El segundo libro de la periodista norteamericana Isabel Wilkerson, “Casta: El origen de lo que nos divide”, es una obra indispensable para entender la historia y actualidad de los Estados Unidos. Esta positiva apreciación de la obra de Wilkerson es, de hecho, muy poco revolucionaria. La escritora norteamericana llevó su ensayo a la primera posición de la lista de best-sellers de The New York Times en la categoría de no ficción en noviembre de 2020. El diario neoyorkino se refirió a “Casta” como “el libro fundamental en la no ficción americana del siglo hasta el momento”, mientras que el Boston Globe opina que el libro debería ser lectura obligatoria para las generaciones venideras. La afirmación del Times es probablemente hiperbólica, pero la del Globe no podría ser más acertada. Desde junio de 2021, los lectores pueden disfrutar de la obra de Wilkerson en castellano gracias a la traducción de Antonio Francisco Rodríguez Esteban para la Editorial Paidós. Es el primer libro de la autora norteamericana en ser traducido al castellano. Su debut literario en 2010 con “The Warmth of Other Suns: The Epic Story of America's Great Migration” (El calor de otros soles: La épica historia de la Gran Migración americana), que versa sobre la gran migración de negros sureños hacia el norte de Estados Unidos, desgraciadamente aún no ha encontrado editorial en España. La tesis principal de Wilkerson es que Estados Unidos es un país construido alrededor de un sistema de castas, a saber, “una construcción artificial, una jerarquía fija y consolidada de valor humano que establece la supuesta inferioridad de otros a partir de la ascendencia” (p. 35). Este sistema jerárquico desdeña la meritocracia, deshumaniza el grupo considerado inferior y confronta los miembros de la casta desfavorecida entre sí, consiguiendo de esta forma que un ordenamiento social basado en la estratificación se perpetue en el tiempo. Según Wilkerson, la casta es incluso más poderosa que la clase. De este modo, “históricamente, la casta vence a la clase” (p. 323). En la raíz del sistema de castas norteamericano está en la esclavitud. Como la autora nos recuerda, en Estados Unidos la esclavitud no fue sencillamente un período histórico, sino “la base de su orden económico y social” (p. 61). Aunque el principal objetivo de Wilkerson es entender las estructuras de dominación social en Estados Unidos, la escritora discute dos otros casos en los que ve numerosos paralelismos. El primero de ellos es el sistema de castas de la India. La palabra casta está unida en el imaginario colectivo al subcontinente indio. No obstante, pocos conocen los entresijos de un ordenamiento social cuya complejidad va mucho más allá del papel dominante de la casta brahmán y el rol subordinado de los dalits, también conocidos como “intocables”. Wilkerson establece interesantes comparaciones entre los sistemas de castas de los Estados Unidos y la India. No puede decirse lo mismo acerca del tercer caso que el libro presenta, el de la Alemania nazi. Es verdad que el antisemitismo del Tercer Reich tuvo también largas raíces (y no únicamente en Alemania, hecho que facilitó el exterminio nazi cuando las tropas alemanas se desplegaron por Europa) pero la relativa brevedad y escalofriante intensidad del antisemitismo nazi hacen este fenómeno difícilmente comparable a los casos de Estados Unidos e India. De hecho, ni siquiera la autora parece estar totalmente convencida de la idoneidad de establecer este último paralelismo, puesto que el caso de la Alemania nazi ocupa muchas menos páginas que los otros dos. Wilkerson se mueve con comodidad entre la descripción de macro dinámicas y su reflejo en las experiencias personales de distintos norteamericanos, entre ellos la autora misma. En una ocasión, durante su etapa como jefa de la oficina de The New York Times en Chicago, la escritora, de ascendencia afroamericana, se había citado con un comerciante blanco para una entrevista. El hombre fue incapaz de creerse que Wilkerson era la persona con quien debía entrevistarse, a pesar de todos los esfuerzos de la periodista para demostrar su identidad. Uno de los aspectos más interesantes de la obra de Wilkerson es su original aproximación a la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2016. En el marco de su análisis de la sociedad norteamericana como un sistema de castas, la autora afirma que no debería sorprendernos en exceso que los blancos de clase trabajadora votaran mayoritariamente por Trump. Aunque el programa demócrata tuviera más posibilidades de mejorar las condiciones económicas de este sector de la sociedad norteamericana, había algo que Trump aseguraba a los votantes blancos de clase humilde: él preservaría “los beneficios a los que se habían acostumbrado como miembros de la casta dirigente en Estados Unidos” (p. 358). Los cambios gestados en los años que precedieron a la victoria de Trump tampoco eran nada halagüeños. Durante la primera presidencia de Barack Obama, el porcentaje de norteamericanos que expresaban una actitud implícita contra la población negra había experimentado una subida del 7 por ciento. En referencia a Obama, Wilkerson remarca que “los logros de quienes se considera que han salido del lugar que les corresponde suelen alimentar más resentimiento” (p. 352). Wilkerson ocasionalmente cae en algunos de los lugares comunes típicos de la prensa norteamericana. Sirva como ejemplo la descripción de Obama como “el líder del mundo libre” (p. 348). Esto no obstante, “Casta: El origen de lo que nos divide” emerge como una obra indudablemente remarcable. Su mayor mérito reside en aproximarse a un tema tan discutido y analizado como la desigualdad racial en Estados Unidos desde una nueva perspectiva, la de la jerarquía de castas, contribuyendo así de forma significativa a un debate trascendental. Puedes comprar el libro en:
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