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Fernando Martínez Laínez
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Fernando Martínez Laínez (Foto: Javier Velasco Oliaga)

Entrevista a Fernando Martínez Laínez: “El género literario del cuento está bastante devaluado desde la óptica editorial y lectora”

Autor del libro de relatos negro criminales “Luna de cuervos”
jueves 16 de junio de 2022, 12:11h

Acaba de publicar el periodista y escritor Fernando Martínez Laínez el libro de cuentos negro criminales “Luna de cuervos”, una cuidada selección de los relatos que ha ido escribiendo a lo largo de su carrera literaria. Circunscritos al género negro, el autor barcelonés acomete tanto tramas policiacas como de espionaje, mundo que conoce muy bien por haber vivido al otro lado del telón de acero como corresponsal de la Agencia EFE.

Fernando Martínez Laínez
Fernando Martínez Laínez (Foto: Javier Velasco Oliaga)

El recorrido que hace el autor en su libro va desde la Transición española, otro de los temas que le apasiona, hasta el final de la Guerra Civil, donde historia y ficción se mezclan para dar una nueva perspectiva de lo que conocemos por los libros de historia. Martinez Laínez tiene un pulso firme en sus relatos, y en todos y cada uno de ellos mantiene una tensión creciente que hacen que sus cuentos se lean de una manera muy luida. El libro ha sido publicado por la editorial Literatura Abierta.

¿"Luna de cuervos" es la obra completa de sus cuentos o es una selección de sus mejores cuentos?

Es una selección, pero la verdad es que han quedado pocos cuentos fuera de los que ahora se publican.

¿Cuántos cuentos ha incluido el libro?

Treinta y dos cuentos, todos bastante diferentes en cuanto a extensión y temática.

¿De qué época son sus relatos? ¿Es este un buen momento para publicarlos?

Los cuentos abarcan desde los inicios de la Transición política hasta principios del siglo actual. Es cuanto a si es o no buen momento, creo que no. El género literario del cuento está bastante devaluado desde la óptica editorial y lectora. Se ha perdido el gran interés por el cuento que existía en otras épocas, y en el que brillaban habitualmente los escritores en periódicos y revistas. Parece que a la gente ya solo le interesan las novelas y las memorias políticas, aunque la mayoría de lo que cuentan sea pura fábula o tergiversaciones para autopromocionarse.

Tener a Juan Madrid como maestros de ceremonias es todo un lujo. ¿Desde cuándo lo conoce y cuantos años llevan siendo amigos?

A Juan Madrid lo conozco y nos hicimos amigos desde que empezamos en eso del periodismo. Un oficio que nos permitió, además de ganarnos la vida, adentrarnos en la escritura de signo negrocriminal, que era lo que más nos gustaba en aquel tiempo. Los maestros norteamericanos del género fueron nuestros “gurus” literarios no solo en la lectura y la escritura, sino también en nuestra visión política del mundo; y nuestra amistad se ha ido cimentando a lo largo del tiempo. En el caso de Juan, esa dedicación por el género negro ha sido más persistente, más concentrada, incluida la faceta de guionista, aunque también haya evolucionado desde sus primeras novelas. En mi caso, no solo me he interesado por la novela negra, sino también por otros géneros como la novela histórica, el mundo del espionaje, la literatura de viajes, el ensayo o la divulgación histórica, y al final esa fase es la que ha terminado prevaleciendo. Pero digamos que el entronque ha sido el mismo en ambos casos.

Hace unos años, los periódicos y las revistas solían publicar relatos negros. ¿Qué está ocurriendo en la actualidad? ¿ Ha pasado el boom de esas publicaciones?

El relato corto casi siempre ha sido compañero inseparable de las publicaciones periódicas, pero en la actualidad el periodismo tradicional ha entrado en barrena, lo que hay ahora no se sabe muy bien lo que es. Han surgido las redes, que en muchos casos, en lo que atañe a la literatura, es autobombo de andar por casa, con una falta de criterio lector absoluta. Lo que predomina es la confusión, el “todo es igual, nada es mejor”, que diría el tango Cambalache, aunque seguramente ese caos general es lo que se ha pretendido desde el principio por parte de quienes lo manejan.

¿Cuál es su diagnóstico sobre la novela negra española? ¿Vivimos un tiempo demasiado anárquico?

La novela negra española ha conocido, sin duda, tiempos mejores. Sigue habiendo buenos autores, pero el bluf editorial es evidente, y casi no es una exageración decir que hay más escritores que lectores, salvando tres o cuatro nombres. Hay obras trilladas y mediocres que se ponen por las nubes y otras de mérito que pasan totalmente desapercibidas. Vivimos un tiempo demasiado anárquico, pero se trata de una anarquía controlada, porque individualmente nunca hemos estado tan vigilados y supervisados.

¿Se escriben ensayos sobre el género? ¿Falta teoría sobre la novela negra española?

Los ensayos sobre el género negrocriminal son ahora muy escasos, pero hubo buenos intentos desde algunas revistas de papel que en su mayor parte desaparecieron. Y lo mismo cabría decir de la novela negra española, un concepto que algunos ponen incluso en duda.

Hace unos años había muchas colecciones sobre el género. ¿Sería positivo que las siguiese habiendo? ¿Es favorable a ellas?

Siempre he sido un defensor de las colecciones de género. Ellas crearon la novela negra, hasta llegar incluso a darle nombre en Francia y luego en el resto del mundo, “serie negra”. Las colecciones permiten un mejor seguimiento por parte de los lectores, y los títulos y autores resultan mucho más fáciles de manejar y recodar. Colecciones de género, ¿por qué no?

“La actividad como periodista me permitió conocer relativamente bien la realidad de lo que se llamaba el Telón de Acero”

En “Luna de cuervos” hay dos grandes escenarios. Uno es el este de Europa y otro España. ¿Ambos son lugares buenos para este tipo de relato?

Los dos grandes escenarios que mencionas van ligados a mi trayectoria profesional. En un caso la actividad como periodista me permitió conocer relativamente bien la realidad de lo que se llamaba el Telón de Acero antes del derrumbe de la Unión Soviética. En cuanto a España, siempre ha estado y está ahí, en sus paisajes, en sus gentes, en el recuerdo y en mis pensamientos.

En sus relatos se tratan tanto temas policiacos como de espionaje. ¿Son los dos grandes pilares de los relatos negros?

Así es. Los relatos de espías son también relatos negros de signo criminal clásico. Son dos formas diferentes de enfocar el crimen.

NKVD, KGB, la CIA …¿ son las agencias de inteligencia que han marcado el camino de estos relatos?

Bueno, si uno habla de espías en el plano internacional, hay que terminar mencionando a las grandes agencias de inteligencia que manejan el espionaje y ejercen el control de lo que pasa en el mundo, esa realidad que casi nunca se ve ni sale en los medios de prensa.

La guerra civil ha marcado la historia de España, y la Guerra Fría ha marcado la del mundo

Algunos relatos se centran en nuestra guerra civil, otros en la guerra fría. ¿Fueron dos buenos escenarios para obras sobre el género?

Sin duda ninguna. La guerra civil ha marcado la historia de España, y la Guerra Fría ha marcado la del mundo. Vivimos todavía de sus consecuencias.

¿Cuál es su escenario preferido?

Creo que podría ser el de la Transición política. La cara oculta de lo que pasó en esos años, sobre los que se ha corrido en muchos casos un tupido velo, y sobre los que aun pende el misterio en otros. La Transición tiene mucho de enigma irresuelto y guerra secreta.

Respecto a la forma de escribir, lo hace tanto en primera como en tercera persona. ¿Con cuál se siente más a gusto?

Yo diría que con la primera. Pero si el relato al final sale bien, cualquier forma es buena.

Algunos de sus relatos, como Los poceros o Un caso fácil son casi novelas cortas. ¿Cómo eligió en sus narraciones la longitud de las mismas?

En el caso de Los poceros me planteé con claridad una novela corta desde el principio. Se trataba de sacar a la luz la “fontanería” político-criminal de una época, que apenas ha cambiado en lo fundamental. En Un caso fácil, el relato se publicó por entregas en un suplemento semanal. La extensión vino marcada por las circunstancias y el protagonista real de la historia, que es la ciudad de Toledo, donde trabajé como delegado de la Agencia EFE en Castilla-La Mancha.

¿Es tan difícil escribir un buen relato como una buena novela?

Pienso que es mucho más difícil escribir una buena novela que un buen relato, aunque hay quien opina que la dificultad es la misma. En todo caso, es más difícil escribir un buen relato que una novela mala o mediocre. En eso creo que no hay duda.

Para finalizar, ha escrito ensayos, novelas, historia, relatos, etc. ¿En qué genero se encuentra más a gusto?

En la no-ficción del mundo del espionaje y la historia novelada, aunque a este último género le quede todavía largo camino que recorrer, y no tenga mucho encaje popular por ahora.

¿Tendremos pronto un nuevo libro suyo?

La imaginación nunca descansa.

Puedes comprar el libro en:

9788412466485
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