Publicada en Círculo Rojo Grupo Editorial, el lector va a encontrar un libro que juega con el pasado, que engancha desde la primera página, por usar un lenguaje coloquial y ameno, sin tabúes y una narrativa diferente.
Samara era la única luz que tenía, después de perderla, mi percepción del mundo cambió. A pesar de todas las cosas buenas que pudieran pasarme, no era capaz de ver nada.
No puedo hacer retroceder el tiempo, pero nunca olvidaré todo lo que viví con ella, montando cada día de mi vida las piezas del puzle de mi memoria para estar un poco más cerca de sus recuerdos.
Por más que el mundo gire y se convierta en un laberinto sin salida, mis sentimientos no van a cambiar nunca, pero el mundo en el que vivo está sumido en la más profunda de las oscuridades y la lluvia no deja de caer como si fluyeran lágrimas desde el cielo.
Solo busco que sonría, sin importar lo difícil que sea, porque no soy dueño de mis sueños, pero sí es mi deseo más profundo.
Mi corazón estaba encerrado, pero apareció Selina, consiguiendo dar sentido a mi vida, ser un apoyo incondicional para recomponerme de todas mis heridas, el ungüento de mis cicatrices y la llave que lograría hacer que me desprendiera de la enorme coraza que tenía fijada en mi cuerpo.
Las piezas rotas de mi sueño se esparcían en su corazón, pero la vida es tan transitoria como una flor, y no pude florecer a su lado.
Mi desnudo corazón se pregunta si realmente hay algún lugar donde ir, fijándose alfileres a su alrededor, por miedo a ser tocado de nuevo. Últimamente, aunque la encuentre y la sujete, la ilusión se escapa y desaparece.
Escuchad mi historia, puede que sea la última oportunidad.
Francisco José Márquez Solaz (Valencia, 1988). Una vez le dijeron que no lograría todo lo que se propusiera, él contestó que las promesas están para cumplirlas y que, si dudas de ti mismo, estás acabado, antes incluso de empezar.
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