Me encuentro con ambos autores en la sede Despertaferro Ediciones para hablar de su libro. Un interesante trabajo que les ha llevado poco más de año y medio en confeccionar. Cualquier lector interesado en la Guerra Civil disfrutará con un contenido asombroso que han recopilado con ardua paciencia y donde han encontrado algunas fotografías muy reveladoras e impactantes que no dejarán indiferentes a las personas interesadas en unos hechos que nos helaron el corazón. Jordi Bru es un conocido fotógrafo navarro que reside en San Sebastián, sus reportajes se pueden ver en muchas publicaciones periódicas. Ha realizado infinidad de daguerrotipos en casi todas las recreaciones históricas que se realizan por nuestra piel de toro y también allende el océano Atlántico. Su último trabajo ha sido sobre la conquista de México, un trabajo que ha tenido más repercusión fuera de nuestras fronteras que en la propia España. Jesús Jiménez trabaja en Despertaferro Ediciones; historiador de formación, ha realizado diferentes trabajos como creador de contenidos audiovisuales. Su interés por la historia militar en los conflictos bélicos del siglo pasado, le hicieron profundizar en la Guerra Civil. Para el presente libro, ha buceado en muchos archivos, tanto institucionales como particulares, para encontrar una serie de fotografías muy especiales que ha incluido junto a Jordi en el libro “Sangre en la frente”. No todas han podido salir por problemas de derechos, pero las que han escogido son ciertamente magníficas. “El libro es un producto de la casa. Anteriormente, se habían publicado otras dos obras con un formato similar y que habían gustado mucho a nuestros lectores”, dice Jesús Jiménez nada más comenzar nuestra conversación. En esta ocasión, han partido prácticamente de cero. Jesús se ha encargado de la estructura del libro, que es cronológica, y de la selección de los temas, además de escribir los textos de la obra. “Hemos buscado fotos que tuviesen un contenido social, por eso tratamos temas de la retaguardia, de los refugiados, de la infancia y no sólo del frente. Fotos que sacudiesen al lector”, añade Jordi Bru. Jordi ha sido el encargado de colorear esas 181 fotografías. “Muchas las hemos tenido que descartar porque su digitalización no era buena. Ha sido una labor ardua, pero gratificante”, señala y agrega “hemos procurado reflejar cómo era la sociedad española de la época. Por eso, hemos tratado el conflicto de una manera global, que los dos bandos quedasen equidistantes. Creemos que la selección ha sido muy equilibrada con muchas fotos significativas e icónicas. Hemos sido muy escrupulosos y no hemos querido emitir ningún juicio de valor”.
“El lector tiene más empatía con las fotografías cuando son en color”“La apuesta principal del libro es dar color a las fotografías, al colorearlas muchas de ellas cambia de significado. La memoria colectiva es en blanco y negro. El color hace que el lector se acerque más a la guerra civil. Hay mucha más empatía porque se puede apreciar más la brutalidad de ciertos hechos”, apunta Jordi Bru. Algunas de las fotos al ser coloreadas hacen que se puede resaltar más la crueldad, como en algunas donde se pueden observar el resultado de ciertas ejecuciones en las calles y donde las manchas de sangre destacan y las dan otro significado. Para seleccionar los colores de la fotografías, Jordi Bru ha tenido que fijarse en muchos carteles propagandísticos de la Guerra Civil. “También he echado mano de mi experiencia como fotoperiodista. Colores como los del mar o los de los uniformes han tenido un largo proceso de confección. Buscar fotos del Mediterráneo o de cómo eran las piedras de ciertos lugares, cómo les da el sol en ciertos momentos, si era al amanecer o a la puesta de sol. Hubo alguna foto que tardé una semana en colorear. Es una técnica muy parecida a la de la acuarela”, desgrana el fotógrafo pamplonés que tiene muchos asesores que le dicen los colores de ciertos uniformes o incluso de una medalla. La búsqueda de la perfección es algo que comparten ambos autores.
“El trabajo de documentación, de selección y de coloreado han ido prácticamente a la par. La selección de escenas ha llegado prácticamente hasta el final”, señala Jesús Jiménez. Para Jordi Bru, “el colorear las fotos no es una mera cuestión técnica, si no también artística. Una labor de interpretación”. Ambos coinciden en afirmar que “la documentación ha sido la que más tiempo los ha llevado. Hemos querido recoger momentos impactantes desde el punto de vista emotivo”. El libro toca todos los temas de una sociedad en guerra, desde la infancia hasta la vejez, desde el tema militar hasta los acontecimientos civiles. Algunos de especial crudeza. “Había que sacar alguna imagen de especial dureza, sin llegar a ser gore”. La fotografía que abre el libro es una de ellas. Refleja a la familia Gracia Bamala, camino del paso fronterizo con Francia. En ella se puede apreciar el resultado de un bombardeo italiano en Monzón. Dos niños y un anciano mutilados andan camino del exilio. La madre de áquellos murió por proteger a uno de sus hijos. Una foto que sobrecoge y refleja las consecuencias de la guerra. Esta es una de las preferidas de Jordi Bru, al igual que la publicada en las páginas 306 y 307 donde se ven a unos falangistas, brazo en alto, bañándose en el Mediterráneo. “Es la foto que me hubiese gustado hacer”, confiesa Bru. Jesús Jiménez se decanta por la publicada en la página 357 y 358, un grupo de huérfanos valencianos que han extraído de la Biblioteca Valenciana Nicolau Primitiu. Fondo Finezas. También elige la foto de las páginas 96 y 97. Donde se ve al general Vicente Rojo, al comienzo de la defensa de Madrid, acompañado de diferentes asesores militares, uno de ellos Vladímir Górev. El lector atento percibirá quien es por su extraordinario parecido con otro Vladimir, muy famoso en la actualidad. En resumen, un libro imprescindible para todo amante de nuestra historia que se acerque a ella sin prejuicios. Puedes comprar el libro en:
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