Quedamos en pleno centro de Madrid, en la plaza de la Ópera (¿para cuándo una plaza de la Movida?). Hacía casi un año que no nos veíamos. Después de los saludos y abrazos, buscamos un café tranquilo para poder hacer la entrevista. Enseguida escogimos un lugar recoleto al lado del Teatro Real, un local que años atrás regentó un miembro del grupo Los Calchakis, Gonzalo Reig. Su música no pegaba mucho con la Movida, pero fue todo un símbolo en los años anteriores a este fenómeno. No fue una mala elección. En los últimos años se han publicado varios libros sobre la Movida, casi todos fallidos. Los autores vivieron tangencialmente esos años y relatan situaciones de oídas. Sólo los libros de Fernando Marías ‘Arde este libro’ y el de Fernando Márquez “El Zurdo”, ‘Música moderna’, han logrado captar lo que fueron realmente esos años, hasta que Menéndez Flores ha publicado su enciclopedia "Madrid sí fue una fiesta. La Movida, y mucho más, de la A a la Z", un título demasiado largo para unos años que se nos hicieron demasiado cortos. ¡Aún añoro esa época de juventud donde viví experiencias que han marcado mi vida! Salíamos de una Transición problemática y de un fracasado golpe de Estado, pero ahí estaba la música para salvarnos. Bien es cierto que ya había grupos que nos habían hecho plantearnos muchas cosas, bandas como Burning. ¿Ha habido alguna banda española tan buena como ellos? Creo que no, pero con Burning llegaron Asfalto, Coz, Tequila, Bloque, etc., hasta que apareció la Movida. Grupos de pop que en muchos casos casi ni sabían tocar, pero que aprendieron pronto. Grupos como Alaska y los Pegamoides y sus antecedentes, y como Nacha Pop, Los Secretos, Gabinete Caligari, Décima Víctima... Para Javier Menéndez Flores “la Movida no fue un movimiento, pues no cumplió con los requisitos necesarios para ello, sino un fenómeno espontáneo que tuvo que ver con un estallido de libertad. Una primavera superlativa que sucedió a un invierno de cuatro décadas, que fue la dictadura franquista. En ese clima de ‘resurrección’, la gente se desmelenó y se conquistaron los espacios públicos. Se tomaron las calles, los bares, las salas de conciertos… Y surgieron decenas de artistas, quienes convivieron con los que ya estaban, y eso generó un abanico cultural enormemente diverso y rico”. “Fenómenos como el de la Movida necesitan una fecha de inicio, un punto de partida que sirva para situarlos en diarios y libros, pero aquel concierto homenaje a Canito no fue el detonante aunque algunos lo consideren como tal, puesto que aquel vendaval de vida había arreciado un par de años antes”, sostiene Menéndez Flores con rotundidad, y añade que “hasta ahora se nos ha vendido la Movida como un ‘movimiento’ elitista y, por lo tanto, exclusivo y excluyente, y no fue ni lo primero ni lo segundo. A diferencia del arte pop o la ‘Nouvelle vague’, no existieron un propósito artístico ni una corriente intelectual concretos, sino que fue algo del todo impremeditado, lo que deslegitima su condición de movimiento. Y en cuanto a sus protagonistas, los nombres importantes que siempre se han asociado a ella, Almodóvar, Alaska, Radio Futura, Berlanga, Gabinete Caligari, fueron tan sólo una rama de un árbol con muchas otras, aunque, eso sí, una rama bien visible, que molaba mucho y daba de puta madre en las fotos. Pero la Movida, insisto, fue una atmósfera de libertad y de creación, un periodo de efervescencia social que tuvo a Madrid como escenario, como telón de fondo, y en donde afloraron muchas disciplinas artísticas, no sólo la música, también el cine, la pintura, la poesía, la moda, cierto tipo de periodismo...”. El escritor y periodista afirma, y con razón, que “todas esas manifestaciones estaban despolitizadas, al contrario de lo que sucedía unos pocos años antes, cuando el dictador aún vivía y una parte importante de la juventud se echaba a las calles en un intento de conquistar un espacio de libertad que les era negado”. En su libro "Madrid sí fue una fiesta", que tiene una portada magnífica, con un cierto parecido a aquel primer y único disco de los Sex Pistols, ‘Never mind the bollocks’, Menéndez Flores, además de a los ‘modernos’, los punks y los roqueros, ha incluido desde aquellos cantantes flamencos que rompieron con la tradición (Paco de Lucía, Camarón de la Isla) hasta los grupos heavies (Barón Rojo, Obús), pasando por los cantantes melódicos que hacían su agosto en aquellos años (Julio Iglesias, Raphael, Perales, Camilo Sesto), los vocalistas del llamado fenómeno fans (Pecos, Miguel Bosé, Pedro Marín), los cineastas como Eloy de la Iglesia, De la Loma, Saura, Colomo; los artistas plásticos como Miquel Barceló, Ceesepe, el Hortelano o Mariscal; los fotógrafos como García Alix, Ouka Leele y Miguel Trillo; además de los escenarios (bares, salas de conciertos), las canciones, las películas, las publicaciones, los programas de radio y televisión e incluso algunas de las costumbres de entonces, como “follar en los baños de los bares, en las salas de conciertos e incluso en las cabinas de teléfono”, dice ante el asombro del periodista. “El feísmo formaba parte del paisaje de aquellos años. Los primeros 80 no fueron coloristas como las pelis de madurez de Almodóvar, sino como las dos primeras, muy cutres, muy ásperos. Aquellos puestos de bocadillos en los que coincidían, a la salida de un bar o una discoteca, el marqués y el asesino tenían mucho que ver con eso. Como el Metro o la estética punk. En la calle estaban el lío, las oportunidades, la vida, pero se pasaba mucho frío en invierno y mucho calor en verano”, desgrana este gran especialista de la música popular. “El PSOE contribuyó a consolidar la Movida”En opinión de Javier Menéndez Flores, “la abrumadora victoria del PSOE contribuyó a consolidar la Movida. Si no hubiesen ganado las elecciones de 1982 de forma tan abultada, con más de diez millones de votos, esa manifestación de cambio no se hubiese producido. O no, al menos, de forma tan inmediata. Con un Gobierno conservador al frente, viniendo de donde veníamos, Almodóvar & McNamara no habrían podido cantar ‘Voy a ser mamá’ ni Parálisis Permanente ‘Quiero ser santa’. No había lugar entonces para la corrección política, por más que sí se dieran algunos casos de censura, como la retirada del programa ‘Caja de ritmos’ de TVE tras la actuación del grupo femenino punk Vulpes, que cantaron ‘Me gusta ser una zorra’ y armaron la de dios. O años después, en la tardomovida, la censura de TVE a la canción de Javier Krahe ‘Cuervo ingenuo’, una crítica feroz a Felipe González que cantó con Sabina en un concierto de este, y que fue eliminada cuando el concierto fue retransmitido por la televisión pública. O la retirada del programa ‘La bola de cristal’ por sus continuas críticas al Gobierno socialista. Lo que pasó además con la llegada del PSOE al poder es que enseguida se dieron cuenta de la importancia que tenía la juventud, pues eran muchos votos en juego, y favorecieron sus ansias de alegría y fiesta con conciertos gratis, o muy baratos, por todo el país, además de otras iniciativas culturales y la vista gorda con los horarios en los bares y discotecas”. También hablamos de los grupos que, aun no siendo españoles, participaron desde la lejanía de la Movida, pues su música contribuyó a engrandecerla. Grupos como Ramones, Sex Pistols, The Clash. Y artistas como David Bowie, Lou Reed o Andy Warhol. Algunos pasaron por Madrid, otros no llegaron a actuar nunca en nuestra tierra, pero todos contribuyeron a crear aquella atmósfera de modernidad. La parte negativa la pusieron las drogas, que se generalizaron en aquellos años: “El PSOE puso en marcha, en el 85, un plan nacional sobre drogas, pero llegaron un poco tarde. Hubo muchas víctimas, muchos caídos en combate. Y aunque no murieron en ese momento, algunos ilustres arrastraron ese problema durante años, como Carlos Berlanga y Manolo Tena, o toda su vida, como Enrique Urquijo y Antonio Vega”, recapitula el escritor madrileño. Otros cayeron en la carretera, como Eduardo Benavente –qué gran músico–, el propio Canito o Pedro Luis, también batería de Los Secretos, Jesús de la Rosa, compositor y cantante de Triana, etc.
Si existe un personaje que destaca por encima de todos los que vivieron la Movida, ese sería Pedro Almodóvar. “Es el gran icono de la Movida. Su pegada es internacional, se le conoce en todo el mundo. Y en los primeros ochenta fue un cineasta iconoclasta y transgresor. Basta con mirar sus dos primeras películas, ‘Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón’ y ‘Laberinto de pasiones’. Esta última contiene una escena entre Antonio Banderas e Imanol Arias, dos actores entonces emergentes, de alta temperatura sexual. Banderas también ha conseguido relevancia internacional como actor, y fue asimismo hijo de la Movida”, expone el escritor. Otro factor importante en la Movida fueron las tribus urbanas que ocuparon la ciudad al ritmo de sus músicas. Los rockers, los mods, los heavies y, por qué no, los pijos o los ñoños. “Rockola –la catedral del rock en aquellos años– cerró por una pelea que se produjo cerca de su puerta entre mods y rockers. Estos estaban en desventaja, eran unos diez, mientras que los mods eran legión porque esa noche se estaba celebrando en esa sala un festival mod. Mataron a un rocker de una puñalada y el ayuntamiento no tuvo más remedio que cerrar la emblemática sala debido a la fuerte presión que ejercieron los medios de comunicación”, evoca Menéndez Flores. Aún recuerdo al gigantesco Lorenzo intentando imponer el orden a la entrada de la sala en aquellos conciertos inolvidables de Siouxsie and the Banshees, The Sound, The Church. Derribos Arias, Gabinete Caligari, Killing Joke, Burning, Parálisis Permanente o aquel fin de año inolvidable con el propio Almodóvar & McNamara con Alaska y Dinarama. Muchos de esos conciertos compartidos con mi amiga Mariví Ibarrola, conocida como la fotógrafa de la Movida. Para finalizar, un último recuerdo a aquellas emisoras de radio que fueron determinantes para la consagración de la Movida, Onda 2 o Radio Popular, y a aquellos comentaristas como Rafael Abitbol, Gonzalo Garrido, Carlos Tena, Jesús Ordovás o Juan de Pablos, algunos de los cuales ya nos han abandonado. Todos ellos fueron cruciales para popularizar una Movida que sigue estando viva en las canciones, las películas, las fotografías y, sobre todo, en nuestros corazones. Puedes comprar el libro en:
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