Miguel Esteban.- Me gustaría empezar por su formación. ¿Dónde hizo sus estudios?
Alvaro de Paz.- A parte de escribir, también soy actor. He aprendido interpretación de grandes maestros internacionales. Personas que daban tanta o más importancia a los factores humanos, y a conocer cual es tu verdadero lugar en este mundo. Como a saber declamar unas líneas de Ricardo III. Estudié arte dramático en diferentes escuelas. Es muy importante la formación teórica sobre la historia del hombre y el papel que jugó el teatro en ella. También es fundamental entender cómo respirar en un escenario, entonar, conocer tus errores de dicción gracias a la ortofonía.
No debería tener estos conocimientos solo por ser actor. Todos estos aspectos deberían darse en los colegios desde que somos muy pequeños. Hay gente muy válida que por timidez, o por no saber expresarse, o simplemente tener miedo a hablar en público se quedan aislados. Quizás sus vidas hubieran sido totalmente diferentes, si alguien les hubiera enseñado.
Yo por supuesto sigo formándome, todo lo que puedo. El artista de cualquier disciplina, en el momento que deja de hacerlo fenece. Igual que el ser humano, cuando deja de investigar y pierde la ilusión por las cosas va muriendo poco a poco.
¿Fue entonces cuando empezó a escribir poesía?
Realmente empecé en la EGB por un concurso de cuentos Navidad, en el colegio Misioneras del sagrado corazón en Zaragoza. Escribí un relato que resultó ser galardonado con el segundo premio. Recuerdo recoger la placa y un dinero bastante considerable. Salir en la sección de cultura de varios periódicos importantes a nivel nacional me hizo darle alguna vuelta a lo que me había pasado. Años después me cambiaron a los Agustinos,donde gané el primer premio de poesía del colegio. Me alegré mucho por ese reconocimiento. Pero era demasiado niño, y no tiré de una manera profesional por ahí. Me fui a la interpretación. Pero creé un blog privado de poesía que desarrollé durante más de una década . No se lo enseñé a casi nadie (solo a alguna chica) de ahí surgió este libro. Paralelamente soy crítico de cine desde hace 14 años, y he colaborado en otros medios como la página cultural Vice. En ambos también me tachan de ser demasiado “poético” por llamarlo de alguna forma.
¿Cuáles son los modelos o cuáles fueron los modelos de poetas que le dieron ganas de escribir poesía?
Yo los llamo los cuatro grandes. En el fútbol dicen que son en este orden de aparición:
Pelé, Di Stefano, Cruyff y Maradona. Mis cuatro grandes del campo literario son:
Rimbaud, Baudelaire, Whitman y Dylan Thomas. El que más he dejado que me influyera ha sido Arthur Rimbaud. El que más he leído ha sido sin duda a Walt Whitman, (suelo llevar su libro Hojas de hierba encima, para leerlo en uno de mis rincones favoritos de Madrid) pero aunque el que mejor escribe de estos cuatro es Dylan Thomas. Quizás el que más poso haya dejado en mí escritura; aunque muchas veces lo niegue internamente es Charles Baudelaire.
¿Cuáles son los temas más relevantes que quiere usted introducir en su poesía?
Camino entre una enorme dualidad. Paseo por el principio de la vida , y el final de esta; o lo que llamamos muerte, y sus diferentes formas de verla, o encararla. El pesimismo que aflora en algún poema, no es más que una vía para llegar a algo. Porque como decía Lewis Carrol en su Alicia en el país de las maravillas: “Siempre se llega a alguna parte si se camina lo suficiente”.
En todo lo que escribo soy el niño que camina por el país de nunca jamás sin querer crecer nunca, pero que sin darse cuenta que en cada paso que da, ya lo está haciendo.
¿Se considera usted comprometido con la poesía?
Todos decimos leer más poesía de la que realmente leemos.Es una especie de mentira piadosa. A la poesía le pasa un símil con el teatro. Cuando es bueno,es magnífico y entonces es inigualable a cualquier otra experiencia, y nunca te olvidaras de ese día. Pero si es malo entonces es terrible, quitándote las ganas de volver en mucho tiempo. Con la prosa es diferente. Una mediocre te puede servir en momentos dados, donde no deseas darle mucho al coco. Pasa lo mismo con el cine. No tienes porque ver a Bergman a diario.
¿Qué recursos utiliza usted para introducir partes, momentos de silencio, en su poesía?
El silencio es fundamental en la vida. Los grandes discursos de la historia están plagados de ellos, pero no nos damos cuenta. La pausa, el tempo, el instante que te marca un silencio para seguir por otro lado. Es la marca de: “El Zorro” de lo que estás viviendo como escritor en cada tecla que presionas. Existe la técnica. Pero yo por una mezcla entre desconocimiento, y quizás abuso de mi propio instinto, prefiero cabalgar por esas palabras como un jinete en busca de la luz definitiva, en medio de una noche estrellada.
¿Qué significan para usted esos recursos peculiares de su poesía?
Esos recursos marcan tu estilo como escritor. Como tu manera de hablar con las demás personas en tu día a día, dice quien eres. A un artista se le debe conocer rápidamente por unas señas o códigos, que definen su manera de ver las cosas respecto a otro. No creo en la diferenciación, creo en la búsqueda de tu poesía, es decir de ti mismo.
¿Le parece que poesía, música y también arte visual se complementan?
Absolutamente, como te he comentado antes soy crítico cinematográfico y por placer y obligación profesional he visto muchísimo cine. También he visto mucho teatro. Pero lo que más me ha emocionado en los últimos tiempos fue un video de ballet en la calle. En el una bailarina improvisaba movimientos, mientras un músico callejero tocaba con su violín una canción de Amelie…
¿Qué nos emociona, y que no? Es algo inexplicable, incluso para uno mismo.
A mi me gusta escribir con la música adecuada. Si esa no existe, prefiero el silencio. También me pasa en mi vida. Adoro el silencio, si no hay nada que lo vaya a mejorar...
¿La intertextualidad tiene importancia en su poesía?
Por supuesto, todos somos referencias de algo o de alguien. Lo mismo ocurre al escribir.
¿Cómo se porta la crítica con usted? ¿Es benévola?
Este es mi primer libro publicado, y solo puedo estar agradecido primero a Ediciones Camelot por publicarlo, y más siendo de poesía. Y después a todas las personas que se han interesado por el. Algunas lo han podido comprar ya, y me han comentado que han entendido, y vivido ese viaje que les propongo. A los entrevistadores de diferentes medios, que han leído algún fragmento con su música correspondiente, y que durante ese rato me han confesado que han sentido que estaban pasando cosas. Porque al final vivir es sentir. Y si a cualquiera que lo lea, le hago sentir algo en algún momento, entonces ya he conseguido mi objetivo.
¿Le gusta encontrarse con estudiantes, jóvenes que aprecian su poesía, que vienen a escucharle?
Todos somos estudiantes. Yo me considero un estudiante de la vida y del ser humano. Voy pasando los cursos, con alguna asignatura pendiente, y aún siento que voy a la guardería.
Jóvenes o mayores, da igual. Cualquiera que elija entrar unos instantes de su vida a leer lo que escribo merece de mi parte el mayor de los respetos.
¿Hay lugares que le emocionaron en particular cuando participó en recitales poéticos?
Con el libro no he acudido aún a ninguno. Pero me encantaría hacerlo. En las presentaciones la más emocionante hasta la fecha ha sido en la FNAC de Zaragoza. Ya que allí jugaba en casa porque estaban mis amigos de la infancia y mis padres.
¿Hay poemas o poemarios que no quiso, o no pudo, publicar, y que permanecen inéditos?
No. He publicado los poemas que he querido.
¿Se considera poeta o aprendiz de poeta
Soy aprendiz de todo. Y poeta siempre.
Para terminar nuestra entrevista, ¿cómo resumiría su creación poética, en algunas palabras?
Ya estoy entrando en casa, nada me cansa, nada me distingue, no hace falta que os levantéis. Solo soy yo, solo soy yo…
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