa. Reconozco que la poesía de Oriente tiene muchas restricciones, muchas normas, pero es mucho más interesante. ¡No se puede ir más lejos! A mí, me encanta. El haiku es la sublimación de la poesía”, señala Nieves Pulido. “La poesía Oriental está muy enfocada en la naturaleza”Quizá porque en Occidente seamos muy materialistas, Nieves Pulido prefiere lo inmaterial que proporciona la poesía, sostiene que “la poesía oriental está más enfocada a la naturaleza y a todo lo simple, incluido a los pequeños animales y pájaros. La golondrina es uno de ellos que aparece en el libro, las demás ilustraciones son flores. Lo hice para romper un poco la dinámica, no todo iba a ser ilustraciones sobre flores u otras plantas”. Para Nieves Pulido, “una flor puede ser un poema, como la lluvia, el viento o las golondrinas. Para escribir el poemario, me he tenido que documentar bastante, buscar su nombre científico, saber cuáles son sus colores en las diferentes estaciones del año. Luego he tenido que verlas y tocarlas. Es entonces cuando escribo a pinceladas, a golpes de intuición y de corazonadas”, explica de manera fluida. Después tuvo que ordenar y dar forma a todo lo escrito porque había alguna que otra repetición. Las diversas flores están colocadas en orden alfabético y no son una copia exacta.
Si bien colocó las flores en el poemario de manera intuitiva, al lector no le parecerá que es así. Sí es verdad que abundan las flores blancas y chiquititas “las que más me gustan”, dice. Nieves no sabe muy bien si es más ser humano que poeta, en su poesía se encuentra esa humanidad. Sí está segura que “para ser poeta tienes que nombrar, tanto lo que ves como lo que sientes. Es una interpretación de la naturaleza”. Lleva lo que ve a un poema, pero no sólo eso. “Expreso tanto lo que veo como lo que no”, apunta. “FLORES es un poemario de observación de la naturaleza, pero también de mi misma ya que reflexiona sobre esa experiencia. En un momento dado, tengo que pasar al mundo de las palabras que es muy rígido y muy frágil a la vez”, explica la poeta y agrega “las flores tienen una vida muy breve y hay que saber jugar con esa fragilidad y duración. Un poeta no puede controlarlo todo, para mí escribir poesía es un juego entre el control del lenguaje y luego soltarlo. Siempre pienso que el resultado nunca me va a gustar del todo”. En uno de sus poemas dice que “mi habitación no tiene paredes, es el campo”. Fue uno de esos haikus que compuso durante el tiempo que estuvo viviendo en Estonia, un lugar de una naturaleza apabullante. “No elijo mis poemas, me llaman” afirma rotunda la autora que cree que “la cultura occidental es demasiado egocéntrica, muy cerrada y no ha sabido acercarse a otro tipo de culturas como la Oriental. La filosofía occidental está muy centrada en las palabras, los orientales que son mucho más prácticos, pero también intuitivos y espirituales, están más centrados en los sentimientos”. Cree Nieves Pulido que sus poemas se deben leer en la naturaleza en cualquier momento del día, pero ahora que es verano, la noche es un buen momento para hacerlo, sobre todo si es fresquita. “He intentado ir más allá de lo visual, ya que esa parte la lleva Irlanda, pero he buscado siempre la sencillez”, concluye. Para finalizar, preguntamos a Irlanda Tambascio sobre sus impresiones de su trabajo. “Soy muy impresionista en mis dibujos. No me han costado mucho realizarlos porque conozco bien a Nieves, aunque yo no soy lectora de poesía”, confiesa. Sus dibujos nacen de la observación y, por supuesto, son muy visuales. “Me gusta buscar una imagen para cada cosa. Soy muy indecisa con mi trabajo y me cuesta decidir, en este caso Nieves me ha ayudado mucho”, reflexiona EIRE. Sus trabajos están hechos en acuarela y son de una sencillez exquisita, lo que realza más si cabe el trabajo de Nieves. Puedes comprar el poemario en:
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