El resumen de esta novela histórica define todo lo que ocurrió a los alemanes, nacionalsocialistas o no, tras finalizar la Segunda Guerra Mundial, entre los años 1939 y 1945. Aquel éxodo conllevó una diáspora hacia diversos lugares donde pudieran ser salvos, y comenzar una nueva vida. La autora, periodista prestigiosa tiene, además, a su favor, más si cabe, el de haber nacido en el pueblo lucense de Sarria donde pasó a mejor vida, en el año 1230, uno de los mejores monarcas del Medioevo, el gran Rey de León y de Galicia Alfonso IX “el de las Cortes”. “A comienzos de 1945, Clotilde von Havel, una aristócrata alemana casada con un comandante de la Wehrmacht, tiene que abandonar su castillo ante el empuje de las tropas soviéticas, condenada a la pobreza, el exilio y el alejamiento de sus hijos. La miseria convierte a Clotilde en una superviviente, decidida a luchar por su vida, esclarecer el pasado y aprovechar los golpes de suerte. La novela sigue sus peripecias desde el devastado Berlín de posguerra, al glamuroso Nueva York o el cambiante Londres de los años cincuenta. De la mano de su sobrino Ralf, un ex SS que no ha renunciado a ser nazi, en los sesenta la condesa se instala en la Marbella de la época dorada y se involucra en la vida cotidiana de los que, al margen de la España franquista, encontraron en la Costa del Sol un refugio: artistas, aristócratas, homosexuales… y nazis camuflados. Viruca Yebra, periodista, conoce de primera mano las vivencias de todos ellos y ha volcado en la novela la verdadera esencia de aquellos años, en los que ser bohemio y transgresor no estaba reñido con el saber estar”. Narración impecable, cronológicamente acorde a la situación que se vivía en la Alemania del año 1945. En ese momento se produce una terrible situación del Ocaso de los Dioses del Imperio de los Mil Años. La protagonista ya no duerme más que por medio del agotamiento, las bombas caen a centenares sobre aquella Alemania que se desangra a borbotones. “Esa noche, sin embargo, el duermevela habitual de la condesa de Orange se tornó en un sueño profundo… Los resplandores tomaron tregua y los ruidos de la batalla se espaciaron. Sin previo aviso, el silencio lo cubrió todo. Una sobrecogedora calma invadió el castillo. La súbita paz hacía presagiar que la última contienda al oeste del Estado Libre de Sajonia había llegado a su fin. Se estremeció bajo el cobertor de plumas de eider que la aislaba del ambiente helador del cuarto. Tomó conciencia de su despertar cuando el silencio se transformó en miedo, y la soledad, que le acompañaba en los últimos meses, se convirtió en desamparo y tuvo la percepción de un peligro inminente”. Es más que esclarecedora la definición axiomática que realiza la tía de la protagonista, Lady Violeta Stone: “Tu marido perteneció al ejército de Hitler, tu cuñado fue un defensor de la ideología nacionalsocialista, y tu sobrino un militar de las SS. Así que, por mucho que quieras demostrar lo contrario, siempre tendrás que vivir con la idea de que la sociedad, antes de conocerte, te juzgará como una condesa nazi. No debes sufrir por ello, pero sí demostrar con hechos que no lo eres”. Antes de proseguir en el análisis-ensayo quiere realizar, motu propio, un estudio sobre la sociedad alemana del momento histórico referido en la novela, y que suele ser simplificado sin contemplaciones, por la vulgaridad analítica de muchos europeos, sobre todo en la España inculta, que a veces nos deslumbra y nos sorprende, con el desconocimiento absoluto que existe sobre los alemanes vivientes entre 1931 y 1945, y su comportamiento con respecto al NSDAP. Está claro que, ya desde el año 1929, cuando se anunciaba el ascenso al poder de los nacionalsocialistas, hubo un grupo de alemanes que se opusieron a ese extraño y atrabiliario Führer Adolf Hitler; buscaron ayuda en la pérfida Albión, donde fueron burlados sin el más mínimo rubor por la administración británica, con el cinismo de Winston Churchill a la cabeza, y no solo se oponen diversos cuadros de la Wehrmacht, sino también grupos de la sociedad civil, y no solo, por los mismos fines, por los socialdemócratas o por los comunistas. La prueba palpable estriba en que los nazis nunca superaron el 34% de los votos; y para evitar a la oposición la introdujeron, sin la más mínima vergüenza en campos de reeducación o de concentración. La autora de la novela va desgranando la narración en la voz de una tercera persona, omnisciente en varias ocasiones. Y el hecho se centra en la condesa Clotilde Von Havel y en otros personajes que la envuelven en la narración. El acercamiento a los personajes es apasionado y profundo, sin ahorrar en la exposición de sus sentimientos y de sus motivaciones. Existe una perfecta mezcla de realidad y de ficción, lo que envuelve a la novela de un mapa esclarecedor de lo que ocurrió, cuando los derrotados alemanes se desparramaron por su merecido exilio. Quien va leyendo la novela lo hace con la visión, muchas veces perpleja, del comportamiento doméstico de aquellos seres humanos que parece que no comprendían la necesidad de una autocatarsis. La condesa Clotilde von Havel de Orange, rancio luteranismo, se matrimonió a los 18 años con el príncipe Maximiliano von Havel. El matrimonio engendró tres vástagos, llamados Amalia, Franz y Victoria. El amor incondicional de Clotilde está en el centro de la novela, aunque aderezado con la rabia que sentía, en ocasiones, contra su marido porque este no abandonaba la carrera militar. Su esposo sería fusilado por su oposición flagrante contra la tiranía genocida de Adolf Hitler. En 1945 tiene ya 33 años y se la describe con un físico radiante: “Era una mujer de ojos azul verdoso, piel blanquísima y rostro perfilado; tenía un atractivo envolvente y cautivador que incitaba al deseo y al mismo tiempo a la protección”. La condesa Clotilde von Havel debe luchar, sin ambages y sin cuartel no solo por su propia supervivencia, sino con el fin último y preclaro de restablecer su estatuto nobiliario social, que estima le pertenece y le corresponde, y de paso intentar recuperar a sus hijos. En suma una estupenda novela histórica sobre lo que les ocurrió a muchos alemanes, que perdieron la vida luchando contra Hitler, y luego sufrieron lo indecible para ser reconocidos y aceptados por la cruel y vengativa sociedad de postguerra. «Arma virumque cano. ET. Fidem erga populum punicum». Puedes comprar el libro en:
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