A su regreso, las fantasías que habían alimentado su deseo de vivir intensamente se trasformaron en una meticulosa construcción de la figura de la grande dame que sería a partir de entonces y que reflejan sus retratos más conocidos: una anciana vestida íntegramente de negro, algunas veces con sombrero o una estola de piel echada sobre los hombros, con un cigarrillo entre los dedos. Sus ensayos pertenecen a esta segunda época, cuando ya había publicado las dos obras con las que saltaría a la fama, Siete cuentos góticos y Memorias de África, ambas escritas bajo el seudónimo de Isak Dinesen.
Los reveses que supusieron la ruina económica, el fracaso de su matrimonio y la pérdida de su gran amor en África fueron el motor de sus reflexiones sobre cuestiones que le concernían de manera personal y profunda, el material para sus ensayos, en los que trata temas tan diversos como el feminismo, las diferencias entre razas, la vivisección o el ascenso del nazismo y la ayuda a los compatriotas judíos durante la ocupación.
En éstos Blixen adopta una perspectiva a primera vista pintoresca e incluso anticuada, para luego sorprender al lector con argumentos plenamente vigentes y universales. Hallamos en ellos la misma originalidad, el mismo desapego hacia el deseo de ser moderno, que en sus relatos: esa cualidad de saber interpretar el pasado y transmitirlo a las generaciones futuras como una herencia viva y una pista de quienes somos. Pero, a diferencia de sus relatos, sus ensayos invitan a un acercamiento espontáneo a la autora, en toda su lucidez de pensamiento, su vastísima cultura y sus fogonazos de conmovedora cercanía.
Karen Blixen (Rungsted, Dinamarca, 1885-1962), más conocida por su seudónimo Isak Dinesen, nació en la mansión de Rungstedlund, al norte de Copenhague, y fue educada en casa por su abuela materna y su tía, siguiendo las estrictas enseñanzas de la Iglesia Unitaria. Posteriormente estudió un año en Suiza y luego en la Real Academia de Bellas Artes de Copenhague. En su juventud visitó París, Londres y Roma, y al inicio de 1913 se trasladó a Kenia con su prometido, el barón Bror von Blixen-Finecke, con el que contrajo matrimonio un año después. Allí regentaron una plantación de café, empresa que resultó ser ruinosa, hasta que la familia materna de ella cortó la financiación y procedió a la venta de la propiedad.
En agosto de 1931 Karen Blixen regresó a Rungstedlund a vivir con su madre, donde permaneció hasta el final de su vida. A su primer libro de relatos, Siete cuentos góticos (1934), le siguió su obra más célebre, Memorias de África (1937). A partir de entonces su fama fue en ascenso, y publicó tres colecciones más de relatos, Cuentos de invierno (1942), Últimos cuentos (1957) y Anécdotas del destino (1958). Sus ensayos aparecieron en diversas publicaciones, pero no se reunieron en forma de libro hasta 1979, con la publicación de su edición en inglés bajo el título Daguerreotypes and Other Essays.
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