El libro consta de una interesante novela corta, muy intimista, que descubrirá a los lectores una Simone de Beauvoir diferente al corsé que la vida le impuso posteriormente, no solo en sus campañas feministas sino también filosóficas, políticas y literarias, además de un epílogo de Sylvie Le Bon de Beauvoir (su hija adoptiva y albacea) y de un conjunto de fotografías, epístolas y manuscritos, que hacen del texto un interesante camino para ahondar más, o para redondear si quieren, la figura de esta mujer maravillosa que vino a romper infinidad de barreras en el tiempo que le tocó vivir (1908/1986).
Compañera del Nobel y también filósofo Jean-Paul Sartre, fundó junto con otros escritores de izquierdas de la época la revista Les Temps Modernes, firme bastión de la corriente existencialista de la literatura contemporánea de su época.
En “Las inseparables”, una novela corta de un marcado carácter autobiográfico, que se negó en vida a que fuera publicada, Beauvoir trasunta a los personajes, que no son otros que ella misma y Élisabeth Lacoin, que fuera conocida por el pseudónimo de Zaza y que moriría a los 22 años de una meningoencefalitis. En la misma Beauvoir cuenta paso a paso sus relaciones con Élisabeth desde que se conocieran cuando tenía nueve años, hasta el fallecimiento de esta última a la edad que se dijo más arriba.
Y no se puede negar que Simone de Beauvoir estaba profundamente enamorada de Élisabeth Lacoin, o si lo desean manifestar de esta manera, sentía por ella una amistad profunda y siempre apasionada que, bajo mi entender, no puede ser denominada de otra manera. De ahí quizás que no deseara que fuese publicada la misma, aunque la relación de ambas era bien conocida mientras Lacoin vivió.
En el introito de la misma Beauvoir escribe, después de decir “Para Zaza”: “Si tengo esta noche los ojos llenos de lágrimas, ¿es porque ha muerto usted o porque yo estoy viva? Debería dedicarle esta historia, pero sé que no está ya en ninguna parte, y si me dirijo a usted aquí es como un artificio literario. Por lo demás, esta no es de verdad su historia, sino una historia inspirada en nosotras. Usted no era Andrée y yo no soy esa Sylvie que habla en nombre mío.”
La novela fue escrita en 1954 y en ella la escritora y filósofa francesa realiza un homenaje a ese amor de juventud, a esa pasión que sintió por Zaza, veinticinco años después del fallecimiento de la misma.
“Las inseparables” supone por tanto un acontecimiento literario que debe ser leído.
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