Nadie discute que Rusia es el agresor, pero ¿a quién beneficia el crimen? Sin margen de duda a los EE.UU., que nos venden su gas a un precio exorbitante para reemplazar al ruso. También ingentes volúmenes de armamento vía OTAN. Sin contar el gran negocio de la reconstrucción de Ucrania, otra oportunidad de lucro comparable a la siguió a la de Irak.
Nadie discute igualmente que EE.UU. jamás hubiera tolerado la expansión del Pacto de Varsovia hasta México -como no la toleró en Cuba en el ’62-. ¿A qué obedecía la provocación continuada sobre Rusia? Hablemos claro: de entrada, a la necesidad de imponer su dominio sobre Europa tras perderlo en el resto del planeta de una manera calamitosa. Desde Vietnam a Afganistán -recordemos la humillación de su retirada-, todas las guerras desatadas por el Pentágono se han saldado en catástrofes.
Ocurre algo semejante con la batalla que libra un presidente decrépito, Joe Biden, ante las elecciones de medio mandato que se celebrarán en noviembre. Ninguna transfusión sanguínea más perentoria que una gran causa a la americana, como sucedió durante la II Guerra Mundial. Entonces entraron tarde a conciencia. Hoy entran sin entrar: propiciando que Europa se fracture sin que caiga una gota de sangre en suelo americano, ni un solo refugiado ucraniano cruce su frontera.
En 2019 Emmanuel Macron tenía razones para diagnosticar que la OTAN estaba “en muerte cerebral”. Hoy la hemos convertido en nuestro gran cerebro. ¿Para qué? Para llevarnos a las puertas de la III Guerra Mundial.
Rusia no era una amenaza hasta que EE.UU., desde la era Obama, “persuadió” a los países fronterizos a integrarse en la Alianza Atlántica, incluyendo la eventualidad de dotarse de armamento nuclear. Nada de todo ello exime a Putin de la torpeza de caer en la provocación, menos aun de las atrocidades que ensancha cada día. No son menores las que están detrás de la gran mentira. Antes que la invasión rusa de Ucrania, comenzó la de EE.UU. para hacerse dueño de Europa. Hoy la UE está al servicio de la OTAN y no a la inversa.
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