La Universidad de Pembroke es el punto de inicio de esta historia, el lugar en el que convergen las vidas de Laura, David y Sarah, y donde se origina un conflicto entre la pasión y la lealtad, el amor y la amistad. Relato de ese triángulo, La historia de la nostalgia también es la crónica de un viaje en el que el lector visitará los archivos polvorientos de las casas de Park Slope, Brooklyn, compartirá tertulias en el Café de San Marco de Trieste y recorrerá las carreteras de Croacia y Serbia hasta los confines más remotos del viejo continente, siguiendo el curso del Danubio de la mano de Claudio Magris. Hecha de realidad y ficción, de crónicas, diarios y entrevistas, La historia de la nostalgia traza la geografía sentimental de un territorio y un tiempo perdidos en la memoria, e intenta dar con la manera que nos permita aferrarnos a la vida sin que esta nos someta a su voluntad, pues ¿cómo es posible mantenerse íntegro y noble, bueno, cuando el vendaval de la Historia azota sin piedad?
Novela sobre la amistad, los viajes y el exilio, La historia de la nostalgia nos habla del amor y de cómo ganarle la partida al abismo que acecha nuestra existencia.
La historia de la nostalgia nos habla de literatura, de filosofía, de viajes, de guerra y de horror, de amor y de pasión. «Así pues, me preguntarán de qué trata este escrito y yo tendré que esforzarme para encontrar una respuesta adecuada. No quiero alimentar sus expectativas, ni siquiera yo misma he llegado a comprender la historia en su totalidad. No hay que engañarse, casi nadie es capaz de hacerlo», escribe Romaní. «Lo que aquí se presenta es una colección ecléctica de recuerdos, de hechos y de opiniones. Algunos, es cierto, son textuales; otros son licencias de quien escribe esto. Siempre he pretendido respetar al máximo la veracidad, aunque las pretensiones pueden ser la excusa de quien no está demasiado satisfecho del trabajo que presenta.»
La historia de la nostalgia es una narración construida a partir de cartas, de los diarios de los protagonistas y de conversaciones aliñadas con café, algún cigarrillo y aceitunas negras. Un libro poliédrico capaz de transportarnos a los horrores del sitio de Sarajevo de los años 90, a la Viena de los nazis y al Davos de Hans Castorp.
Un triángulo amoroso es la llave que abre las diferentes historias que explica la autora. La de ella misma escribiendo el libro: «Lo que empecé a escribir durante aquellos días en Humboldt ha ocupado gran parte de mi tiempo a lo largo de los últimos años. Se ha convertido en una obsesión. Me ha atado a un tiempo y a unos personajes, a unas historias, sin que yo fuese capaz de hacer nada para evitarlo.» La de Sarah Greenfield y su necesidad de huir y de reencontrarse con la vieja Europa. La de David Goldman, un profesor universitario ya maduro y con la vida resuelta que de pronto descubre la pasión. Y la de Laura Parker, una mujer con una infancia traumática, incapaz de mostrar sus sentimientos: «Las matemáticas y la literatura científica salvaron a Laura Parker gracias a su indiferencia. Y eso, de manera subconsciente, la tranquilizaba. No hay que ser bondadoso con los números, ellos son indiferentes contigo.» Una novela con personajes secundarios memorables, reales o imaginados, como James Stratopoulos, el hijo de un millonario griego de Wall Street y amigo de Sarah; Emilia Sobesky, psicoanalista y tía de la protagonista; o Claudio Magris, alter ego del autor italiano, que acompaña a Sarah de Trieste a Bela Crkva, en la frontera con Rumanía, siguiendo el curso del Danubio.
El libro también es un homenaje a la gran literatura: «Sarah buscaba el aislamiento para practicar a fondo su mayor adicción: la lectura. Una adicción en términos absolutos. Las razones venían de lejos. La lectura era capaz de ordenar los ritmos biológicos de su cuerpo. (...) Desde muy joven, Sarah Greenfield había confiado en la lectura para sobrevivir.». Un homenaje a dos grades títulos: La montaña mágica, de Thomas Mann, y El Danubio, de Claudio Magris. Y un recuerdo de aquella Europa que estalla al final del libro de Mann, capaz del genocidio del pueblo judío -que nos explican los antepasados Goldman- y de las atrocidades de la guerra en la antigua Yugoslavia, relatada en el mismo lugar de los hechos por Stefan, un superviviente del sitio de Sarajevo.
La historia de la nostalgia es también una historia de amor y passión: «Es cierto que resulta posible recuperarse de la muerte de un ser querido, incluso es posible recobrarse de la pérdida del amor, pero también es verdad que una persona no puede recuperarse de la pasión. Solo puedes renunciar a ella, pero jamás podrás sobreponerte. Podrás firmar un tratado de paz como el de Versalles, es decir, que solo será un preludio, un intermedio entre guerras, una justificación de nuevas invasiones. Esta es una guerra infinita. Nunca puedes poner un final a la pasión.»
Natàlia Romaní, nacida en Tarragona el 22 de septiembre del año 1967, es periodista y ha vivido en Roma, Skopie y Sarajevo. Actualmente trabaja en Bruselas y vive en París. La historia de la nostalgia, su primera novela, ha sido vendida al italiano meses antes de su publicación y ha recibido numerosos elogios.
Puedes comprar el libro en: