Oruña explica así cómo, ya desde adolescente, empezó a participar en un club de lectura, “era la encargada de distribuir los libros y acabé leyendo dos por semana y, cada vez más y más diferentes, novela histórica, ensayos teóricos, poesía... Al final, para mí una novela es sólo una excusa para contar lo que queremos contar” afirma. Y, por eso, eligió el misterio para contarlo, “porque en el misterio hay muchas capas, pero debajo de éstas, está lo que yo quiero contar, lo que quiero escribir” afirma.
La célebre Espido Freire le pregunta, casi de manera natural, qué era eso quería contar, a lo que María Oruña responde que cuando empezó a escribir fue porque sintió la necesidad de plantear por qué abandonamos la historia, por qué abandonamos la ciencia, ya que para ella siempre estamos intentando resolver el misterio vital, de dónde venimos y a dónde vamos, y, por eso, “mis novelas, no son moralistas, pero sí plantean preguntas. Vamos hacia la masa, hacia la opinión general de las cosas y eso si me parece muy trepidante, por eso me gusta dejar que el lector aplique su propio criterio. Que el lector decida hasta donde quiere llegar. Mis libros hablan de ecología, de política y es el lector el que decide hacia dónde va” señala.
Y es que María Oruña “se adentra con maestría en un género que está siendo explorado por muchos escritores, no hace el thriller trepidante, parece en ocasiones psicológico, sino que lo que hace es otra cosa. Salta entre el pasado y el presente, analiza las causas del thriller, ahonda en la maldad, pero también en el comprensible de esa maldad. Cada una de sus novelas supera la anterior y lo mejor está por venir y ella no es consciente de ello” señala la directora del Máster en Creación Literaria de VIU. Porque para Espido Freire, escribir una novela entraña esa complejidad que se desprende de los textos de Oruña, tiene una metodología y conlleva aprender las técnicas, aunque luego las olvides.
La clave está en una buena estructura, en ser honesto y en no repetirse
Para la escritora y docente Espido Freire “no se habla suficientemente de la estructura y la complejidad de la estructura de un libro. El problema de los escritores no es tener una buena historia, casi todos tienen una, pero estructurarla y escribir con calidad es lo que más les cuesta a los escritores actuales”.
Así la directora y docente del Máster en Creación Literaria de VIU revela que ella plantea “el proceso de creación en 3 partes: la primera es el esquema, la segunda parte es en la que trabajas la estructura y hay que dedicar un tiempo específico a pensar en cómo es la estructuras y en la tercera fase, empiezo a escribir”.
En la misma línea, María Oruña explica como ella “entiende el libro como un cuadro, el objetivo es que cuando el lector cierre el libro sea con una sonrisa de “todo cuadra”. Por eso para mí, lo más importante es dedicar mucho tiempo a pensar y a documentarse para construir la base del cuadro, un esquema y una estructura muy fuerte sobre la que vas construyendo la obra. De manera que cuando el lector coja el libro, no se dé cuenta de que el autor son todos, porque todo está perfectamente trabajado y se crea a todos los personajes por igual.”
Para ambas autoras, crear un universo de la nada, crear ese esquema, esa base del cuadro, la estructura, es lo más difícil.
Ya que, para Freire, “en la autoficción puedes meter giros rupturistas, pero en las novelas, como las que escribe María Oruña no, porque cada punto tiene que estar bien rematado”. Por eso Oruña explica cómo ella “elabora un buen esquema, una buena estructura, y luego la salpimento. Puedo estar muchos meses sin escribir y no pasa nada porque estoy pensando y documentándome. Porque a la hora de documentarme, me lo curro en serio y cuando pregunto a expertos profesionales, pregunto lo primero si es factible lo que quiero plantear. Yo hago la documentación, lo planteo escrito y pregunto si eso puede ser o no. Si puede ser, continúo, si no lo desecho”.
Porque para María Oruña, “un escritor tiene que ser honesto a la hora de contar la verdad. Me preocupa el olvido de la búsqueda de conocimiento y por qué no queremos saber más. El libro tiene que mostrar la verdad, puede tener más o menos adeptos, más o menos éxito, pero tiene que ser un buen libro. Y si escribes sin respeto, sin saber y sin currártelo, se nota. Por eso, cuando termino un libro, yo lo leo como si no lo hubiera escrito yo” advierte la autora.
Junto a esto, Espido Freire, directora del Máster en Creación Literaria de VIU, destaca la importancia de no repetirse, de que cada libro sea único, porque para ella “la personalidad de un autor no se puede dar por hecha, la personalidad de un autor se tiene que construir y consolidar. Y no repetirse me parece fundamental. Porque como autor te encuentras siempre con una realidad cambiante y adaptas eso a tu personalidad”.
María Oruña añadía un último consejo a los escritores noveles que luchan por escribir una buena novela: “les diría que no decaigan, que confíen en sí mismos. Siempre va a haber voces que serán pesimistas, pero no dejéis de sonreír. Es cierto que necesitamos pagar facturas, que hay que construir una vida, pero no dejéis de sonreír y de escribir. Necesitamos esas nuevas historias y voces, que las contéis y que las contéis bien.” Porque para ambas autoras, una buena novela, no siempre es lo mismo que una novela de éxito.
Sobre María Oruña
Es una de las escritoras más sólidas y exitosas de los últimos años: miles de lectores han disfrutado con sus títulos, desde “El puerto escondido” a “El bosque de los cuatro vientos”. Es, además, una autora de viva imaginación y de una documentación cuidadísima, que compartirá con los asistentes algunos de esos puntos claves en su escritura.
Sobre Espido Freire
Además de escritora, es directora del Máster de Creación Literaria de VIU y una de las expertas en pedagogía literaria más reconocidas de Europa. En sus preguntas a María indagará acerca de ese peculiar equilibrio entre el humor y lo trágico, el misterio y lo real que la autora gallega ha convertido en una marca reconocible.