Los diferentes libros publicados permiten recomponer, como las piezas de un mosaico, la trayectoria profesional de una mujer británica, consciente del papel cultural que debía y quería ejercer.
Más biografías, novelas cómicas y de misterio, relatos de espías y revoluciones, viajes y experiencias observadas y otras genuinas, ensayos recreados sobre filosofía y poesía, narraciones policíacas, la historia hecha ficción: Rusia, museos, Goethe, Tutankamón, Schlegel, familia propia y parientes lejanos configuran un universo escrito a altas horas de la noche o a la madrugada. Cuentos y cartas. Una redacción imparable, variada y variopinta de una autora perspicaz y atenta de sí misma y del mundo que la rodeó.
Penelope Fitzgerald constituye un ejemplo manifiesto de que la escritura tardía consigue sus frutos. Representa, por tanto, el modelo de una mujer polifacética que se adueñó de su tiempo, lo exprimió y lo expresó de diferentes formas.
Con un estilo claro, natural y descriptivo, domina especialmente el comportamiento psicológico de los personajes a los que analiza desde fuera sin juzgarlos para lograr un hilo narrativo trabado y fluido.
Murió el 28 de abril de 2000 en Londres.